¿Qué pasa en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos?
La CNDH fue pensada como un organismo autónomo porque era parte de una exigencia social garantizar la protección de los derechos humanos de las personas independientes del gobierno. Después de haber sido un organismo desconcentrado de la SEGOB, en junio de 1999 se reforma el artículo 102, apartado B, de la Constitución, para otorgarle su carácter autónomo y su presidencia fuese nombrada por el Senado, además cambia su denominación. Es improcedente que Rosario Piedra Ibarra siga mencionándola como Comisión Nacional de Derechos Humanos, y no como se llama desde su autonomía: Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Hoy este organismo en su esencia no obedece ni depende de ningún poder; desde 2011 se le confiere la atribución de investigar violaciones graves a los derechos humanos. Por eso es lamentable la intromisión del Ejecutivo en el nombramiento de una militante de su partido MORENA.
En los últimos días hemos constatado un desapego a atender a las víctimas de violaciones graves de sus derechos humanos. ¿Alguien puede tener dudas que violar a una niña no le transgrede de manera grave sus derechos humanos? Injustificado que en el gobierno, y en la CNDH, no se conmuevan ante semejante afrenta.
Por eso es inaplazable la revisión respecto de si quien llegó tan desaseadamente a esta Comisión, está cumpliendo con su obligación constitucional, e investigar también si realmente hay alguien atrás tomando decisiones en la Comisión. Asimismo, cuál es el papel de la organización de donde proviene la señora Piedra como se especula. No tendría ese comité por qué tener oficinas en la Comisión como se dice, puesto que su responsabilidad es atender a todas las organizaciones sin exclusión.
A raíz de la toma de las oficinas por madres enojadas porque nadie las atiende -recordemos que Maribel ha buscado a su hijo desde 2014, Yesenia demanda justicia a su hija asesinada y Marcela antes se amarró a una silla en las oficinas de la Comisión- el apoyo de un grupo de feministas ha permitido que esta toma tenga mayor difusión evidenciando el menosprecio de las autoridades a sus casos. El refrigerador con cortes de carne sólo es una anécdota que evidencia la hipocresía de la austeridad republicana del lopezobradorismo que la presidenta de la CNDH ha dicho impulsar.
Pamela Cerdeira desde Noticias MVS nos hace una crónica épica respecto de estos dos grupos: las víctimas y las feministas que se unen en un ¡ya basta! de tanta injusticia. El machismo que se evidencia en el enojo del presidente señalando su indignación por la pintura al cuadro de Madero es patético. Y provoca que se reclame que “es una pena que el presidente no puede hablar de la manera que se requiere”.
Estos hechos son sólo un botón de muestra del grave retroceso y la crisis que está sufriendo la Comisión porque quien está al frente no tiene idea de la trascendencia de esta institución que debería seguir caminando hacia su consolidación como organismo constitucional autónomo y congruente con el objeto de su creación. No es que siempre haya estado bien, sin embargo la última etapa avanzó y pongo como ejemplo la recomendación sobre el Caso Ayotzinapa que coincide mucho con los informes del GIEI. No debemos olvidar que unos días antes de la toma conocimos una disputa entre funcionarios precisamente sobre el caso de los 43 estudiantes.
La institución está en crisis; provocada por la mala dirección. La pregunta que tenemos que hacernos es si eso es lo que quiere el presidente para concretar su decisión de desaparecer todos los organismos autónomos diseñados por el “neoliberalismo de los últimos 30 años”. Ese es el asunto fundamental que no podemos perder de vista.
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