Como ya lo sabe, sigue abierto el intenso debate sobre la Ley de Remuneraciones, que ha enfrentado al poder judicial con el ejecutivo y la parte del legislativo afín al nuevo gobierno, debido a la decisión de la Suprema Corte de Justicia de suspender dicha ley.
Por lo visto hasta ahora, el resultado de esa confrontación es de pronóstico reservado. Pero mientras esperamos las consecuencias jurídicas, políticas y sociales de todo ese embrollo, vale la pena comentar un par de decisiones aprobadas ayer por senadores y diputados, respectivamente, que confirman que este congreso ha decidido convertirse en el sastre personal del presidente.
Por un lado, la nueva mayoría en el Senado aprobó en lo general y en lo particular la llamada Ley Taibo, que tenía como objetivo reformar la Ley Federal de Entidades Paraestatales, para que el escritor y promotor cultural Paco Ignacio Taibo II pudiera ocupar el cargo de director general del Fondo de Cultura Económica (FCE).
Resulta curioso que, luego de que la ley fuera congelada por los dichos del escritor y las críticas ante el nombramiento, sólo bastó que el presidente le otorgara su perdón para que los senadores de Morena y sus aliados aprobaran dichas reformas con las que Taibo II pudo obtener una parte de su traje a la medida con las siglas del FCE bordadas en el pecho, ya que aún falta la aprobación en la Cámara de Diputados, donde aseguran que la instrucción es la misma.  
La segunda muestra de que el sastre del presidente ya despacha en ambas cámaras del congreso se pudo ver en la Cámara de Diputados, con la aprobación del dictamen que expide la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República.
Con dicha aprobación, el presidente Andrés Manuel López Obrador logró lo que hace unos meses su bancada le negó a la administración de Enrique Peña Nieto: tener a su #FiscalCarnal.
Y es que el documento señala, entre otras cosas, que el nombramiento del fiscal se basará en el artículo 102 constitucional, en el que se otorga la facultad al presidente de elegir una terna que será puesta a consideración del Senado. Es decir, que el Fiscal General será un alfil del Ejecutivo.
Es cierto que en ambos casos -#FiscalCarnal y Ley Taibo- la oposición intentó frenar la aprobación de las reformas, pero también es verdad que muy poco pudieron lograr, ya que la nueva mayoría estaba decidida a darle al presidente todo lo que le ha pedido en materia legislativa. En pocas palabras, los legisladores han determinado que el Congreso será el sastre personal del presidente… y sus amigos.
Por todo lo anterior, algunos fisgones en el congreso han asegurado que, tanto en San Lázaro como en la Cámara de Senadores -específicamente en las oficinas de las bancadas de Morena-, ya se escucha la siguiente grabación con la voz de una famosa alcaldesa que gusta de lujos fifí: “Se apruebaaan minutas, iniciativas y leyes a modo que les convengan”.