No es la primera ocasión que los ciudadanos de la capital del país piden poner alto a las locuras de Claudia Sheinbaum. Incluso, en más de una ocasión los ciudadanos han pedido la renuncia de la locuaz jefa de gobierno. Y si lo dudan, basta recordar que miles pidieron que dejara el cargo, durante la más numerosa marcha de mujeres en la historia del país, ocurrida en mazo del 2020.
Es decir, las mujeres, en especial ellas, exigieron que “Claudia” –como la motejan en tono crítico–, dejara su lugar a una verdadera o un verdadero jefe de gobierno de la capital. Y es que con Claudia Sheinbaum, la CDMX vive años de terror, apenas comparables con la violencia sin freno que agobió al entonces DF, entre los años 2000 y 2005, justo en el gobierno de AMLO.
En aquellos tiempos, igual que hoy, el gobierno de la CDMX pactó con el crimen organizado y dejó las manos libres a los criminales, quienes se apoderaron de la capital.
Eran tiempos de inseguridad, violencia, robo, secuestros y, sobre todo, eran tiempos en los que la vida era lo que menos le importaba al gobierno de López Obrador.
Por eso, en esos años de zozobra, los ciudadanos capitalinos también salieron a la calle y se desbordaron en la más numerosa y emotiva marcha callejera –en repudio al mal gobierno–; protesta motejada como “la marcha blanca”.
Dicha movilización, como seguramente recuerdan, enojó a López Obrador, al extremo de que calificó a la más grande movilización de la historia de la capital del país, como la “marcha de los fifís”; con ese tono burlón. Hoy, la jefa de gobierno, convertida en “florero” de López, parece que sólo hace lo que le pide su jefe, el misógino De Palacio, el presidente que odia a las mujeres.
Por eso, Claudia Sheinbaum no solo estigmatizó, satanizó, difamó y calumnió a “una mujer pudiente” que fue solidaria con las mujeres que ocuparon la CNDH, sino que les llevó comida y ropa “en un auto de lujo”. Mujer solidaria que cometió “el pecado de ser mujer”; el pecado “de ser solidaria con otras mujeres”, el pecado “de tener un puesto que quisieran muchos hombres” y el pecado de pensar con cabeza propia.
Por eso la señora Sheinbaum satanizó a María Beatriz Gasca Acevedo, mujer de “recursos económicos” que el 12 de septiembre “entregó víveres a las mujeres que ocuparon la CNDH”; quien viajaba “en un auto de lujo”, quien era “alta ejecutiva de la empresa Gimgrup”, empresa facturera que había sido denunciada por Hacienda.
En pocas palabras, la señora Sheinbaum satanizó a una mujer por ser mujer, por tener dinero, por tener un puesto importante en una empresa exitosa, por ser solidaria con otras mujeres y por viajar en un auto de lujo.
Y ese maniqueísmo es una ruindad cuando en el gobierno de la señora Claudia Sheinbaum se han cometido 164 feminicidios desde el 5 de diciembre de 2018 hasta hoy, 29 de septiembre del 2020; lo que significa 98 mujeres muertas en 2019 y 66 asesinadas en lo que va del 2020.
Maniqueísmo de la señora Sheinbaum contra las mujeres, cuando en la capital del país se han registrado 280 secuestros, de diciembre de 2018 a agosto del 2020. La Ciudad de México es la tercera entidad, de todo el país, con mayor número de secuestros.
Maniqueísmo de la jefa de gobierno cuando la CDMX es la entidad número uno de contagios de Covid-19 –con 105 mil–, y más de 10 mil muertes.
Maniqueísmo cuando la capital del país ha registrado un total de 2 mil 113 homicidios dolosos –hasta mayo pasado–, desde que la señora Sheinbaum tomó posesión; cuando se han contabilizado casi mil desaparecidos, a septiembre del 2020, desde que se creó la Comisión de Búsqueda de Desaparecidos en Ciudad de México.
Así el terror que viven las mujeres en la capital del país con una gobernante que, por quedar bien con su jefe, López Obrador, odia a las mujeres.
Se los dije; Morena y sus gobiernos son un peligro para México.
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