La bravuconería de Netanyahu de invadir Rafah no espanta a nadie
Desde hace varios meses, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insiste en amenazar con invadir Rafah, so pretexto de destruir a la Resistencia palestina y liberar a los detenidos.
Sin embargo, a pesar de sus constantes advertencias sobre una inminente incursión, los acontecimientos recientes en el terreno no respaldan sus afirmaciones. Para algunos observadores, estas amenazas parecen más bien intentos de desviar la atención de sus propios fracasos y presionar a los mediadores y a la Resistencia, luego de no lograr alcanzado los objetivos declarados al inicio de su guerra genocida contra la asediada Franja de Gaza.
Obstáculos insuperables de Netanyahu
Los expertos en relaciones entre Estados Unidos e Israel reconocen que Netanyahu enfrenta obstáculos insuperables para llevar a cabo una invasión en Rafah, siendo uno de los principales la firme resistencia del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), que ha desmentido las afirmaciones israelíes sobre su control en el norte y centro de Gaza, incluso después de siete meses desde el inicio de la agresión.
A pesar de la estrategia de tierra arrasada que Netanyahu sigue aplicando en Gaza, la opinión pública mundial, especialmente la estadounidense y occidental, ha comenzado a cuestionar sus declaraciones. Esto ha generado incluso vergüenza entre los más fervientes partidarios y defensores del régimen sionista en Occidente. Las facciones de la Resistencia palestina, lideradas por HAMAS, continúan infligiendo importantes pérdidas humanas y materiales al ejército israelí. Las colonias ilegales en el perímetro de Gaza permanecen deshabitadas, ya que los colonos no confían en las afirmaciones de Netanyahu sobre la situación en el enclave costero.
Los costos del Occidente
El coste material, militar y político masivo que Occidente ha pagado debido a su respaldo incondicional a Israel y a Netanyahu, sin que este último haya logrado ningún avance militar en el terreno, más allá de la pérdida de vidas inocentes, ha alcanzado proporciones alarmantes. Cerca de 35 000 personas, entre ellas niños, mujeres y civiles, han perdido la vida en este conflicto.
Esta situación ha llevado a los gobiernos occidentales a ejercer presión sobre Netanyahu para que evite cometer otra acción imprudente en Rafah. No obstante, esta presión no surge por motivos humanitarios, sino por intereses políticos y pragmáticos. Occidente, especialmente Estados Unidos, está convencido de que la agresión israelí contra Gaza ha sido un fracaso.
El hecho de que Netanyahu se aferra a la opción de la guerra se debe a que cualquier otro curso de acción podría significar el fin de su carrera política. Por tanto, Occidente está trabajando para separar el destino de Israel del destino de Netanyahu, presionándolo para evitar que repita errores que solo han traído vergüenza tanto a su régimen como a sus aliados occidentales.
Situación interna de Israel no le respalda
Una rápida mirada a lo que ha acontecido dentro de los territorios ocupados desde el 7 de octubre confirma un panorama sombrío. Las divisiones internas están desgarrando la sociedad sionista, exacerbadas por las difíciles condiciones económicas derivadas de la agresión a Gaza. El conflicto entre los israelíes ultraortodoxos Haredim, que rechazan el servicio militar, y el resto de los sionistas, que insisten en su reclutamiento, agrega tensiones adicionales. Esta disputa podría resultar en una emigración masiva de los Haredim de Palestina hacia los países de origen.
Por si fuera poco, las protestas diarias de las familias de los prisioneros rodean ahora la residencia de Netanyahu, exigiendo negociaciones con la Resistencia para la liberación de sus seres queridos. La necesidad de detener la agresión se hace cada vez más evidente, especialmente después de la difusión de videos por parte de la Resistencia palestina, que muestran la muerte de unos 70 prisioneros bajo los bombardeos israelíes en Gaza. Este escenario ha hecho que Netanyahu piense muy cuidadosamente antes de lanzar cualquier ataque contra Rafah.
Corte Penal Internacional preocupa a Netanyahu
El panorama que enfrenta Netanyahu, y que probablemente lo detenga de llevar a cabo su amenaza de invadir Rafah, está fuertemente influenciado por una preocupación creciente: la posibilidad de que la Corte Penal Internacional emita órdenes de arresto en su contra, así como contra su ministro de asuntos militares, Yoav Galant, y su jefe de estado mayor, Herzl Halevi, por crímenes de guerra cometidos en Gaza.
Se estima que más de dos millones y medio de palestinos han buscado refugio en la ciudad de Rafah, lo que convertiría cualquier ataque a la ciudad en una catástrofe humanitaria sin precedentes en la historia reciente. Este escenario no solo desencadenaría una oleada de indignación mundial contra Israel y sus líderes, sino que también exacerbaría las tensiones ya existentes en la región.
Presencia de los líderes de HAMAS en Rafah
Otro aspecto que muchos han pasado por alto es la manipulación y la falsedad detrás de las afirmaciones de Netanyahu y sus altos mandos militares sobre la presencia de HAMAS y los líderes de la Resistencia en Rafah.
HAMAS demostró ser mucho más astuto para confinarse en un lugar geográfico estrecho. La experiencia de los últimos siete meses ha dejado en claro que los combatientes de HAMAS se despliegan en una red de túneles que se extienden por todo el territorio. Esta táctica explica la persistente actividad militar de la Resistencia, que sigue tomando por sorpresa a las fuerzas de ocupación y continúa su presencia en toda Gaza.
Incluso si, hipotéticamente, Netanyahu decidiera invadir Rafah, esto no lograría destruir a HAMAS ni liberar a ningún prisionero, como se evidenció en Jan Yunis y otros sitios en el pasado.
Situación de Netanyahu
Lo que el periódico Yedioth Ahronoth expresó captura con precisión la situación de Netanyahu y su ejército: “La maquinaria de propaganda política y militar está intentando convencer a los israelíes de que la invasión de Rafah suavizará las posturas de HAMAS, lo que el pasado reciente ha demostrado que no es en absoluto cierto. Los objetivos de la guerra no se pueden lograr bajo ninguna circunstancia, y el lema que Netanyahu ha adoptado, la victoria absoluta, es prácticamente una locura total”.
Por Mohsen Khalif
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