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jueves, 6 de octubre de 2011

Hacer girar la luz y mantener el centro

Hacer girar la luz y mantener el centro
El Secreto de la Flor de Oro (III)
Religiones - 04/01/2007 10:45 - Autor: Anónimo chino del siglo XVIII - Fuente: www.tradicionperenne.comVota:- Resultado 16 votos | Más... Etiquetas: hacer, girar, mantener, centro, secreto, flor, oro, iii, luz, consiste, hacerla
Capítulo tercero de este texto anónimo chino, escrito sobre mediados del siglo XVIII. Es una mezcla de escrito orientado al despertar de la conciencia y colección de procedimientos incluidos en la alquimia interna china. Ha sido sacado de El Secreto de la Flor de Oro, en versión de Thomas Cleary, editado por EDAF, colección Arca de Sabiduría, Madrid, 2001.

La luz es espontánea: un punto de verdadera energía positiva produce de repente una perla, lo mismo que un embrión se forma a partir de la relación de un hombre y de una mujer. Entonces hay que esperarla tranquila y silenciosamente.


1 ¿Dónde empezó el término hacer girar la luz? Empezó con el adepto Wenshi. Cuando se hace girar la luz, todas las energías del cielo y de la tierra, yin y yang, se congelan. A esto se llama «pensamiento refinado», «pura energía» o «pensamiento puro».

2 Cuando se comienza a practicar esta técnica, es como si el no-ser estuviera dentro del ser. Después, cuando se realiza el trabajo y existe un cuerpo más allá del cuerpo, es como si hubiera un ser dentro del no-ser.

3 Sólo después de cien días de trabajo concentrado, la luz es real; sólo entonces se convierte en fuego del espíritu. Después de cien días, la luz es espontánea: un punto de verdadera energía positiva produce de repente una perla, lo mismo que un embrión se forma a partir de la relación de un hombre y de una mujer. Entonces hay que esperarla tranquila y silenciosamente. El giro de la luz es el «proceso que arde».

4 En la creación original existe la luz positiva, que es lo que gobierna. En el mundo material es el sol; en los seres humanos son los ojos. No hay nada peor que una continua pérdida de espíritu y conciencia; esto es la conformidad, de manera que el método de la flor de oro se realiza completamente a través del método de inversión.

5 Hacer girar la luz no consiste en hacerla girar en un cuerpo, sino en hacerla girar en la misma energía de la Creación. No se trata de detener la fantasía sólo temporalmente, se trata de agotar la compulsión de la rutina para siempre.

6 Por ello, cada respiración corresponde a un año del cuerpo humano; y cada respiración corresponde a un siglo en los diversos caminos de la larga noche de la ignorancia.

7 Normalmente, las personas acaban persiguiendo objetos y llegan a la vejez conformándose con la vida, sin mirar nunca hacia atrás siquiera una vez. Cuando se agota y desaparece su energía positiva, eso es el mundo inferior. Por tanto, el Libro de la marcha heroica dice: «El pensamiento puro es vuelo, la emoción pura es caída.» Cuando los estudiantes tienen poco pensamiento y mucha emoción se embarrancan en los bajos caminos. Observa simplemente con claridad, y cuando tu respiración sea tranquila tendrás una conciencia precisa. Esta es la aplicación del método de inversión.

8 Éste es el significado del Clásico de la convergencia yin cuando dice: «El mecanismo está en los ojos», y de las Simples preguntas del Emperador Amarillo cuando dice: «Todos los rayos de luz del cuerpo humano fluyen hacia arriba en la apertura del espacio.» Si se consigue esto, larga vida hay en ello y así se trasciende la vida.

9 Ésta es una práctica que impregna las tres enseñanzas.

10 La luz no está ni dentro ni fuera del yo. Montañas, ríos, sol, luna y toda la tierra son esta luz, por tanto, no está fuera del yo. La luz del cielo y de la tierra llena el universo; la luz de un individuo también se extiende de manera natural a través de los cielos y cubre la tierra. Por tanto, una vez que se hace girar la luz, se hace girar todo en el universo.

11 Los rayos de luz están concentrados hacia arriba en los ojos; ésta es la gran clave del cuerpo humano. Habéis de reflexionar en esto. Si no os sentáis en silencio cada día, esta luz fluye y se arremolina, deteniéndose quién sabe dónde. Si podéis sentaros en silencio por unos momentos, todo el tiempo —diez mil eras, diez vidas— está penetrado por ello. Todos los fenómenos desembocan en la calma. Verdaderamente inconcebible es esta sublime verdad.

12 Sin embargo, la práctica real va desde lo más superficial a lo más profundo, desde lo más tosco a lo más fino. En todas partes es mejor ser constante. La práctica es una desde el principio hasta el final, pero su cualidad durante el proceso sólo puede ser conocida por uno mismo. No obstante, es necesario acabar en el punto donde «el cielo es abierto, la tierra es ancha, y todas las cosas son exactamente como son», por lo que sólo esto puede considerarse realización.

13 Lo que ha sido comunicado a través de los sucesivos sabios no está más allá de la contemplación invertida. Los confucianos llaman a esto «acercarse al conocimiento» . Los budistas le llaman «observar la mente». Los taoístas le llaman «observación interna».

14 Previamente se ha resumido la enseñanza esencial; en cuanto al resto, en lo que se refiere a entrar y salir de la calma, el preludio y los resultados, debe utilizarse el libro Pequeñas parada y visión como piedra de toque.

15 Las palabras fijar la atención en el centro son extremadamente sublimes. El centro es omnipresente; el universo entero está dentro de él. Esto indica el mecanismo de Creación; uno se concentra en él para atravesar la puerta, eso es todo. Concentrarse significa concentrarse como simple indicación, no quedar rígidamente fijado. El significado de la palabra concentrarse tiene vida propia; es muy sutil.

16 Básicamente, no pueden separarse los términos parada y visión. Significan concentración y comprensión internas. De ahí que, siempre que surjan pensamientos, no se necesite sentarse en silencio como antes, sino que han de investigarse dichos pensamientos: ¿Dónde están? ¿De dónde proceden? ¿En dónde desaparecen? Intensificad una y otra vez esta investigación hasta que os deis cuenta de que los pensamientos no pueden ser agarrados; entonces verás de dónde surgen los pensamientos. Ya no necesitáis buscar más el punto de origen. «Habiendo buscado mi mente, me doy cuenta de que no puedo agarrarla», «yo he pacificado la mente por ti».

17 Esto es correcta visión; cualquier cosa que sea contrario a esto es falsa visión. Una vez que alcanzáis esta imposibilidad de atrapar, practicáis continuamente como antes, deteniéndoos y continuando la contemplación, practicáis la contemplación y continuáis deteniéndola. Éste es el doble cultivo de deteneros y ver. Esto es hacer girar la luz.

18 Girar es detenerse, la luz es ver. A detenerse sin ver se llama girar sin luz; a ver sin detenerse se llama tener la luz sin girar. Recordadlo.

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