La cruz y la media luna, todos a una
Inaugurada la muestra Coexistencia entre musulmanes y no musulmanes desde los albores del Islam
16/01/2011 - Autor: Javier Espinosa - Fuente: El Mundo
La creación de Fátima Hashim muestra a un diablo rojo cocinando su pócima sobre el globo terráqueo en lo que semeja ser su intento para “envenenar” la relación entre musulmanes y cristianos, cuyos jefes religiosos aparecen juntos en numerosas instantáneas incluidas en el collage. “No al odio”, se lee en árabe.
El mensaje se repite en una exhibición dominada por la alternancia de cruces y medias lunas. Algunas de las representaciones se remontan en el tiempo y regresan a la Edad Media. Una recupera clichés de la película “El reino de los cielos” -que versa sobre el final del reino cruzado de Jerusalén a manos de Naser Salah Eldín- y asegura que cuando el líder musulmán entró en la ciudad sagrada “encontró una cruz en el suelo”. “La recogió y la colocó de nuevo en donde pertenecía”, añade el escrito.
El visitante puede encontrar también la misiva que dirigieron 138 teólogos musulmanes al Papa en el 2007 abogando por el respeto mutuo. O las expresiones del Corán referidas a la coexistencia con otros credos. “Ama a tu vecino”, observa una enorme pancarta.
Hasan Mahmud, otro de los estudiantes de la Universidad Americana de Sharjah (AUS), prefirió instalar un habitáculo dedicado a la Media Luna después de preguntar a su representante local una simple cuestión: ¿Vosotros ayudaís sólo a musulmanes?. Según él, la respuesta de su interlocutor fue otra interpelación. “Me dijo, sí tu vieras a un cristiano o un judío sangrando en la calle ¿le ayudarías o no?. Es obvio que sí, pues esa es nuestra misión, ayudar a todos los seres humanos”.
Para el alumno de Ingeniería Civil, la muestra “Coexistencia entre musulmanes y no musulmanes desde los albores del Islam” es una “necesidad para demostrar que podemos vivir juntos sin necesidad de ser racistas”.
“Los asesinatos de cristianos árabes están dirigidos a dividir el mundo árabe. Los autores no son musulmanes porque el Islam impide matar a inocentes”, asegura el chaval de 18 años.
Jóvenes como Hasan o Fátima han participado esta semana en una serie de conferencias y una exhibición apadrinada por el recinto educativo sito en Sharjah –uno de los siete integrantes de la confederación de Emiratos Arabes Unidos- destinada a combatir la hipotética pugna entre las dos religiones monoteístas mas extendidas del orbe.
Una de las organizadoras, Wesam Al-Asadi, profesora del departamento de estudios árabes, reconoce que la idea surgió antes “del ataque de Alejandría (contra una iglesia copta egipcia) pero eso sólo confirmó lo adecuado que era rebatir la imagen que se está forjando sobre el Islam en Occidente”.
El principal reclamo de estas jornadas fue la intervención el miércoles de Dalia Mogahed, la asesora para asuntos islámicos del presidente de EEUU, Barack Obama y directora de la firma de encuestas Gallup en Abu Dhabi.
(Foto: Dalia Mogahed)
Considerada por la revista Arabian Bussines como la musulmana “más influyente del mundo”, Mogahed utilizó la ocasión para aludir al magno estudio que difundió Gallup el pasado mes de noviembre en el que se analizaba “el estado de las relaciones entre musulmanes y Occidente”.
Para la experta, en la región se ha pasado de la “euforia” –según sus palabras- que propició entre la población árabe el discurso de Obama en El Cairo en el 2009 a una “regresión” en la opinión pública de la zona respecto al mandatario y sus política.
Las principales conclusiones de la encuesta, en la que participaron más de 100.000 personas de 55 países musulmanes y occidentales, estriban en constatar la “brecha que existe en la comprensión mutua” pero también en que la mayoría de la población en ambos mundo no considera inevitable un conflicto mutuo y que el intercambio entre estas dos culturas es “beneficioso” (un 59 por ciento) y no una “amenaza” (21 por ciento).
El sonde de Gallup encontró que tanto en el mundo árabe como en Norteamérica la población se encuentra divida a partes iguales entre los que consideran que se trata de una pugna política y los que dicen que es religiosa, a diferencia de Europa donde son mayoría los que creen en la primera opción.
Mogahed comentó que uno de los “descubrimiento” más significativos de esta encuesta es que las personas que se consideran “religiosas” en Oriente Próximo son a la vez las más dispuestas a dialogar con Occidente.
“La presunción era que el Islam era el problema, que la religión era el problema pero los religiosos son los más favorables a una apertura hacia el otro (occidente)”, observó la analista.
Curiosamente, la propia Mogahed –norteamericana de origen egipcio- incidió en que de todas las naciones incluidas en la consulta EEUU fue donde mayor porcentaje de personas dijeron que “el conflicto es inevitable” (45 por ciento). “El 80 por ciento de los americanos tienen la idea errónea de que los musulmanes mantienen una opinión desfavorable en su contra”, me explicó después de su charla.
La iniciativa de la AUS se inscribe en la dinámica que ha generado la reciente oleada de atentados contra cristianos en Egipto e Irak, que al mismo tiempo que ha dejado un terrible y sangriento balance ha propiciado la multiplicación de actos de solidaridad de la mayoría musulmana hacia sus conciudadanos seguidores de la cruz y las iniciativas para intentar frenar lo que parece una escalada.
Hasta movimientos armados como Hizbulá y Hamás, o Irán –una nación sometida a sanciones por parte de Occidente- repudiaron de inmediato el último atentado de Alejandría. “La condena no es suficiente para expresar el sentimiento de enfado y pena por este crimen terrorista”, señaló el grupo chií en un comunicado.
A partir de este domingo, el emirato de Abu Dabi acogerá un cónclave de unos 400 parlamentarios de 51 países integrantes de la Organización de la Conferencia Islámica, incluidos todos los países árabes, para discutir como asunto preferencial la situación de los cristianos en estas naciones de mayoría musulmana.
“Sabemos que el terrorismo no tiene religión y su objetivo es toda la población mundial, sean musulmanes, cristianos u otros. Rechazamos la hipótesis de un plan para acabar con los cristianos de Oriente Próximo. Al contrario, siempre condenaremos cualquier acto terrorista o suceso que afecte su existencia en la región”, manifestó Abdul Aziz Al Ghurair, el presidente del émulo de parlamento que existe en esta nación.
El miércoles ocho de los clérigos más influyentes de Irak –tanto musulmanes como cristianos- se reunieron a puerta cerrada en la capital de Dinamarca para un “encuentro de emergencia”, según lo calificó el vicario de la iglesia anglinaca de San Jorge, Andrew White.
Este último sugirió que los líderes suníes y chiíes de la nación árabe emitan una “fatua” (edicto religioso) conjunta prohibiendo “la violencia contra los cristianos”. “Hay una unidad total entre musulmanes y cristianos: tenemos que hacer algo radical para frenar esto”, añadió White.
La crisis en torno a los cristianos de Oriente Próximo ha suscitado asimismo un animado debate público al que se han sumado decenas de intelectuales musulmanes, que como el conocido predicador televisivo, Khaled AbdelAlim exigen que no se evite durante más tiempo la discusión abierta sobre las vicisitudes de los seguidores de Cristo.
“Hace décadas en países como Egipto, Marruecos o Yemen, los cristianos, judíos y musulmanes vivían juntos en paz y trabajan de forma conjunta y en armonía. ¿Qué ha pasado ahora?”, inquirió AbdelAlim.
Otros, como Osman Mirghani –uno de los principales columnistas del entorno-defendieron como solución a esta problemática la implementación del concepto de ciudadano, ajeno a la filiación religiosa del mismo, un argumento que coincide con el que utiliza la cúpula del cristianismo en Oriente Próximo.
El subdirector del influyente diario Asharq al-Awsat, no dudó en criticar la dinámica de considerar a los cristianos como una minoría “en vez de tratarlos simplemente como ciudadanos”. “El concepto de ciudadano, con todos los derechos y deberes, es el comportamiento adecuado para galvanizar nuestras sociedades”, opinó.
Sin embargo, y como reconoce Dalia Mogahed, todas estas respuestas contrarias al fundamentalismo se enfrentan a una realidad difícil de contrarrestar. “Estos ataques no van a ayudar sino a reforzar la imagen vigente en Occidente, donde la mayoría de la población cree que los cristianos en Oriente Próximo están bajo asedio”, concluyó.
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