En el aeropuerto de Cancún, un balneario del este de México, Gonzalo Álvarez recoge sus maletas junto a cinco amigos con quienes viajó para vivir el inicio de una nueva era Maya, que originó una supuesta profecía apocalíptica, despertando temores milenaristas en otros rincones del planeta.
“Venimos a una fiesta, a prepararnos para un nuevo ciclo”, dice este arquitecto venezolano de 39 años, quien alquiló una cabaña cerca al mar en el norte de la península de Yucatán, en cuya geografía se reparten algunos de los más importantes sitios arqueológicos de esta cultura que dominó el extremo noreste del Mar Caribe durante siglos.
Cinco países se preparan para celebrar el 21 de diciembre el fin de una era maya de 5 mil 200 años, al amparo de promociones turísticas que ligan la fecha a una supuesta profecía del fin del mundo, que fue divulgada globalmente a través de libros y películas como “2012” de Roland Emmerich y la novela “El testamento maya” de Steve Alten.
“Escogimos México porque es más barato y accesible, y así podremos aprovechar las celebraciones”, añade Álvarez, que dice haber alquilado la cabaña por 800 dólares para dos semanas.
México, Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras, los llamados países del mundo maya, esperan millones de turistas y preparan programas que incluyen fuegos artificiales, conciertos y rituales en 39 sitios arqueológicos, con la presencia de al menos dos jefes de Estado, y hasta una última cena preparada por uno de los chefs más prestigiosos del planeta, el danés René Redzepi, en el museo de la ciudad mexicana de Mérida.
El 21 de diciembre, las ceremonias preparadas para los turistas se realizarán junto a las pirámides de Chichén Itzá en México, en Copán en Honduras, Tikal en Guatemala o La Joya de Cerén en El Salvador.
Los presidentes Otto Pérez de Guatemala y Porfirio Lobo de Honduras tienen previsto encabezar las celebraciones respectivas en sus países, el primero en Tikal y el segundo en Copán.
(AFP)