El Islam en el espacio público y privado

El Islam en el espacio público y privado
En el Islam, incluso los actos de adoración aparentemente más personales, como la oración, contienen un importante componente social.
Opinión - 13/03/2011 8:01 - Autor: Amparo Sánchez Rosell - Fuente: blogs.periodistadigital.com
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Etiquetas: islam, espacio publico, din, pilares, zakat, diversidad religiosa, sociedad

Amparo Sánchez Rosell. (Foto: El Pais).
El Islam nos da pautas que abarcan y engloban todos los ámbitos de la vida, incluido el espiritual. El musulmán debe esforzarse para que en su corazón resida la presencia de Dios, y que ello se manifieste en sus actos (`af´âl), en sus palabras (`aqwâl) y en sus estados (`ahwâl).
En el Islam, todo es bidireccional. La dirección vertical: entre el musulmán y Dios, personal e intima, está complementada, por la dirección horizontal: entre el musulmán y el resto de la creación, faceta claramente social y pública.
Los 5 pilares del Islam son actos de entrega, adoración y sacrificio individual, de los que se obtiene un beneficio espiritual y personal de aproximación a Dios en busca de su beneplácito y, al mismo tiempo, revierten en una mejora social directa.
Esta acción en beneficio de la sociedad resulta patente en el tercer pilar: el azaque y su influencia provechosa en la redistribución de la riqueza o en la activación económica del movimiento de capitales, es conocida incluso por los no musulmanes. Lo mismo sucede con el resto de pilares: La profesión de fe, la azalá u oración, el ayuno del mes de Ramadán y la peregrinación a La Meca, aunque en estos, su influencia social es menos conocida.
Veamos un ejemplo: La azalá. El orante puede cumplir con las 5 oraciones preceptivas en soledad, allí donde se encuentre en ese momento, siempre que el lugar esté limpio y él haya cumplido con las abluciones rituales, sin embargo, obtendrá una mayor recompensa de Alá si lo hace en grupo; esta recompensa aún se incrementará más si acude a realizarlo en la mezquita.
La explicación teológica de estas normas es: que eso favorece la interrelación entre los orantes, facilita el mutuo conocimiento, fomenta la hermandad y fortalece la educación o refinamiento social. Como consecuencia de ello, al conocer sus necesidades, carencias, dificultades o problemas con mayor proximidad, podremos socorrer o ayudar mejor a los demás. Esto demuestra que en el Islam, incluso los actos de adoración aparentemente más personales, como la oración, contienen un importante componente social.
En muchas ocasiones se le reprocha al Islam que invade el espacio público, que no es “sólo” una religión que es política y jurisprudencia sin tener en cuenta que el 95% del Corán versa sobre temas relacionados con la espiritualidad, la creencia y la ética; sólo el 5 % está directamente relacionada en como los musulmanes debemos comportarnos para con el resto de la creación.
El Islam nos enseña principios y normas que regulan nuestra vida, para que sea una vida feliz y, sobre todo, para que podamos llevar de la mejor manera posible nuestra tarea principal por la cual hemos sido creados: el servir a Dios. Por ello, cuando el Islam nos pide que realicemos un conjunto de mandatos determinados, lo hace pensando en los demás, pues si miramos detenidamente en todas las normas que nos ha establecido el Islam, para cumplir y llevar a cabo, no son más que derechos que los demás tienen sobre nosotros.
Entre esos derechos que los demás tienen sobre nosotros se encuentra la libertad de religión: lo que conlleva la diversidad religiosa, como iremos viendo paso a paso en los artículos futoros.