Ya comenzó la guerra contra Irán

Ya comenzó la guerra contra Irán
Por Ricardo José Ferrer Picado (*)

Es discreta y de alta intensidad. Pese al silencio sepulcral de sus ejecutores que en bloques han incrementado sus acciones. Se consuma por derroteros secretos y la libran por el momento la CIA, el Mossad y apoyada por el MI6 en representación de varios Estados europeos contra el programa nuclear iraní. Y en el que los servicios chinos y rusos mantienen su incumbencia.
No sólo intentan frenar el programa nuclear iraní por vía diplomática. La razones por las que no se substanciará convencionalmente la guerra contra el programa nuclear iraní que ya ha comenzado se infieren con claridad meridiana.
Asesinatos de científicos, planes desbaratados de asesinatos de diplomáticos, explosiones en fábricas y bases militares, muertes de funcionarios y civiles claves, sanciones internacionales inconclusas, retiro de delegaciones diplomáticas luego de tomas violentas de embajadas, derribo y captura de un avión militar estadounidense no tripulado -en perfectas condiciones el “drone” para los enemigos de Washington les permite tener acceso a los secretos tecnológicos e incluso vender esa información sensible a países como China o Rusia- y exhibición demagógicamente victoriosa, para mermar el descrédito actual del régimen, o los ejercicios militares de cierre del estrecho de Ormuz en maniobras de ataque son testimonios tangibles de cientos de actos y hechos que no lo son, de una guerra de sabotajes, atentados, asesinatos selectivos y virus informáticos que está marcando un nuevo paradigma de enfrentamientos. Ya no se muestran los músculos en terceros territorios tampoco.
La escalada militar que suele tener exteriorizaciones apenas dialécticas, sólo vislumbran un enfrentamiento de baja exposición y alta intensidad que ya se está consumando en actos concretos que se “filtran” a través de los medios entre Estados Unidos, Israel y la UE contra el régimen de los ayatollahs, del que China y Rusia aun se mantienen distantes, al igual que Japón y un jugador expectante como Turquía.
El enfrentamiento contra Irán es una realidad desde hace años, pero ha escalado luego de desde la publicación del último informe de la OIEA sobre el programa nuclear iraní, donde se alerta que el país ha logrado "dominar los pasos críticos necesarios para diseñar y construir un arma nuclear".
"Pese a la opacidad existente, ha habido algunas declaraciones de miembros de la inteligencia israelí y estadounidense que vienen a confirmar la existencia de operaciones secretas contra el régimen iraní. En mayo de este año el coordinador y asistente especial del presidente Obama para el control de armas y terrorismo, Gary Samore, afirmó: "Estoy feliz de saber que están teniendo problemas con sus centrifugadoras, los Estados Unidos y sus aliados están haciendo todo lo que pueden para ponérselo difícil". Pero quizás la confirmación más explícita ha sido la del antiguo director del Mossad, Meir Dagan. Preguntado sobre si la "mano de Dios" – en referencia a la operación llevada a cabo por la inteligencia israelí para eliminar a los terroristas de la masacre de Munich en 1972 denominada Ira de Dios- estaba detrás de los recientes sucesos en Irán, el antiguo espía sonrió y dijo "sí"" consignó en una columna Marina Meseguer en La Vanguardia.
Un Irán nuclear es inaceptable además que se erigiría al margen de la legalidad internacional. El agresivo régimen islamista ha amenazado a varios de sus vecinos con atacarles o eliminarlos e intentaría instaurar su dominio en Medio Oriente y Asia central con ansias globales regidas por el clero de los ayatollahs que niega el Holocausto y sin ambages se atreve en plena tribuna de la Asamblea de la ONU a borrar a Israel del mapa.
La cuestión principal estriba en que no es un actor racional en la escena internacional. Las armas nucleares no estarán siquiera en manos del ejército regular, sino de una milicia, los Guardianes de la Revolución, que no siempre se hallan bajo el mando directo de los dirigentes del país. Sólo habría una certidumbre, la inseguridad. ISólo huelgan anticipos con imaginar en manos de Hezbollah una ojiva nuclear al alcance de cualquier capital europea.
Puede darse por descontado que, frente a un Irán nuclear, sus vecinos, incluyendo a Arabia Saudí, Turquía y tal vez otros se harán con tales armas y si no pueden fabricarlas las adquirirán. Podrá mantenerse en el poder el actual gobierno de Pakistán o caerá en manos de sus opositores, dispuestos a pactar con los talibanes, que tendrían en su poder estas armas.
Una salida con el imperio del orden jurídico es que pudian aplicarse eficaces sanciones, pero ante la oposición de china y rusa lo hace inviable. La economía china depende en gran medida de un suministro ininterrumpido de petróleo y se muestran contrarios a cualquier elemento que pueda alterar el equilibrio actual. Las motivaciones rusas son más difíciles de adivinar, aparte tal vez del hecho de que Vladimir Putin quiere incordiar a Washington, considerado aún el principal enemigo de Rusia.
Tampoco Irán atacará convencionalmente. Irán recuperaría su popularidad entre los árabes si atacara a Israel, directamente o a través de parte interpuesta como Hamas o Hezbullah, pero el precio demasiado elevado de tal aventura provocaría un contraataque devastador que daría fin a las aspiraciones iraníes de ser la fuerza principal en Medio Oriente.
Todo ello debe saberse en Teherán, naturalmente, pero el deseo de poseer armamento nuclear es ahora tan poderoso que no parece dispuesto a abandonar la empresa. Hay que recordar que Ahmadineyad dijo que no tendría sentido que Irán, con un par de bombas nucleares, desafiara a enemigos poseedores de miles de tales armas. Se trata de una prudente posición, pero poseer armamento nuclear no sólo es una garantía contra un ataque, sino que permite a Irán perseguir su política con mucho mayor énfasis.
Recientemente se ha producido un debate interno que llegó al Gabinete en Israel sobre si atacar a Irán. Los israelíes están excesivamente alarmados, al punto de situar en un segundo plano el proceso de paz con los palestinos.
En Medio Oriente todo es posible y probable en la política, hay pocos carriles previsibles, pero de actuar de forma racional no habrá una guerra convencional en el 2012 -pese a las elecciones norteamericanas, francesas e israelíes- ni el precio del petróleo se triplicará o quintuplicará.
Asisten Estados Unidos, el núcleo europeo de Alemania, Francia y el Reino Unido, e Israel a una encerrona pírrica y tienen escaso margen para detener el programa nuclear iraní. Una operación militar podría sumir a la región en el caos, y desbordar la calle árabe en su contra de occidente. Con las guerras de Afganistán e Irak inconclusas y una Primavera Árabe que mutó a un Invierno Islamista que se extiende desde el Mediterráneo hasta la península arábiga, no podría salir nada conducente y de abrir un nuevo frente de conflicto explícito, todo resultaría negativo cuando Rusia y China sistemáticamente impiden sanciones económicas.
Como afirma mi gran amigo y filoso analista en el Medio Oriente, Carlos Maslatón, "todo es posible en Medio Oriente", y lo que suceda es difícil de prever, lo que significa que podría ocurrir cualquier cosa. Cosas de la política.

(*) Editor de la Sección El Mundo de Impulso Baires