AS SECTAS DEL JUDAISMO:
2. LOS SADUCEOS
3.
LOS ESENIOS
4. LOS ZELOTAS
5. LOS ESCRIBAS
6. LOS PUBLICANOS
7. LOS HERODIANOS
(Lección 7 )
La mayoría de las sectas
del judaísmo tuvieron su origen durante el intermedio entre los dos testamentos, pues son desconocidas en el Antiguo Testamento. Algunas probablemente tuvieron su origen durante
los setenta años de la cautividad babilónica, aunque no se hace mención de ellas en los
escritos posteriores a dicha cautividad. Sin
embargo, muy bien puede suceder lo que sucedió con
la sinagoga. La sinagoga se originó durante tal cautividad por la necesidad de un lugar
de adoración. La sinagoga fue creada especialmente para la instrucción de La
Ley y el estudio de las tradiciones judías durante el periodo
de la cautividad, y vino a ser una institución muy
importante para los judíos de la dispersión, y posteriormente un instrumento muy propio para el
desarrollo del cristianismo, fue especialmente usada por Pablo en sus diferentes
viajes como un instrumento para al proselitismo
cristiano.
La palabra “secta” es
generalmente usada para significar un partido
en religión que difiere en algunos aspectos del cuerpo principal religioso. Entre los
judíos había varias sectas en los tiempos de Cristo, siendo las principales los fariseos o formalistas y los Saduceos o libre pensadores
1. LOS
FARICEOS: Los fariseos se originaron
durante el tercero o segundo siglo antes
de Cristo en los días que precedieron a la guerra de los Macabeo, cuando Palestina se encontraba bajo el dominio político de los
griegos que era impuesto por los Sirios. Como ya se ha visto existió un esfuerzo de parte de los Sirios para desintegrar la unidad judía. Algunos de parte
de los judíos se sintieron atraídos por tal
influencia y es entonces cuando aparece este grupo como una protesta contra las
tendencias de sus conciudadanos. Su lema
era mantener la integridad nacional y apegarse estrictamente a la Ley de
Moisés
La palabra “fariseos”
tiene su origen en el Arameo, de la forma Hebrea perushim, que significa “los apartados o separados”.
Ellos se separaron así mismos de los otros
Judíos bajo la pretenden de su pureza y su observancia estricta a la ley, separándose igualmente de los
otros Gentiles.
El nombre muy bien se lo pudieron aplicar sus enemigos ya que fue usado
primeramente en los días de Juan Hircano, uno de los
Macabeos, quien fue convertido de los fariseos por los
saduceos.
Los fariseos eran de la
secta más estricta, más popular y con más partidarios de las sectas judías, y
como la componían los más, no eran de la clase rica, pues vivían una vida
limitada y no aceptaban los lujos. Esta manera de observar la Ley nación del deseo de un
patriotismo ferviente y división religiosa, pero más tarde degeneraron en una
secta formalista e hipócrita. La
influencia política era muy grande, aunque en número
solo sumaran unos 6,000 o 7,000 en los días de nuestro Señor Jesucristo. Las marcas distintivas de
los fariseos del tiempo de Cristo eran su envidia, egoísmo, justificación propia
e hipocresía. Trataban de atraer la
atención y la admiración del público al hacer: oraciones largas, al pagar diezmos
innecesarios, por el ayuno constante, y por discriminar a todas las naciones,
mirando con desprecio a otros por el hecho de no ser Judíos, descendientes de Abraham, y por las anchas y visibles filacterias, o amuletos hebraicos, pasajes escritos de la Ley que se amarraban a la cabeza y
descendían por el brazo y cerca del corazón por
cordones, para despertar un recuerdo de la Ley.
La característica esencial de los fariseos era su confianza en la
Ley y su doctrina de conformarse a
ella. Además de que ellos creían a
la Ley de Moisés
contenida en el Pentateuco, ellos se adherian a las tradiciones orales o Mishna, y a las tradiciones escritas en El
Talmud. Insistían en explicar la
ley de Moisés de una manera que todos la pudieran entender, aunque la interpretación que ellos hacían de la Ley era de acuerdo a las tradiciones del
Talmud y el Mishna.
Los fariseos se conocían
por ciertas doctrinas especiales:
(1) ellos creían en la
resurrección y la inmortalidad del alma y por lo tanto la doctrina de un castigo
y bendición futura
(2) Además creían en la existencia de ángeles y espíritus, y en la
doctrina de la predestinación.
Como se podrá observar,
al principio los fariseos habían sido una secta limpia, pero después degeneraron
en una secta ambiciosa, arrogante, llena de justicia personal y fueron enemigos
constantes de Cristo y sus enseñanzas. Cristo también reacciona contra ellos, y
la más abierta denunciación se encuentra en Mateo 25 donde Jesús denuncia su hipocresía al dedicarse a guardar los
detalles más insignificantes de la ley, olvidando aquellas cosas relacionadas
con los aspectos espirituales de ella.
El nombre de Fariseo,
después de lo que al respecto se lee en los evangelios, se ha convertido en
nombre de odio y de desprecio, símbolo de las asquerosa hipocresía
religiosa.
2. LOS SADUCEOS
La secta de los
SADUCEOS se origina aproximadamente al
mismo tiempo que la de los fariseos. Estos favorecían la adopción de las
costumbres helenistas, y por lo tanto se abstuvieron de participar en el conflicto Macabeo por la
libertad e independencia del país. Todos
los judíos con actitudes liberales se convertían en saduceos. Los saduceos viendo establecido el culto
después del destierro, renovadas, afianzadas de nuevo las prácticas religiosas y
reconstituido el pueblo judaico, se daban por satisfechos y nada o muy poco
creían en la venida del Mesías y nada en lo absoluto en la vida futura y en la
resurrección de los muertos.
Probablemente derivaron
su nombre de Zadok, el presidente del Sanedrín, un maestro de la Ley en una de las escuelas
religiosas mas grandes de Jerusalén durante el reinado de David. La secta era
pequeña pero poderosa. Los sacerdotes en
su mayoría eran saduceos y formaban una casta sacerdotal. Como por
doscientos (200) años antes de la caída de Jerusalén los Sumo sacerdotes eran
hechos miembros de esta secta por obligación.
Los miembros de los saduceos eran ricos y tenían cargos altos en la
política y tenían mucha influencia en el pueblo por su posición religiosa,
política y económica. Y aunque eran los líderes oficiales de la religión, eran
descaradamente irreligiosos, en realidad eran más políticos que religiosos y
favorecían la política de Roma en Palestina.
En los días de Cristo en la tierra, los saduceos controlaban todo el
poder que había sido dejado a los Judíos, y eran poderosos controlando el Sanedrín o la Suprema
Corte de Justicia de los Judios.
Se caracterizaban por su
mundanalidad, y creían en que cada individuo podía
interpretar las Escrituras por sí mismo.
Así es como ellos negaban la resurrección de los muertos, la inmoralidad
y la retribución futura, negaban la existencia de los ángeles y espíritus, y
afirmaban que cada persona tenía “libre albedrío y era responsable por el bien o
el mal que cometía.
Las prácticas religiosas
de los saduceos se basaban en la ley
escrita del Antiguo Testamento y la consideraban como la única autoridad divina.
Negaban la ley oral o Mishna, y también el Talmud o las
tradiciones escritas aunque estaban de acuerdo con los fariseos en que
muchas de esas leyes eran aplicables. Como se observará eran el lado opuesto a
los fariseos, aunque muchas veces se unieron a ellos para oponerse a
Jesús.
Excepto por la ocasión
de (Mateo
16:1,4,6) Cristo nunca se ocupó de los Saduceos denunciándolos abiertamente
como lo hizo con los Fariseos. Parece que el Señor consideraba la hipocresía
religiosa más terrible que la de aquellos que se encontraban alejados de
Dios.
Un acontecimiento
importante en cuanto a los Saduceos es que desaparecieron rápidamente después
del primer siglo. Cuando cayó Jerusalén en el año 70 AD. Las enseñanzas de los saduceos desaparecieron porque el templo fue destruido, y la posición de los
sacerdotes, que eran saduceos, también ya fue inútil. Sin embargo, durante el
ministerio de Jesús, ellos se opusieron a lo que Cristo enseñaba, ya que el
Señor habló mucho de su resurrección.
3.
LOS ESENIOS
Los esenios eran un
grupo exclusivo. Se separaron del mundo que los rodeaba para vivir en las cuevas
que se encuentran al norte del Mar Muerto. Eran un grupo monástico que usaban la
misma clase de vestidos, su énfasis estaba en la limpieza (algunos de ellos se
bañaban seis veces diarias). Ellos
interpretaban la
Ley de una manera muy especial, no celebraban sacrificios de
ninguna especie y empleaban su tiempo escribiendo. Somos deudores a ellos de los
descubrimientos recientes de los pergaminos del Mar
Muerto.
4. LOS ZELOTAS
Este grupo también se les
conocía como “celantes” o “celadores”. Se llamaron así ciertos judíos que
promovieron grandes tumultos en Judea a principios del año 66 AD, Se dieron ellos mismos
este nombre a causa de su celo, excesivo por cierto y mal entendido, por la
libertad de su patria. Fueron llamados también “sicarios”, de “Ica”, voz latina que significa “puñal” con motivo de los frecuentes
asesinatos de que eran autores. Se creían ellos con el derecho de matar a todos
aquellos que no participaran de su fanatismo. En la época del sitio de
Jerusalén, los Zelotas se concentraron en esa ciudad donde cometieron muchas
crueldades que describe detalladamente el escritor Josefo.
Ellos esperaban
fielmente al Mesías que vendría a colocarlos a la cabeza de todos los reinos de
la tierra. Odiaban a muerte a los
Romanos y se les considera responsables por la destrucción de Jerusalén en 70 -AD»
5. LOS ESCRIBAS
Literalmente (los que
escriben). Se formaron, en los tiempos posteriores a la cautividad
babilónica, una clase de doctos a quienes se atribuye una gran parte en la
historia de la cultura de aquel tiempo (siglos V y IV antes de la venida de Cristo), hasta los tiempos de Cristo. Así como el Israel Antiguo tuvo “las escuelas
de los profetas”, así el posterior judaico tuvo “los escribas” de los cuales
Esdras fue el primero que contribuyo a reconstruir el Judaísmo, siendo el
iniciador de una nueva era para los Judíos y el primer reorganizador e
intérprete de los libros Santos. Después de Esdras, los Escribas formaron una clase (pero no una casta) que fue
aumentando en importancia hasta que degenero también por lo que respecto a ellos
se dice en el Evangélico. Esta clase se le llamo “La Gran congregación” y se le recuerda
ya en los tiempos de Esdras. No fueron propiamente
autores de libros, sino simplemente compiladores e interprétese. Ellos leían e interpretaban públicamente para el
pueblo Las Sagradas Escriturase. Fueron conservadores hasta el exceso, aferradísimos a
lo antiguo, enemigos de toda novedad, tanto que después se hicieron intolerantes
por excesivo celo, mezquino y pedantes en el pensar y en el obrar. En los
tiempos de Cristo la mayoría de los escribas pertenecía a la secta de los
fariseos con los cuales van unidos ordinariamente en la narración evangélica. En esa época se distinguían por su
soberbia, pues aspiraban a que sus discípulos los
llamaran públicamente Rabí, es decir “mi
señor” o “mi maestro”. Ambicionaban los
primeros puestos en los banquetes y en las sinagogas y los primeros saludos en
el foro; trataban de distinguirse
llevando los distintivos exteriores de la confesión judaica, que llevaban todos
los israelitas, más grandes que la generalidad.
Eran también muy rapaces, como se los reprochaba Cristo
(Mateo
12:40; Lucas 20:47) con pretexto de largas oraciones devoraban las casas de las
viudas.
6. LOS PUBLICANOS
De la voz latina
-publicum, que indica el erario del estado, fueron así llamados, entre
los latinos, los recaudadores de impuestos o rentas públicas, los cuales como es
consiguiente, pertenecían a la clase más acaudalada, y en general a la de los
caballeros. Generalmente se reunían en
una corporación reconocida legalmente, debiendo dar garantías al estado por la
suma con que compraban el derecho de recaudar los impuestos en una o mas
provincias. Venían así a formar como un
banco gubernativo al cual llamaba Cicerón “el ornamento de la ciudad y el
sostén de la república”, dirigido por un “magistratus” residente en
Roma y por sus encargados en las provincias que vigilaban la exacta recaudación
de los impuestos. El príncipe de los publícanos que menciona Lucas 19:2 parece haber sido uno de
estos intendentes de las gabelas por encargo de los romanos. El oficio de
recaudador de rentas era odioso entre los latinos, por las vejaciones con que molestaban a los
contribuyentes, más odioso era indiscutiblemente para los Judíos, los cuales
contra toda su voluntad, pagaban los impuestos a los dominadores; tanto que para
ellos la palabra PUBLICANO se convirtió en sinónimo de pecador público cuyo
contacto se había de evitare. Por esto los publícanos son siempre citados con
desprecio y hasta el Divino Maestro los nombra con los pecadores, aunque
diciendo a los fariseos que “los publícanos y las remeras los habían precedido en el Reino de los
cielos”. Es conocidísima la parábola del fariseo y el publicano, con la cual
quiso Jesús mostrar que la humanidad de los pecadores los dispone a la
justificación, mientras que la soberbia de aquellos que se creen justos los hace
odiosos a Dios.
7. LOS HERODIANOS
Los herodianos
constituían un partido político que favorecía el gobierno de los Heredes. Como los reyes de la dinastía. Heredes
reinaban por el consentimiento de Roma, este grupo se sometía voluntariamente al
gobierno de los conquistadores y sostenían que era justo pagar al conquistador
todos los tributos, cosa que los nacionalistas patriotas de los fariseos
negaban. Y como sucedió con la mayoría de los partidos religiosos del tiempo de
Jesús, aunque peleaban entre sí y eran diferentes, cuando se trataba de oponer resistencia a Cristo se unían entre
sí.
HEMOS
VISTO al mundo al cual vino
Cristo y no dudamos que verdaderamente era “el cumplimiento del
tiempo” (Gálatas 4:4).
Existía una necesidad universal
de modificar el estado existente de cosas. Había confusión y un estado
general de espectáculo. El hombre
necesitaba algo que lo levantara del estado de degradación en que se encontraba.
Entonces, cuando todo estaba listo, preparado, vino Cristo. Cuando en lo
político, económico, social y religioso se encontraba en condiciones ideales, es
cuando aparece el Hijo de Dios para ofrecer la redención del género
humano.
En seguida veremos
un sumario de las contribuciones del
Imperio Romano al Cristianismo, y como las protestas que decían “En los días de
estos reyes” (Daniel 2:44); lo mismo que la expresión
“Venido el cumplimiento del tiempo” (Gálatas 4:4), se combinan para enseñarnos que durante la época de los reyes
romanos, era el tiempo más oportuno o cuando se cumplieron todas las cosas
haciendo posible la venida de Cristo al mundo.
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