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lunes, 16 de septiembre de 2013

11 de septiembre: ¿Una operación que se organizó desde adentro?

11 de septiembre: ¿Una operación que se organizó desde adentro?

Laurent Guyénot
El papel que jugó Israel en los trágicos sucesos del 11 de septiembre de 2001 –hechos determinantes que moldearon la geopolítica del siglo XXI– ha sido objeto de ácidas controversias, para convertirse más tarde en un tema tabú en el seno mismo del Movimiento por la Verdad sobre el 11 de Septiembre (9/11 Truth Movement). Por tocar este tema el investigador francés Thierry Meyssan fue marginalizado, a pesar que fue este quien desenmascaró las mentiras de Washington. La mayoría de las asociaciones militantes, movilizadas bajo el lema «9/11 was an Inside Job» (El 11 de septiembre una operación que se organizó desde adentro), mantienen gran discreción en cuanto a los elementos que prueban y conducen a una implicación directa de los servicios secretos de Israel. Nuestro colega Laurent Guyenot pasa en revista varios datos tan incuestionables como desconocidos y analiza los mecanismos de aquellos que continúan a negar las evidencias.
Mientras se va conociendo poco a poco el papel jugado por Israel en la desestabilización del mundo posteriormente al 11 de septiembre 2001, se entiende entonces mejor, la idea de que una facción del Likud, ayudados por sus aliados infiltrados en el seno del aparato de Estado de los EE.UU., sean los responsables de la operación de bandera falsa del 11 de septiembre, ento se vuelve creíble y contundente, e incluso hay algunas personas que han tenido el coraje de declarar públicamente. Francesco Cossiga, presidente de Italia entre 1985 y 1992, dijo el 30 de noviembre de 2007, el diario Corriere della Sera: “Nos quieren hacer creer que Bin Laden confesó ser el autor del atentado del 11 de septiembre de 2001 sobre las torres gemelas de Nueva York — a pesar que los servicios de inteligencia de EE.UU. y europeos sabían muy bien que el desastroso ataque fue planeado y ejecutado por la CIA y el Mossad con el fin de acusar a los países árabes de terrorismo y para poder atacar a Irak y Afganistán” [1].
“Alan Sabrosky, ex profesor de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de EE.UU. y de la Academia Militar de EE.UU., no dudó en proclamar su convicción de que el 11 de septiembre es un “clásico orquestado por el Mossad”, operación llevada a cabo con la complicidad dentro del gobierno estadounidense. La voz de Alan Sabrosky suena, repercute y se transmite con fuerza dentro de los círculos de los veterano del Ejército de EE.UU., quienes están asqueados por las infames guerras a las cuales se evn implicados y deben cumplir, todo esto en el nombre de la mentira del 11 de septiembre o de las armas de destrucción masiva Saddam Hussein. [2]
Los argumentos a favor de la hipótesis de una implicación del Mossad no sólo se debe a la reputación que tiene como servicio secreto más poderoso del mundo, sino a un informe de la U.S. Army School for Advanced Military Studies (citado por el diario Washington Times en vísperas del 11 de septiembre), que describe al Mossad como siendo algo “Cínico. Solapado, despiadado y astuto. Capaz de llevar a cabo un ataque contra las mismas fuerzas estadounidenses y disfrazarlo como un acto cometido por palestinos / árabes” [3]. La implicación del Mossad, junto con otras unidades de elite israelíes, son cosas reales y evidentes por una serie de hechos poco conocidos
¿Sabe por ejemplo, que las únicas personas que fueron detenidas el mismo día en relación con los ataques terroristas del 11 de septiembre 2001 son todos israelíes [4]? La información fue dada a conocer al día siguiente por el periodista Paulo Lima en el diario The Record, cotidiano del condado de Bergen en el Nueva Jersey, informaciones basándose en fuentes policiales.
Inmediatamente después del primer impacto en la torre norte, tres individuos fueron vistos por varios testigos en el techo de una camioneta estacionada en el Liberty State Park en Jersey City, “se regocijaban” (celebrating) “saltando de alegría” (jumping up and down), y se fotografiaban con las torres gemelas atrás. Luego trasladaron su camioneta a otro parking situado en Jersey City, donde otros testigos los volvieron a ver festejando y celebrando de manera ostentosa [los ataques terroristas].
La policía lanzó de inmediato una alerta BOLO (be-on-the-look-out) : “Vehículo posiblemente relacionado con el ataque terrorista en Nueva York. Camioneta Chevrolet modelo 2000, color blanco, con placa de New Jersey y un logo de “Urban Moving Systems” en la parte trasera del auto, el cual fue visto en el Liberty State Park, Jersey City, NJ, en el momento del primer impacto del avión contra las torres gemelas del WTC. Tres individuos en la camioneta fueron vistos celebrando y regocijándose después del impacto inicial y la explosión que siguió. [5]“.
La camioneta fue interceptada y detenida por la policía unas horas más tarde, a bordo iban cinco jóvenes israelíes: Sivan y Paul Kurzberg, Yaron Shmuel, Oded Ellner y Omer Marmari. Forzados de salir del vehículo físicamente y obligados de acostarse en el suelo, el conductor, Sivan Kurzberg, lanzó entonces esta enigmática frase: “Somos israelíes. No somos su problema. Sus problemas son nuestros problemas. Los palestinos son el problema. [6]“. Las fuentes policiales que dieron informaciones y otros detalles al periodista Paulo Lima estaban convencidos de la implicación de estos israelíes en los ataques que ocurrieron en la mañana contra las torres gemelas: “Tenían mapas de la ciudad en la camioneta y en donde habían marcado algunos puntos importantes. Parecía como si supieran todo lo que iba a pasar [...] daban la impresión que estaban al corriente de los sucesos cuando se encontraban en el Liberty State Park. [7]
“Se encontró además que estos jóvenes israelíes llevaban consigo diversos pasaportes de varias nacionalidades, casi 6.000 dólares en efectivo y billetes de avión abiertos (open) para viajar al extranjero. Los hermanos Kurzberg fueron identificados formalmente como agentes [espías] del Mossad. Los cinco israelíes trabajaban oficialmente para una empresa de mudanzas llamada Urban Moving Systems, cuyos empleados eran en su mayoría israelíes. “Yo estaba llorando. Y estos cinco tipos estaban bromeando y jactándose [de los ataques] y eso me molestaba y perturbaba mucho [8]“, confiesa al diario The Record uno de los pocos trabajadores no israelíes. El 14 de septiembre, después de recibir la visita de la policía, el dueño de la empresa de mudanzas, Dominik Otto Suter, abandonaba rápidamente el país [los Estados Unidos] con destino a Tel Aviv.
La información divulgada por el diario The record, información confirmada por el informe de la policía, fue retomada por los sitios de investigación como el Informe Wayne Madsen Report (14 de septiembre de 2005) y Counterpunch (7 febrero 2007). La dicha información fue también utilizada por grandes algunos medios de comunicación, pero de una manera que minimizaba su importancia: el New York Times (21 de noviembre 2001) omitió de mencionar la nacionalidad de las personas, al igual que el canal Fox News y la agencia de noticias Associated Press. El diario Washington Post (23 noviembre 2001) aunque dijo que eran israelíes no mencionó nada acerca del conocimiento que tenían estos israelíes sobre los trágicos sucesos. En cambio, la revista The Forward (15 de marzo 2002), publicación de la comunidad judía de Nueva York, reveló, citando una fuente anónima de la inteligencia de EE.UU., que la empresa Urban Moving Systems era la cobertura de una antena del Mossad (hecho que no le impidió recibir un préstamo federal de 498.750 dólares, como lo demuestra los registros y archivos del impuesto y fisco estadounidense. [9]
El FBI ordenó una investigación sobre este caso, investigación que quedó plasmada en un informe de 579 páginas, investigación parcialmente desclasificada en 2005 (lo será completamente en el año 2035). El periodista independiente Hisham Hamza analizó este informe en detalle en su libro Israel y 11 de septiembre: Un Gran Tabú (publicado en francés). Demostrando de manera fehaciente y abrumadora una serie de elementos que demuestran la implicación de los servicios secretos de Israel en los atentados del 11 de septiembre de 2001. En primer lugar, las fotos que se tomaron estos jóvenes israelíes muestran actitudes de celebración y festejo delante de la torre norte en llamas: “Están contentos y sonriendo, se abrazan y se palmadas en sus manos”. Para explicar este comportamiento, los sospechosos israelíes dijeron que estaban simplemente encantados de saber que “en adelante los Estados Unidos deberían tomar drásticas medidas para luchar contra el terrorismo en el mundo” (aunque en este momento preciso, la mayoría de la gente [y periodistas] pensaba que el avión estrellado en la primera torre gemela era un accidente de avión y no un acto de terrorismo).
Imagen: El libro en formato digital del autor Hicham Hamza, Israel y el 11 de septiembre: el gran tabú (2013) recopila la totalidad de los archivos así como otros datos del dossier que apunta y pone en causa la responsabilidad de Israel, con un rigor investigativo irreprochable, además las fuentes del libro son de acceso simple para el lector.
Los israelíes bailando
Continuará
Las partes siguientes de esta interesante investigación serán añadidas y completadas en este mismo artículo en el transcurso de esta semana.
Laurent Guyénot

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