UCRANIA: LA SEGUNDA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN
INFORME ESPECIAL DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALIYUGA (22/02/14)
UCRANIA: LA SEGUNDA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN
Un miembro menos de la nomenklatura
Si bien ha sido Ucrania la cuna del zarismo, también ésta ha sido y será siempre la tumba del bolchevismo en cualquiera de las formas en que éste se hubiese presentado.
Fue en Ucrania donde se dieron las últimas grandes batallas por parte del ejército blanco leal al antiguo régimen en contra del comunismo y fue también en tal país en donde desde el mismo socialismo se desarrollara la famosa guerrilla anarquista del campesino Makhno, ahogada en sangre por el ejército rojo de Trotsky apadrinado por Lenin quienes, junto a su heredero posterior, Stalin, querían sujetar el socialismo a una nomenklatura de mafiosos y multimillonarios tal como la que rige actualmente con el tirano fraudulento Putin. Y fue justamente que, con la finalidad de 'resolver' el problema campesino en tal país que aquel sangriento régimen implementara el famoso Holodomor, esa hambruna artificial por la cual se hicieron morir más de 10 millones de pequeños propietarios, kulaks, con la finalidad de implementar el sistema estatal de producción agrícola, consistente en que el suelo, así como la totalidad de los bienes de una nación, estuviese en manos de tal aludida nomenklatura, conocida bajo el famoso eufemismo de 'dictadura del proletariado'.
Y fue también en Ucrania en donde se constituyera, en la segunda gran guerra mundial, durante el período de liberación emprendido por el ejército alemán, el famoso ejército anticomunista de Vlasov, compuesto por varios millones de voluntarios y el cual, debido a la limitaciones ideológicas racistas del invasor, no pudo llegar finalmente a entrar efectivamente en acción.
En el día de hoy ese mismo sufrido pueblo ucranio ha dado un paso decisivo en su lucha heroica en contra de su tradicional enemigo, el bolchevismo usurpador en sus diferentes denominaciones, leninismo, trotskysmo, stalinismo, putinismo, etc. Dando una muestra de dignidad sin límites y que debería ser imitada por otras naciones, no aceptó el chantaje del vecino régimen ruso el cual, para mantenerlo dentro de su esfera colonial y con la excusa del 'eurasianismo antiatlantista', una ideología para consumo de desinformados y atormentados, intentó sobornarlo con un crédito blando de 12 mil millones de dólares y una sustancial rebaja en el precio del gas con la única condición de que no ingresara como socio de la Unión Europea y se mantuviese subordinado en cambio al engendro euroasiático especialmente creado por Putin y su ideólogo Dugin. Y acá al respecto hay que destacar que los seguidores de tal ideología, subordinados como idiotas útiles al imperialismo bolchevique ruso, han querido llevar este chantaje además al plano de las ideas. Según ellos todo aquel que no acepte someterse a los designios de tal conglomerado mafioso y brutal es sin más un agente de los norteamericanos y del sionismo, puesto que según tal curiosa ideología el ser humano no puede vivir a la intemperie y sin el amparo de alguna mafia que lo proteja. Es decir que, para estar en contra de los EEUU e Israel, habría que someterse sin más al imperialismo bolchevique euroasiático del Sr. Putin. Sin embargo esta Agencia ha demostrado con pruebas contundentes que tal conglomerado no es en verdad enemigo verdadero de los primeros, sino por el contrario, un aliado indispensable en la lucha mancomunada que llevan a cabo en contra del fundamentalismo islámico. Y esto se lo ha podido ver aun durante estos últimos dramáticos acontecimientos. Desde un punto de vista propagandístico los euroasiáticos han querido demostrarnos, pero sin poder proporcionarnos prueba alguna, que los sublevados en contra del régimen títere de Yanukovich eran personas subvencionadas por los EEUU. La realidad es que si bien el movimiento rebelde estaba en la superficie compuesto por sectores favorables al occidente, en su base sin embargo se encontraban elementos nacionalistas decididamente antibolcheviques cuya consigna era no meramente llamar a elecciones anticipadas como solicitaba el otro sector, sino directamente expulsar a tal régimen del poder manteniendo una absoluta independencia respecto del conglomerado europeo. Esta postura abiertamente revolucionaria fue la que finalmente triunfó logrando, a través de la inclaudicable revuelta callejera, la fuga estrepitosa del agente de Moscú y la inmediata convocatoria a elecciones obteniendo además la libertad de la líder opositora Timoshenko. Es de destacar al respecto que, lejos de haber manifestado una abierta adhesión a la revolución triunfante, la primera reacción de los norteamericanos ha sido en cambio la de convocar a una reunión de todos los sectores (es decir incluyendo a los agentes de Rusia) para encontrar una 'salida pacífica'. Y esto debe entenderse de la siguiente manera. Rusia y EEUU están comprometidos en una guerra mancomunda en contra del enemigo islamista que ha triunfado en Afganistán, que lo está haciendo en Irak y que dentro de poco lo hará definitivamente en Siria estableciendo así las bases del futuro califato que significará la lisa y llana desaparición del Estado tapón de Israel, que es defendido a sangre y fuego sea por Rusia como por los EEUU. Para ello resulta de una importancia estratégica fundamental que en el nuevo régimen que se constituya Rusia siga teniendo en sus manos el puerto de Sebastopol ubicado en territorio ucraniano y que representaría su única salida al Mar Negro. La pérdida del mismo significará el debilitamiento de la causa del otro títere solidario, Assad, cuyo gobierno le posibilita la existencia de la base naval en el puerto de Tartus y que hoy se sostiene con alfileres. Obama ya ha hecho saber que ayudará a Rusia en tal propósito. Al respecto acotemos sin embargo que dentro de todo la presencia del negro es una gran ventaja en la guerra de civilizaciones. De haber estado Bush, un gran amigo de Putin, con seguridad que Rusia habría podido enviar tropas a Ucrania 'para defender el futuro de Eurasia', ese nuevo engendro sustituto de la gloriosa Unión Soviética para consumo de gente de 'derecha', tal como en su momento lo hiciera en Georgia, bajo la mirada distraída del Sr. Bush; pero Obama está rodeado de ideólogos progresistas que hubieran asociado tal hecho a la invasión de Hungría del 56 o a las posteriores de Polonia y Checoeslovaquia y hubieran sin más asociado a Putin con el stalinismo. Acotemos de todos modos que hoy en día, así como los comunistas en su momento saludaban las matanzas que el régimen que representaba a su ideología efectuaba en tales países en defensa del 'los intereses históricos del proletariado', existe en cambio una nutrida fauna de euroasiáticos que celebran alborozados las matanzas e invasiones efectuadas por el Sr. Putin con argumentos de lo más dispares que van desde la defensa de un mundo multipolar (???), hasta la consumación del tercer secreto de Fátima. Tal como vemos la imbecilidad y el servilismo no tiene límites. Esperamos pues que los revolucionarios ucranianos con su ejemplo infundan bríos a la revolución que se está desarrollando en el Cáucaso usurpado por Rusia y en donde se han constituido también regímenes títeres que han aceptado el soborno como el caso del de Kadyrov en Chechenia.
Walter Preziosi
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