Redacción.- El presidente de la Academia Mexicana de la Ciencia, José Franco, calificó de un “grave error” que se ligue a las culturas originarias, en particular la maya, con visiones apocalípticas que jamás tuvieron.
Franco señaló que es sorprendente el hecho de que esa civilización pudiera hacer cálculos precisos de cinco mil 125 años sin los instrumentos con los que se cuenta en la actualidad.
Interrogado en específico acerca de lo que ocurrirá en diciembre próximo, que tanto ha impactado a algunas personas, sostuvo que los mayas tenían dos cuentas, la corta (de 52 años) y la larga, ya mencionada, relacionadas con el solsticio de invierno. Este año “terminará una cuenta larga y empezará otra, nada más”.
En conferencia de prensa, José Franco dio a conocer los detalles de la Cuarta Noche de las Estrellas, que se llevará a cabo el 17 de noviembre en 43 sedes del país y por primera vez en Guatemala, Colombia y Puerto Rico, con el lema “Universo Maya. El futuro escrito en el pasado”, en el que, dijo, esperan la participación de unas 200 mil personas.
Recordó que en las pasadas tres ediciones en conjunto participaron medio millón de personas; lo que implica poco más de 150 mil por cada uno. Para la del 2012 “esperamos que el clima nos lo permita. Hemos tenido poca asistencia en algunos casos porque el cielo ha estado nublado e incluso lloviznando”.
Franco reiteró que se ha generado un mito alrededor del final del calendario largo, en el que una visión apocalíptica que no tiene nada que ver con las culturas originarias, con los mayas, se ha vuelto muy popular, sobre todo en sitios de internet.
“Es un grandísimo error que se le ponga a nuestras culturas una visión que no tuvieron y creemos que es muy importante, por eso la razón del tema de este año, que se entienda mejor que los mayas fueron grandes conocedores del cielo”, destacó.
De hecho, agregó, se ha encontrado arquitectura monumental de la cultura olmeca asociada al conocimiento del cielo, que data de hace más de tres mil 500 años.
Los mayas, en concreto, alcanzaron un conocimiento muy preciso del movimiento de los cuerpos celestes, a los que vincularon con su organización social, política, religiosa y arquitectónica.
“Toda ciudad maya presenta características astronómicas en su orientación y forma; están alineadas con respecto del cielo de tal manera que sirven como calendarios de piedra para fechas importantes, como los solsticios, que tenían gran impacto para la toma de decisiones, como cuándo sembrar y cosechar.
A su vez, Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, mencionó que este año México dispondrá de 49 sedes para observar las estrellas en todo el país y dijo que el sitio más importante en la capital será el Zócalo.
Esta ocasión, añadió, se sumaron Colombia, con una sede en su ciudad de Barranquilla; Guatemala, y Puerto Rico, con su sede en Arecibo, localidad en donde está instalado el más grande radiotelescopio del mundo.
“Lo que los astrónomos nos han enseñado es que con los pies en la Tierra se puede mirar lejos”, asentó.
En esta acción se han coordinado más de 200 instituciones, entre ellas la embajada de Francia, el Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología, el Instituto de Astronomía de la UNAM y el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal.
Durante la noche de las estrellas será posible observar, según el lugar desde donde se mire y las condiciones climatológicas, la Luna, Júpiter, la estrella Albireo de la constelación del Cisne, La estrella Vega de la constelación de la Lira, Las Pléyades, la galaxia de Andrómeda, el Cúmulo doble de Perseo y la Nebulosa de Orión.
En las sedes, además de los telescopios, como cada año, habrá pláticas sobre el evento y carpas donde se permitirá al público en general utilizar los telescopios para mirar el cielo.