Los yihadistas queman cientos de libros cristianos en Mosul
La mayor parte de los ejemplares eran utilizados para la enseñanza religiosa en las escuelas permitidas antes de la que la ciudad cayera en manos de los yihadistas.
Gaceta.es
Jueves, 17. Marzo 2016 - 9:49
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Las atrocidades del Estado Islámico traspasan fronteras y cada día que pasa se hace más complicado controlar a la organización terrorista. A los millares de asesinatos, hay que añadir la cruzada iniciada por el autoproclamado califato contra cualquier atisbo de cultura occidental y contra el resto de prácticas religiosas. El último vídeo publicado por los yihadistas muestra la quema de libros cristianos en Mosul, al norte de Irak.
Según Fiden, la mayor parte de los ejemplares destruidos eran utilizados en las escuelas cristianas permitidas, donde se educaba a los alumnos en las enseñanzas de Cristo. Antes de la llegada del Estado Islámico, las escuelas pertenecientes a otras religiones ajenas al islam estaban permitidas, pero por orden directa de la sharia los terroristas han procedido a cerrar y destruir todas ellas.
En las imágenes puede verse a un terrorista arrojando al fuego centenares de libros y folletos con crucifijos pintados en la portada. La aplicación Android Amaq News, una de las terminales mediáticas favoritas de los yihadistas, ha sido el lugar elegido por la organización para publicar la grabación bajo el título “El Diwan (oficina) para la educación destruye libros de instrucción cristiana en Mosul”.
'Exterminio patrocinado por Occidente'
Un relato desde dentro de Alepo, una serie de horrores conocidos gracias al testimonio de una religiosa. Se trata de la madre Agnés Mariam de la Croix, monja de origen franco-libanés del monasterio greco-católico de San Jacobo el Mutilado de Qara, Siria, a la que los terroristas del Estado Islámico quieren dar muerte.
La monja narra sus experiencias en la ciudad siria de Alepo, donde actualmente muchas personas están sufriendo enfermedades causadas por la "falta de servicios alimentarios". La religiosa evoca cómo vio a los terroristas a "solo 30 metros de las residencias" disparando contra todo "lo que se movía". La monja compara con un "infierno" la situación en Siria, donde vio a niños a quienes "les habían cortado una pierna o un brazo".
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