López Obrador (AMLO) heredó al país una de las mayores
crisis políticas de nuestra historia, producto de su propio
narcisismo pero también debido a un sistema de partidos
políticos que es incapaz de gobernar democráticamante.
Ahí están las cifras oficiales que indican –pese al maqui-
llaje– ser el peor gobierno de los útimos sexenios. Mas no ha-
cen falta cifras, ¡salta a la vista! Tanto sus opositores como
muchos de sus adeptos, están estupefactos ante esta heren-
cia maldita llena de tragedias, traiciones y mentiras.
Nos hereda un fraude electoral que impuso a Claudia
Sheinbaum en la silla presidencial, perfectamente documen-
tado por organizaciones civiles que contabilizaron una mues-
tra de votos tres veces mayor al conteo oficial del PREP: la
pseudo-presidenta queda sin legitimidad ni legalidad... pero
como lo hizo la “derecha”, no vale, dice la “izquierda”.
AMLO nos hereda a su partido Morena, cuarta transforma-
ción del PRI, con toda la corrupción en sus filas, omnipotente
–superior a Dios, según Noroña–, que no sólo perdió las elec-
ciones, sino que arrebata una sobrerepresentación en el Con-
greso, neutralizando a todos los demás partidos –de por sí inú-
tiles–. Nos dejó un golpe de Estado y una ley de juguete.
Con tal arrebato, en una guerra de poderes, ensoberbeci-
dos desacatan jueces y deshacen la Suprema Corte de “Justi-
cia”, ésa que protege pillos de cuello blanco y vive como una
realeza, pero que no acata al frustrado narco-presidente y su pandilla mo-
renista. De nuevo, los más bribones al poder. Ahora México es el ridículo
del mundo, por la ocurrencia de rifar jueces como si fueran lo que en ver-
dad son, un premio de lotería y no una responsabilidad ética.
Hoy la justicia es una tómobola, en un país en llamas mientras AMLO
toca feliz la lira desde su rancho, arrogante, incólume, protegido por su
nuevo cuartel militar en Palenque. Nos hereda un narcogobierno que tiene
sometido a México, dejando a su paso familias desechas, madres y padres
en llanto; niños huérfanos, sin futuro; autoridades decapitadas, más para-
militares en Chiapas y otros estados... más violencia, dolor por doquier.
AMLO nos legó un narcoestado endosado a los Estados Unidos. Y me-
dios corrompidos y vendidos para una sociedad apática, débil, atrapada
en el culto a la personalidad, incapaz de enderezar el rumbo de la historia.
Nos hereda una narco-presidenta para acabar de rematar al país; glo-
balista, fiel a la Agenda 2030 de la ONU; con más vacunas genocidas;
banderas falsas de ecologismo, feminismo y socialismo, populista; y una
ideología degenerada, que no de género, revanchista, de odio y división.
A esta pseudo-presidente le heredó
un país transformado en ruinas, peor
que hace 6 años. Un desastre para
una mujer de sastre, más preocupada
por su apariencia personal. Le deja
arruinado el tejido social con 3 pode-
res de gobierno ilegítimos que no me-
recen el reconocimiento ciudadano.
¡Colosal deuda! Y obras calamito-
sas como el Tren Maya, herida ecoló-
gica difícil de cicatrizar, con inmensas
pérdidas que sólo benefició a los im-
plicados en la obra, como el Ejército y
su propia familia, a la que coloca con
diversos fueros para asegurarse todos
ellos la impunidad... y reelegirse.
¡Y a volar los derechos humanos!
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