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jueves, 23 de febrero de 2012

Siria entre los “aliados del régimen” y los “amigos del pueblo”

Siria entre los “aliados del régimen” y los “amigos del pueblo”La comunidad internacional ha dejado al régimen sirio matar y le ha dado la oportunidad de contenerse, y ahí está, dejándole destruir y entregarse a la opción del genocidio
23/02/2012 - Autor: Abdeluahab Baderján - Fuente: Al-Fanar
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Crece tensión en SiriaEl régimen sirio no supo cómo tratar la revuelta popular cuando era solamente pacífica. Empleó el terrorismo de Estado e insistió en matar, torturar y secuestrar para llevar esa revuelta hacia «la militarización», aunque fuera solo parcialmente, y poder entonces tener la excusa para zanjar la situación por la vía militar como está haciendo ahora. No obstante, centenares de manifestaciones pacíficas siguen saliendo y desafiando al régimen todos los días, todas las semanas, y esas manifestaciones son la esencia de la revuelta.

Pero, ¿zanjar la revuelta para qué? Mientras Homs, Zabadani y otras ciudades son aplastadas por la artillería y por los misiles, apoyados por los aviones de combate se ha anunciado, por ejemplo, que el presidente sirio ha recibido una copia de la Constitución enmendada. Sin duda alguna cree que «zanjará» el tema militarmente, es decir que rompoerá la revuelta, para luego volver al trabajo como si nada, diciendo, como ha dicho muchas veces, que Siria ha superado la crisis y que ahora puede proponer las «reformas» que garantizan al régimen la posibilidad de pasar «con la resistencia» a una nueva etapa triunfante.

No hay duda de que esta es una de muchas quimeras, pero el apoyo ruso-iraní (en el que participa el libanés Hezbollah) y también chino, que últimamente ha adoptado formas operativas directas, ha animado al régimen a considerar esa solución militar como una opción correcta. «Mata a tu pueblo, no hables con él». No se descarta que ésta haya sido la recomendación, ya que quienes apoyan al régimen de Damasco han pasado por esa experiencia con éxito y como prueba de ello siguen ahí y además al lado del régimen. El mundo pensó que el ministro de Exteriores ruso había ido a Damasco a orientarla cuando en realidad fue en compañía del director de los servicios secretos para confirmar que el «plan de la solución militar» marchaba según lo previsto, e incluso su homólogo sirio le preguntó si podría invitarle en breve «a comer en Homs».

En realidad, el apoyo de estos tres aliados está más centrado por los detalles y por cerrar las fugas en las fronteras. El aliado ruso ha hecho observaciones acompañadas de mapas, el chino ha hecho un llamamiento para lograr depósitos financieros para apoyar la resistencia del régimen, la Fuerza Al Quds iraní se ha preparado para todo lo necesario en una batalla que considera suya, y Hezbollah ha extremado la vigilancia hacia cualquier arma que pueda pasar a Siria de contrabando desde Líbano, aunque tenga que comprar las armas que encuentre en el mercado para impedir que salgan de sus fronteras. El ejército libanés ha hecho su contribución con una campaña y un despliegue en el norte del país. Por su parte, Iraq ha consolidado su posición como pasillo iraní y como arteria vital que garantice al régimen todo lo que pueda necesitar para el éxito de la solución militar.

Pero otra vez la pregunta es quién zanjará contra quién la revuelta, y para qué si al final el régimen sirio no podrá mantenerse ya que está entregado a la solución militar. Lo que está confirmado en este momento es que Damasco subordina el término de esa solución a hacer avanzar la lucha regional-internacional sobre Siria. Por su parte, sus tres aliados usan a Siria, cada uno por sus propias razones, en su posición contra EE.UU. y Occidente.

En la trayectoria de la crisis libia, Rusia y China fueron humilladas porque no pudieron dejar que el régimen de Gaddafi exterminara a parte de su pueblo para salir airosos de lo que consideraban una «trampa» en la que cayeron. Además la ubicación de Libia no les permitía impedir la respuesta de Europa. Sin embargo la ubicación de Siria y la naturaleza de su régimen favorecen oportunidades como esta. En Libia, esas dos grandes potencias permitieron la intervención pensando que no se produciría o que no lograría hacer realidad el objetivo del pueblo libio. En Siria, estos dos Estados creen que Occidente no quiere intervenir y por eso han intervenido ellos, porque pretenden derrotarle e impedir a Occidente apuntarse la victoria. Además, disponen de un régimen que no tiene reparos a la hora de hacer la guerra por delegación por que lo que quiere es quedarse, pase lo que pase después.

Estaba previsto que las cosas fueran diferentes tras el doble veto. La solución política que tomaron prestada los árabes de una propuesta rusa, ha demostrado que Rusia, al hacer fracasar esa solución en el Consejo de Seguridad, lo único que estaba haciendo era ganar tiempo para Damasco y que no buscaba ninguna solución excepto la victoria del régimen sirio sobre su pueblo. Y cuando ya no fue factible que los árabes siguieran dando vueltas en el juego de Rusia o del régimen sirio, la Liga Árabe cambió la naturaleza de su iniciativa: quitaron cualquier tapadera árabe que le quedara al régimen, pusieron fin a la misión de los observadores cuyo director «dimitido» no ha sido llorado y volvieron al Consejo de Seguridad para pedir una «fuerza de paz» que rechazará Rusia lo que justificará a continuación la formación de una «alianza internacional de amigos de Siria», aunque sea bajo el paraguas «no vinculante» de la Asamblea General de Naciones Unidas. Es decir, que la Liga Árabe ha ampliado las opciones y mientras sigue manteniendo sobre la mesa la solución política, abre la puerta a una internacionalización cuya cara sigue siendo árabe. Frente a esto también se están ampliando las opciones internacionales, y la ONU ha empezado a considerar que las prácticas del régimen de Damasco se acercan mucho al genocidio y pide una intervención con objetivos humanitarios.

El actual diálogo entre los países del Golfo y Moscú puede llevar a cierto cambio, aunque sólo responderá a una parte de los regateos que ha propuesto Rusia como precio a deshacerse del régimen sirio. La parte más importante tiene que ver con Irán y con los sistemas de misiles y los radares occidentales, y los países del Golfo no están capacitados para negociarlo. Puede que este diálogo active un reestudio del «escenario yemení» para el presidente sirio. Siria es consciente de que el régimen de Damasco va a caer pero lo está usando para ampliar el bazar de regateos para beneficiarse de él antes de la caída. Puede que Irán se haya adelantado al movimiento del Golfo y haya sobornado a Rusia para que apoye el mantenimiento del régimen sirio, y su deseo de zanjar la situación de forma militar, empujando en dirección a una confrontación internacional entre los «aliados del régimen» y los «amigos de Siria», un enfrentamiento que desea Moscú para obligar a los países occidentales a un gran regateo que cuanto más se retrasa o elude, más se amplía el baño de sangre en el país.

Desafortunadamente, la comunidad internacional acaba de llegar ahora a la postura que parecía inevitable desde el primer momento de la revuelta siria. Ha dejado al régimen sirio matar y le ha dado la oportunidad de contenerse, y ahí está, dejándole destruir y entregarse a la opción del genocidio. No parece que el precio de la sangre (diez mil muertos y el doble de heridos) sea tan alto como para que la comunidad internacional se movilice de forma excepcional a fin de frenar una tragedia real y anunciada, y se ha demorado mucho en tratar de entender los significados, el valor y las aspiraciones de la movilización popular árabe. Frente a esto está la claridad de la orientación interesada de Rusia, y la claridad del acuerdo objetivo irano-israelí en torno a la permanencia del régimen sirio. Una claridad que no tienen los países de Occidente, especialmente EE.UU., que ve la etapa post-régimen de forma poco clara y distorsionada. Si llega por obligación a la etapa de la «alianza de amigos», podría consumir muchos meses sangrientos antes de zanjar el tema relativo al destino del régimen, lo que quiere decir meses abiertos a todo tipo de chantajes.

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