La respuesta sionista a Irán: un fracaso estratégico y político
Los sistemas de defensa aérea de Irán fueron desplegados en varias partes del país la madrugada del viernes después de informes de explosiones cerca del aeropuerto en la provincia de Isfahán, según los medios estatales.
De acuerdo con dichos medios, las defensas aéreas derribaron tres pequeños drones que sobrevolaban la ciudad de Isfahan, en el centro del país.
Un alto responsable del Ejército iraní en la provincia de Isfahan negó las informaciones publicadas por medios estadounidenses e israelíes en los que se hablaba de que Israel habría lanzado varios misiles contra territorio iraní, lo que formaría parte de la estrategia sionista de intentar magnificar los acontecimientos.
Los vuelos comerciales fueron suspendidos en varias regiones, incluyendo Teherán e Isfahán. Sin embargo, alrededor de cuatro horas después se reanudaron, y no hubo informes de víctimas.
Desde el punto de vista mediático, es importante destacar que en Irán se ha minimizado el incidente de los drones y, en muchos casos, se ha considerado como un fracaso significativo. Esta actitud de los medios iraníes demuestra nuevamente, por un lado, la racionalidad como actor político de la República Islámica y, por otro lado, su firme voluntad de evitar un caos regional que podría desencadenar un conflicto más amplio.
Según los informes preliminares de fuentes iraníes, se anticipaba alguna forma de acción por parte de Israel después de varios ataques previos contra instalaciones de radar en Siria. La acción sionista, como se mencionó anteriormente, involucró el uso de drones cuadricópteros, que podrían haber sido lanzados desde Irak o desde el interior de Irán (posiblemente por miembros de la organización terrorista Mojahedin-e-Khalq, conocida por sus vínculos con la Entidad Sionista), y el presunto lanzamiento de misiles de largo alcance que o bien no alcanzaron sus objetivos o fueron interceptados.
Varios medios estadounidenses, como CNN o ABC, citando a altos cargos del gobierno estadounidense, han informado que Estados Unidos fue avisado con antelación de la operación, pero no la habría autorizado directamente. Desde la República Islámica se considera que la actitud de Estados Unidos es pura hipocresía, ya que ha sido precisamente el veto estadounidense en el Consejo de Seguridad de la ONU a la propuesta iraní de condena del ataque israelí contra su consulado en Damasco lo que obligó a Irán a responder mediante la Operación "Promesa Verdadera". Es decir, para Irán, la actitud de los Estados Unidos, dejándose arrastrar por la estrategia de caos regional israelí, también es responsable de la actual escalada de tensión en la zona. La combinación, por un lado, de la actitud beligerante y caótica de Israel y, por otro lado, la complacencia estadounidense, no dejó más opción a Irán que una respuesta al ataque a su consulado en Siria.
Una respuesta que, en términos estratégicos, sirvió para restaurar la capacidad de disuasión gracias a la combinación de misiles y drones de fabricación propia iraní.
En este sentido, hay que recordar que el programa de misiles de la República Islámica comenzó a desarrollarse en medio de la llamada “guerra impuesta” (nombre que recibe en Irán la guerra contra Irak en los años 80 del siglo XX). En ese momento, la única arma que tenía Irán para responder a los ataques de misiles iraquíes era un pequeño número de misiles Scud-B1 obtenidos de Libia.
En los años posteriores a la revolución, la política de Irán en materia de cooperación militar con otros países se centró en la transferencia de tecnología para lograr la autonomía en sus capacidades. A pesar de los esfuerzos de Estados Unidos y otros aliados por impedir que Irán accediera a tecnología y componentes necesarios, mediante medidas como los regímenes de control de tecnología de misiles, el programa de misiles iraní avanzó ininterrumpidamente desde la década de 1990.
Se han destinado recursos considerables y se ha invertido una gran cantidad de energía en adquirir tecnología de misiles, mejorarla y actualizarla. En un principio, los expertos y especialistas iraníes modificaron las características de los misiles adquiridos, ensamblando componentes y adaptándolos a las necesidades militares del país. Con el tiempo, esta capacidad ha evolucionado hacia un aspecto completamente autóctono del programa de misiles de Irán.
Uno de los símbolos más significativos del avance tecnológico de los misiles de Irán se puede observar en las áreas de precisión y alcance de sus misiles. A medida que aumenta el alcance de un misil, regular y mantener la precisión de sus trayectorias se vuelve más desafiante y requiere tecnologías más avanzadas. Por lo tanto, además de aumentar el alcance, mejorar la precisión del objetivo del misil es otro factor importante en su capacidad. Esto garantiza que los puntos objetivo sean impactados con precisión, mejorando así las capacidades tácticas de los misiles.
La mejora y desarrollo continuo del sistema de misiles de Irán reflejan dos objetivos principales en su política de defensa. Por un lado, el progreso en misiles de Irán fortalece sus capacidades militares y de defensa en las relaciones regionales e internacionales. Por otro lado, amplía su poder disuasorio más allá de sus fronteras, como se vio en la Operación "Promesa Verdadera".
Por tanto, al mejorar el alcance y la precisión de sus misiles, Irán fortalece sus capacidades disuasorias contra amenazas distantes, garantizando así su seguridad nacional y autonomía política. Como resultado, la estrategia defensiva y de seguridad de Irán trasciende las fronteras geográficas, expandiéndose constantemente con los avances en tecnología de misiles.
Por su parte, el “ataque” con microdrones por parte de Israel, ya fuesen lanzados desde dentro de Irán o desde países vecinos, representa una respuesta tremendamente decepcionante desde una perspectiva estratégica y política. Este tipo de ataque, que ya se ha utilizado anteriormente con poco éxito, demuestra lo siguiente: la respuesta iraní, dentro del marco de la Operación Promesa Verdadera, logró alcanzar una "disuasión inmediata" a corto plazo. Al mismo tiempo, esto implica que las capacidades de disuasión de Israel frente a sus "enemigos" se han debilitado considerablemente. En resumen, Israel ha fracasado en su capacidad de disuasión, como lo demuestran las acciones de Irán, HAMAS y Hezbolá.
También se puede interpretar la respuesta israelí, al menos por el momento, como una confirmación de que es imposible volver al estado previo regional en el que aún existía el mito de la capacidad de disuasión intacta de Israel. En el panorama actual, es difícil seguir percibiendo a la Entidad Sionista en los mismos términos estratégicos que antes. La necesidad de ayuda colectiva para defenderse de la respuesta iraní, que en términos militares involucró el uso de materiales más antiguos y menos tecnológicamente avanzados, hace que ya no tenga sentido considerar a Israel como un poder autónomo e independiente.
Xavier Villar es Ph.D. en Estudios Islámicos e investigador que reparte su tiempo entre España e Irán.
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