Una cámara secreta y un túnel hacia el inframundo, el hallazgo bajo la Pirámide de la Luna
Esta sala, localizada a ocho metros de profundidad, pudo haber sido utilizada con fines rituales por su vinculación con el inframundo, de acuerdo con la directora del Proyecto de Conservación Integral de la Plaza de la Luna, Verónica Ortega.
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Tras más de un año de estudios, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en colaboración con el Instituto de Geofísica de la UNAM, confirmaron la existencia de una cámara de 15 metros de diámetro localizada bajo la Pirámide de la Luna, así como un túnel que desemboca hacia el sur de la plaza, en la Zona Arqueológica de Teotihuacan.Esta sala, localizada a ocho metros de profundidad, pudo haber sido utilizada con fines rituales por su vinculación con el inframundo, de acuerdo con la directora del Proyecto de Conservación Integral de la Plaza de la Luna, Verónica Ortega.
“En las exploraciones efectuadas a finales de los años ochenta del siglo pasado, a través de túneles excavados en el cuerpo de la pirámide, los arqueólogos Rubén Cabrera y Saburo Sugiyama encontraron esqueletos de individuos con deformación craneal, como en el área maya, y diversos objetos de piedra verde (collares, figuras antropomorfas hechas con mosaicos), por lo que no es difícil pensar que algo similar se podría encontrar en el subsuelo”, explicó la especialista.
Por este motivo, los expertos consideran que la exploración de la cámara también ayudará a saber si cada uno de los principales edificios tuvo un contacto específico con una determinada región de Mesoamérica, por ejemplo, el Templo de la Serpiente Emplumada, donde se encontraron materiales marinos que muestran su relación con El Caribe y la Costa del Golfo.
Según el INAH,el hallazgo de la cámara y del túnel es resultado de un estudio de “resistividad eléctrica”, realizado en junio de 2017. Sin embargo, en los primeros días de este mes se realizaron nuevas exploraciones para localizar la entrada del recinto.
“El túnel se encuentra hacia el sur de la Plaza de la Luna, pero es probable que haya otra entrada hacia el lado oriente, por lo que es fundamental contar con una radiografía completa para saber cuáles son sus accesos”, expuso Ortega.
El INAH explicó en un comunicado que la Pirámide de la Luna (bajo la cual se hizo el descubrimiento) es la única que da directamente a la Calzada de los Muertos.
Pese a que se han realizado excavaciones en la Plaza de la Luna desde los años 60 y 80, según los especialistas del INAH, no ha habido descubrimientos que permitan conocer su origen y la época en que fueron trazadas, así como sus distintos usos.
“La Plaza de la Luna es el remate norte de la Calzada de los Muertos, que es una avenida procesional, y por tanto, es parte del corazón de la ciudad. A su espalda se encuentra el cerro Gordo, de tal forma que sería una transmutación del cerro, lo que le da una importancia simbólica”, explicó el instituto.
Desde 2015, la doctora Ortega lleva a cabo el Proyecto de Conservación Integral de la Plaza de la Luna, el cual halló fosas en el tepetate y, en su interior, cantos de río y estelas de piedra verde, las cuales “representan un código simbólico y unen la parte subterránea (el inframundo) con el plano celeste”.