Contra la bestia sionista, todo nuestro apoyo a la Resistencia palestina
x
Red Roja :: Más articulos de esta autora/or:
La
resistencia palestina contra la ocupación está legitimada: la
legitimidad de los oprimidos para liberarse, por los medios que sean
precisos, de la opresión.
Una vez más, los aviones israelíes bombardean
al pueblo palestino en la franja de Gaza. Modernos drones -aviones no
tripulados- lanzan bombas que no distinguen entre combatientes de la
resistencia o personas indefensas. Además, Netanyahu amenaza con invadir
con tropas terrestres la franja de Gaza, para lo que ha movilizado a
40.000 reservistas. Con su cinismo habitual, los sionistas llaman a
estos crímenes “Operación Margen Protector”.
Los adjetivos para Israel ya se nos agotaron hace años. Qué decir de un Estado genocida, terrorista, imperialista y fascista sin límites. Pero es fácil poner adjetivos. Red Roja no comparte las posiciones de tantos intelectuales bien-pensantes. Nosotros no entraremos en ambigüedades, ni citaremos declaraciones de la ONU: la resistencia palestina contra la ocupación está legitimada. Y no por tribunal alguno, sino por un derecho mucho más fuerte que el derecho internacional: la legitimidad de los oprimidos para liberarse, por los medios que sean precisos, de la opresión.
Ya sabemos lo que significa a nivel histórico que unos colonos sionistas sean secuestrados. O que la resistencia lance cohetes caseros para defenderse de la agresión israelí que viene padeciendo desde hace más de medio siglo. Más justo será recordar que, contando solo desde el año 2000, las balas israelíes han matado a más de 1.500 niños palestinos. Que en Gaza viven 1'7 millones de palestinos en 350 kilómetros cuadrados, de los cuales 1'2 millones fueron expulsados de sus tierras (lo que ahora es el sur del Estado de Israel). Que viven bloqueados, con un 40% de paro y un 14% de sus niños sufriendo desnutrición aguda. Que, como cualquier persona decente tendrá que admitir, desde 1948 (e incluso antes) no hay en esa tierra otro agresor que los sionistas.
Por eso, Israel debe tener cuidado de que su intento de una segunda Nakba no se convierta en una tercera Intifada. Y para ello será necesaria la Resistencia. Saludamos, pues, a la resistencia realmente existente representada por grupos como la Yihad Islámica o Hamás, y de manera especial a los camaradas del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Saludamos y honramos a todos los que, con la debida coherencia, rechazaron en su momento la farsa de los acuerdos de Oslo. Ahora, cuando las agresiones se producen siempre dentro de las fronteras anteriores a 1967 -por lo que, a efectos prácticos, la solución de los dos Estados ha perdido cualquier viabilidad-, el tiempo les ha dado la razón.
A escala internacional, asistimos a un periodo convulso, de desestabilización permanente por parte, en última instancia, de unos EE UU decadentes y sin capacidad real de dominar el mundo, que reaccionan ante unas potencias emergentes con mayor poder económico pero sin capacidad militar para doblegar, todavía, a los gringos. Los fascistas en Ucrania, los gusanos en Venezuela y ahora los sionistas en Gaza son distintas manifestaciones de esta situación mundial.
Red Roja defiende abiertamente, en cualquier circunstancia y nos pregunte el periodista que nos pregunte a la revolución bolivariana de Venezuela, a la resistencia antifascista de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y a la resistencia anticolonial de Palestina. Los nuestros son los que se organizan para pelear por lo que es suyo.
Red Roja es consciente de que no serán la ONU ni el manoseado “derecho internacional” los que frenen la agresión contra Palestina, sino su propio pueblo organizado, guerrillero y plantando cara a la tropa invasora de la única forma que esto puede hacerse. Bien lo sabemos aquí, en el Estado español, donde fuimos bombardeados por la Legión Condor con idéntica saña, pero donde resistimos durante años gracias a ejemplares milicias antifascistas.
Más nos vale aprender de la experiencia histórica, pues, quienes en 1939 “vencieron” provisionalmente aquí, acabaron siendo doblegados en Stalingrado. Y, más tarde, la siguiente potencia imperialista hegemónica cayó de rodillas en Corea, en Cuba y en Vietnam. En el futuro, una generación de niños criados entre las ruinas, el ruido de los obuses y la barbarie, crecerá, pisará cada vez más fuerte y acabará sumando Palestina a esas hermosas páginas de la historia de la humanidad en que David supera a Goliat.
Pero no basta con posicionamientos sobre el papel. Red Roja, como destacamento de un movimiento internacional -y concretamente como destacamento ubicado en el territorio del bloque de países imperialistas- comprende cuál es su responsabilidad y el de toda organización revolucionaria: aliviar, desde la retaguardia, la presión que sufren pueblos como los de Oriente Medio que están en la primera línea de la lucha antiimperialista, pagando con su sangre sacrificios inmensos. Y hasta que esto pueda plasmarse en un movimiento de mayores capacidades, lo primero es al menos contestar tanta propaganda sionista de la prensa española, especialmente del diario El País (cada vez más, gran vocero de los intereses israelíes).
Para ello, para materializar activamente nuestra responsabilidad antiimperialista, comenzaremos por acudir y llamar a la participación en los distintos actos, concentraciones y manifestaciones de repulsa a Israel convocados para estos días. Por ejemplo para la concentración del lunes 14 de julio, a las 19:00, frente a la Embajada de Israel de Madrid; y para la manifestación en la misma ciudad del jueves 17 de julio, cuya hora y lugar están aún por confirmar.
¡Solidaridad antiimperialista activa!
¡Destrucción del Estado racista de Israel!
¡Por un único Estado laico para toda Palestina!
¡Muerte al invasor! ¡No pasarán! ¡Dos, tres, muchos Vietnam!
Los adjetivos para Israel ya se nos agotaron hace años. Qué decir de un Estado genocida, terrorista, imperialista y fascista sin límites. Pero es fácil poner adjetivos. Red Roja no comparte las posiciones de tantos intelectuales bien-pensantes. Nosotros no entraremos en ambigüedades, ni citaremos declaraciones de la ONU: la resistencia palestina contra la ocupación está legitimada. Y no por tribunal alguno, sino por un derecho mucho más fuerte que el derecho internacional: la legitimidad de los oprimidos para liberarse, por los medios que sean precisos, de la opresión.
Ya sabemos lo que significa a nivel histórico que unos colonos sionistas sean secuestrados. O que la resistencia lance cohetes caseros para defenderse de la agresión israelí que viene padeciendo desde hace más de medio siglo. Más justo será recordar que, contando solo desde el año 2000, las balas israelíes han matado a más de 1.500 niños palestinos. Que en Gaza viven 1'7 millones de palestinos en 350 kilómetros cuadrados, de los cuales 1'2 millones fueron expulsados de sus tierras (lo que ahora es el sur del Estado de Israel). Que viven bloqueados, con un 40% de paro y un 14% de sus niños sufriendo desnutrición aguda. Que, como cualquier persona decente tendrá que admitir, desde 1948 (e incluso antes) no hay en esa tierra otro agresor que los sionistas.
Por eso, Israel debe tener cuidado de que su intento de una segunda Nakba no se convierta en una tercera Intifada. Y para ello será necesaria la Resistencia. Saludamos, pues, a la resistencia realmente existente representada por grupos como la Yihad Islámica o Hamás, y de manera especial a los camaradas del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Saludamos y honramos a todos los que, con la debida coherencia, rechazaron en su momento la farsa de los acuerdos de Oslo. Ahora, cuando las agresiones se producen siempre dentro de las fronteras anteriores a 1967 -por lo que, a efectos prácticos, la solución de los dos Estados ha perdido cualquier viabilidad-, el tiempo les ha dado la razón.
A escala internacional, asistimos a un periodo convulso, de desestabilización permanente por parte, en última instancia, de unos EE UU decadentes y sin capacidad real de dominar el mundo, que reaccionan ante unas potencias emergentes con mayor poder económico pero sin capacidad militar para doblegar, todavía, a los gringos. Los fascistas en Ucrania, los gusanos en Venezuela y ahora los sionistas en Gaza son distintas manifestaciones de esta situación mundial.
Red Roja defiende abiertamente, en cualquier circunstancia y nos pregunte el periodista que nos pregunte a la revolución bolivariana de Venezuela, a la resistencia antifascista de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y a la resistencia anticolonial de Palestina. Los nuestros son los que se organizan para pelear por lo que es suyo.
Red Roja es consciente de que no serán la ONU ni el manoseado “derecho internacional” los que frenen la agresión contra Palestina, sino su propio pueblo organizado, guerrillero y plantando cara a la tropa invasora de la única forma que esto puede hacerse. Bien lo sabemos aquí, en el Estado español, donde fuimos bombardeados por la Legión Condor con idéntica saña, pero donde resistimos durante años gracias a ejemplares milicias antifascistas.
Más nos vale aprender de la experiencia histórica, pues, quienes en 1939 “vencieron” provisionalmente aquí, acabaron siendo doblegados en Stalingrado. Y, más tarde, la siguiente potencia imperialista hegemónica cayó de rodillas en Corea, en Cuba y en Vietnam. En el futuro, una generación de niños criados entre las ruinas, el ruido de los obuses y la barbarie, crecerá, pisará cada vez más fuerte y acabará sumando Palestina a esas hermosas páginas de la historia de la humanidad en que David supera a Goliat.
Pero no basta con posicionamientos sobre el papel. Red Roja, como destacamento de un movimiento internacional -y concretamente como destacamento ubicado en el territorio del bloque de países imperialistas- comprende cuál es su responsabilidad y el de toda organización revolucionaria: aliviar, desde la retaguardia, la presión que sufren pueblos como los de Oriente Medio que están en la primera línea de la lucha antiimperialista, pagando con su sangre sacrificios inmensos. Y hasta que esto pueda plasmarse en un movimiento de mayores capacidades, lo primero es al menos contestar tanta propaganda sionista de la prensa española, especialmente del diario El País (cada vez más, gran vocero de los intereses israelíes).
Para ello, para materializar activamente nuestra responsabilidad antiimperialista, comenzaremos por acudir y llamar a la participación en los distintos actos, concentraciones y manifestaciones de repulsa a Israel convocados para estos días. Por ejemplo para la concentración del lunes 14 de julio, a las 19:00, frente a la Embajada de Israel de Madrid; y para la manifestación en la misma ciudad del jueves 17 de julio, cuya hora y lugar están aún por confirmar.
¡Solidaridad antiimperialista activa!
¡Destrucción del Estado racista de Israel!
¡Por un único Estado laico para toda Palestina!
¡Muerte al invasor! ¡No pasarán! ¡Dos, tres, muchos Vietnam!
No hay comentarios:
Publicar un comentario