La destitución, ayer, de Gisela Morales González como coordinadora de Administración y Finanzas, es un capítulo más de la purga estalinista que se lleva a cabo en el CIDE para “limpiar” a esa institución y eliminar a quienes no comparten el proyecto político del presidente André Manuel López Obrador.
Gisela Morales no fue despedida por ineficiente o por haber cometido alguna irregularidad, sino por haber tenido comunicación con los estudiantes que tienen tomadas las instalaciones en protesta por la ratificación de José Antonio Romero Tellaeche como director.
El mismo Romero Tellaeche ya había despedido antes –en su calidad de interino– a otros personajes “indeseables” para la “4-T”, como Alejandro Madrazo Lajous, quien el pasado 6 de octubre fue destituido como director del CIDE en la región centro, por sus críticas hacia el gobierno de López Obrador.
Y el pasado 16 de noviembre, el “comisario educativo” Romero Tellaeche despidió a Catherine Andrews, quien era secretaria académica, y a Celine F.A. González Schont, quien era directora de Evaluación Académica, por negarse a convalidar políticas obradoristas.
En el CIDE todos se preguntan: ¿Quién sigue?
Por lo pronto, el “comisario” desplegó a un grupo de hombres vestidos de traje que se encargan de revisar qué profesor o funcionario del CIDE entra en contacto con los estudiantes paristas, para proceder en su contra, como hizo con la ahora ex coordinadora de Administración y Finanzas.
JC
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