Corrupción de la política Bejarano el pillo se queda con el PRD

Corrupción de la política René Avilés Fabila La lucha que diariamente presenciamos en el PRD por el poder, tiene sólo una explicación: más que un partido, es un botín. Como dijo Cuauhtémoc Cárdenas, no lo salva ni un milagro, es un simple botín de pillos del peor estilo. Nadie se descarta. Ahora que batallan por hacerse del control político, las distintas mafias exhiben su desaseo ético y su amor por el dinero y el poder. Las mafias se atacan con violencia y ninguno queda a salvo. De nuevo el pillo René Bejarano se muestra ante sus correligionarios y les dice que nunca se fue. De lejos, el que fomentó esa enorme corrupción, López Obrador, observa la destrucción de un partido que convenció a muchos mexicanos. Marcelo Ebrard trata de protegerlo para que sea el organismo que lo catapulte a la presidencia de la República, para la que, dijo con cinismo y falsedad, lleva 18 años preparándose. En síntesis, jamás un partido había mostrado mayor podredumbre, tanto cinismo y tanta vocación de enriquecimiento que dicho partido. Pero eso lo vemos desde que llegaron a controlar plenamente al DF. No hay delegado que en tres años no se haya hecho rico o al menos dueño de una aceptable fortuna. En Tlalpan, por ejemplo, todos han mejorado su hacienda personal. Como El Pino, Sánchez Torres y ahora Higinio Chávez, manipulan a los ciudadanos para hacer negocios que ni siquiera se toman la molestia de ocultar. Lo que escandaliza aún más es que los santurrones del PAN, los que hablan directo con Dios, hayan olvidado sus principios de honestidad y limpieza, su lucha contra la corrupción y ahora vayan aliados y de la mano, fraternalmente unidos, contra los caciques que frenan el desarrollo de México. Es algo incomprensible ya no tanto por el enorme cúmulo de insultos del más bajo estilo pronunciados contra Felipe Calderón a lo largo de tres años, sino porque desde 1939 hemos escuchado al PAN hablar contra la corrupción y ahora resulta que la tienen a un lado, que la solapan y protegen en cada alianza. Bravo Mena, por ejemplo, halla en los perredistas a políticos honestos y decentes, tan es así que hace esfuerzos por ir junto a ellos para triunfar en el Estado de México. Una alianza por completo inmoral que, espero, a nadie engañe. Estamos, pues, en presencia, de un verdadero escándalo y si México tuviera mejores niveles educativos y morales, el desprestigio no sería compartido exclusivamente por el PRD, sino también por el PAN y en especial por Felipe Calderón, quien es un hombre de dos discursos: el que nos endilga para decirnos que es un patriota y hombre decente y al aliarse con los militantes de un partido ya afamado por su amor al dinero ajeno, prueba ser igualmente deshonesto. No es posible vincularse íntimamente a un ladrón y no contaminarse. Por ahora el PRD ha logrado sobrevivir, dividido, desprestigiado, en las peores manos, pero falta saber qué opina la ciudadanía, la que pudo presenciar cómo gentuza como René Bejarano se llevaba el dinero en maletas o la manera en que Carlos Ímaz lo imitaba. Está visto que en México la política es simplemente un negocio y un negocio turbio. El PRD, al parecer, ya está en manos de Ebrard. ¿Qué hará AMLO, seguirá de “licencia” o mejor aceptará las alianzas con quienes le “arrebataron” la presidencia? Felicidades, Felipe Calderón, admirados panistas: ya tienen un nuevo aliado, René Bejarano. El será invaluable en la lucha contra la corrupción. www.reneavilesfabila.com.mx www.recordanzas.blogspot.com