ENTREVISTA | “La corrupción no es un tema de género y se va resolver con educación, valores y políticas públicas: Tania Casa Madrid
Quiero dignificar el papel de la mujer en la política”, dice la dirigente del Partido Verde en Bacalar, quien ha trabajado durante años con los refugiados de Guatemala, es antropóloga y ahora tiene un emprendimiento de biofertilizantes.
Tania Lol-bé Casa Madrid Alfaro, más conocida como Tania Casa Madrid, ha trabajado en los últimos cinco años a favor de la regularización de familias guatemaltecas en Bacalar y, desde hace dos, en la fábrica de fertilizantes y plaguicidas orgánicos. Dirigente del Partido Verde en Bacalar después de su paso por el PT, aclara en entrevista a Grupo Pirámide que no es machista, ni feminazi, ni feminista, “los ciudadanos se van a fijar más en las figuras y las trayectorias, que en los partidos políticos”, adelanta en su panorama electoral de 2021 desde el municipio de la laguna de siete colores.
Nacida hace 37 años en el mismo Bacalar, se define en el arranque que no se considera ni mercenaria de la política, ni feminazi ni feminista; “creo en la política como un medio para cambiar, mejorar la calidad de vida de las personas”, afirma. Así lo entendió cuando fue en ayuda de los guatemaltecos afincados en Bacalar desde hace décadas. “Muchos de ellos no contaban con ningún tipo de documento para acreditar su estancia o demostrar su nacionalidad”, cuenta.
Guatemaltecos en el limbo
De acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar), en los años 80 abandonaron Guatemala alrededor de 45 mil personas por el conflicto armado. Familias completas entraron al país por Chiapas y luego, viajaron a Campeche y Quintana Roo, específicamente a Bacalar.
Una década después, recuerda Tania, la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, invitó a los refugiados en México a regresar a su país, pero al llegar, las familias encontraron que no había cambiado la situación y retornaron de nuevo a México.
“En un limbo de 30 años o más se quedaron algunas personas, en el caso de los hijos nacidos aquí que no existen legalmente. Había más de 200 por regularizar su situación”, dijo.
Debido a la quema de sus aldeas producto de la represión del gobierno, muchas de las personas que lograron pedir asilo en México carecían de documentación para demostrar su identidad; o cuando regresaron a su país no pudieron encontrar a sus familiares ni ningún documento.
Reconoce que en la mayoría de los casos no es fácil avanzar rápido para regularizar la estancia de las personas por la carencia de documentos oficiales, lo que implica realizar diversos trámites ante el Instituto Nacional de Migración y otras instancias federales.
A esto se añade que la pandemia por coronavirus ha generado que “en algunas instituciones los trámites estén en pausa y en otras van más lento”.
Biofábrica: “Lo que pones en una planta no desaparece”
Egresada de la Universidad de Quintana Roo, donde concluyó sus estudios en Antropología; dice que durante 15 años ha sido guía de turistas. No es lo único en lo que ha trabajado. Otra área de gran interés fue el inicio hace dos años de la biofábrica de fertilizantes y plaguicidas orgánicos; y explica que en el país lo que más contamina la tierra y a los cuerpos de agua son los agroquímicos.
“Todo lo que se pone en una plantita no desaparece, te lo comes y va bajando también al manto freático por el tipo de suelo –en el estado- afecta a todos los cuerpos de agua”, explica Tania.
De esa preocupación nació la idea de crear la biofábrica. En un principio los campesinos se mostraron reticentes y no resultó como esperaba. Pero no desistió y cambió su estrategia: Ahora acude las comunidades donde muestra cómo se usa el fertilizante, para que después observen los beneficios y adquieran el producto.
Trabaja actualmente en cinco comunidades asentadas en Bacalar, José María Morelos y Othón P. Blanco, y además de otorgarle aplicaciones gratuitas de fertilizante, también les dan a conocer los beneficios que recibirán: Comer más sano, no contaminan la laguna de Bacalar y el costo del fertilizante es mucho menor.
No soy mercenaria de la política
Paralelamente a estas actividades desde 2016 a la fecha, se ha involucrado en la política. Primero militó en el Partido del Trabajo durante dos años y experimentó las primeras decepciones.
“Estuve a gusto, cómoda con la dirigencia municipal; cuando eres más joven, eres más idealista, más ingenua. En junio de 2016, con la ley Borge (una serie de leyes a modo para evitar que le retiraran escoltas a Roberto Borge Angulo y lo persiguieran por corrupción), casi me da el infarto cuando lo vi a (Hernán) Villatoro votando a favor de todas las reformas”, recordó.
La actitud de Villatoro, dirigente estatal de los petistas, provocó que renunciara al partido. Después, en 2018, buscó la candidatura en calidad de externa en el PRD a la presidencia municipal de Bacalar, pero no lo logró.
“NO SOY UNA MERCENARIA DE LA POLÍTICA, TRABAJO TODO EL AÑO Y CON MI DINERO QUIERO DIGNIFICAR EL PAPEL DE LA MUJER»
Y en diciembre del año siguiente el Partido Verde le abrió las puertas y ahora dirige las riendas del partido del Tucán en Bacalar. “Desde esta plataforma política estoy construyendo y haciendo equipo”.
Pronostica que la elección en 2021, en la que al mismo tiempo será renovada la Cámara de Diputados federal, como las 11 presidencias municipales en Quintana Roo, los ciudadanos se van a fijar más en las figuras y las trayectorias, que en los partidos políticos.
“No soy una mercenaria de la política, trabajo todo el año y con mi dinero quiero dignificar el papel de la mujer, no soy machista, ni feminazi, ni feminista y creo que la corrupción no es un tema de género, es un tema que se va resolver con educación, valores y políticas públicas”, aseguró.
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