La noche del 1 de julio de 2018, durante su mensaje como triunfador de las elecciones presidenciales, López Obrador expresó que a partir del día siguiente él y su equipo se pondrían a trabajar para poner en marcha la llamada 4T. En los casi 100 días de gobierno algo ha quedado claro. El gobierno federal no elaboró un plan para sustituir todos los planes y programas que consideraran necesario cambiar o eliminar, peor aún, construyeron un remedio sobre las rodillas que ahora pretende se convierta en política pública sin tomar en cuenta las necesidades reales de la población objetivo, utilizando únicamente la divisa con la que comenzó este gobierno: la austeridad.
El pasado 28 de febrero se publicaron en el Diario Oficial de la Federación las reglas de operación de los programas del gobierno federal. A la luz de dichas reglas es evidente que el Presidente López Obrador mintió a los miles de beneficiarios y sobre todo a las trabajadoras de las estancias infantiles que durante semanas se manifestaron en el Zócalo de la capital, pero también en otras ciudades del país. El Programa de Estancia Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras dejó de existir y para el ejercicio 2019 sólo existirá el Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños de Madres Trabajadoras. A raja tabla, no más estancias infantiles.
Esto quiere decir que las estancias infantiles que recibían un subsidio para poder instalarse, contratar personal, adecuar sus instalaciones y brindar el servicio de cuidado y atención temprana a las niñas y niños dejaran de existir, por lo menos en su mayoría, porque no será suficiente la aportación voluntaria de 1,600 pesos bimestrales que eventualmente destinaran las madres y padres de los infantes para su atención en dichas instalaciones. Sin considerar efectos secundarios, la medida del gobierno deja a su suerte no sólo a los tutores, sino a miles de personas que se empleaban en las instancias infantiles que drásticamente comenzarán a desaparecer.
Poco o nada entiende el Presidente López Obrador sobre la estimulación temprana de niñas y niños, de los cuidados fuera del hogar que incluye evaluaciones psicológicas y detección de maltrato u otras actividades que ponen en peligro a los infantes aún dentro del hogar. Incluso el Ejecutivo llegó a decir que él no quería hacerse responsable de una tragedia por las malas condiciones de las estancias infantiles. Bueno, ahora él es responsable de abandonar las responsabilidades del Estado para el cuidado, seguridad y educación de miles de niñas y niños que eran sujetos de los beneficios del programa de estancias infantiles, que ahora desaparece y se vuelve una beca para las madres, padres y tutores.
Por si todo esto no fuera suficiente, el razonamiento público del Ejecutivo Federal es que el “régimen neoliberal” es el que creó una estructura de simulación con la idea errónea, según él, de que la sociedad civil participe en tareas y actividades donde el Estado resulta ausente o insuficiente. Y aquí de nuevo, no es que le falte información al Presidente, es que él ya tomo la decisión de que no hay necesidad de depurar aquellas organizaciones que hagan mal uso de recursos públicos, no, lo mejor y más honesto es terminar con todas las organizaciones de la sociedad civil porque solo así surgirá la auténtica 4 T.
La decisión de hacer de la austeridad gubernamental la política central del gobierno y usar para todos los casos el parapeto de la corrupción, terminará por socavar la red de cooperación entre sociedad civil y gobierno que tantas décadas tomó construir. La austeridad de ideas de la 4T tendrá un costo muy alto para el país.
Juan Zepeda Hernández, Senador de la República