Por histeria acumulan alimentos... y armas

Por histeria acumulan alimentos... y armas La idea de que el “fin del mundo” ocurrirá el 21 de diciembre ha desencadenado la adquisición de kits de supervivencia y herramientas para enfrentar catástrofes

El viernes 21 de diciembre es un día clave para millones de personas en el mundo, individuos que acumulan semillas, armas, alimentos, velas... incluso ácido sulfúrico para enfrentar las catástrofes que, según ellos, profetizaron los mayas. De acuerdo con una encuesta de Ipsos Global Public Affairs, el 15 por ciento de la población en el mundo cree que el fin del mundo ocurrirá durante su vida; entre los más supersticiosos se encuentran los habitantes de Rusia. Justo en esa nación se han desencadenado compras de pánico y previsiones de supervivencia, al grado de que el primer ministro, Dimitri Medvedev ha salido en televisión para desmentir que el mundo terminaría el 21 de diciembre, o que vaya a haber un apagón eléctrico de tres días, como aseguran algunos catastrofistas. En algunas localidades de esa región se han agotado las reservas de alimentos, como en la república siberiana de Buriatia, en donde los productos no perecederos se acabaron. Además, la gente ha excavado galerías subterráneas y las ha llenado de reservas de harina, azúcar y queroseno, para esperar lo peor, en los Montes Urales. Otra zona que sitúan como la salvación del fin del mundo es la república de Altái, en la frontera de Kazajiztán, en donde se crearon comunas bajo la tierra. En Estados Unidos, habitantes de California agotan artículos de supervivencia, así como armas de todo tipo. En otros países como España, en donde no se pueden adquirir armas, un joven andaluz reúne ácido sulfúrico en un refugio campesino para resguardarse de zombies o extraterrestres que ataquen la Tierra. Los chinos también creyeron en las supersticiones y en el juego de los búnkers. Por ejemplo, Yang Zongfu creó su versión del Arca de Noé, una esfera de acero inoxidable de 4 metros de diámetro y 6 toneladas, que resiste la fuerza de un tsunami, una temperatura de mil 700 grados centígrados y un impacto de 350 toneladas. Y justo donde se gestó el rumor del fin del mundo, en la zona maya del continente americano, cientos de extranjeros piden licencia para permanecer el fin de año en Uxmal, Chichen Itzá y Tulum. El Instituto Nacional de Migración (INM) informó que durante el año pasado 2 mil 963 extranjeros solicitaron su forma FM3 para ingresar legalmente al país para diciembre de 2012. Entre los solicitantes para radicar en Yucatán, Tabasco, Chiapas y Quintana Roo destacan turistas de Estados Unidos, con mil 91 peticiones; Canadá, con 391; Cuba, con 312; China, con 107; Italia, con 92; Francia, con 84, y España, con 82. La gente se prepara, “sea por un final a manos de Dios, un desastre natural o un acontecimiento político, sea cual sea la razón, una de cada siete personas piensa que el fin del mundo está en camino”, como explica Karen Gottfried, gerente de investigación de Ipsos Global Public Affairs.