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sábado, 7 de agosto de 2021

El cambio climático global convierte los recursos hídricos en frentes de guerra

 

El cambio climático global convierte los recursos hídricos en frentes de guerra

La posibilidad de guerras por el agua está aumentando en lugares donde el clima es árido, donde existe un conflicto político entre países ribereños y donde es difícil o costoso abastecerse de agua debido a los efectos del cambio climático global.

Dr. Metin Duyar   |07.08.2021
El cambio climático global convierte los recursos hídricos en frentes de guerraLa superficie seca ha sido motivo de alarma e indignación entre ambientalistas y ciudadanos, preocupados porque su nivel ha bajado casi un 90 por ciento en esta temporada seca en la cuenca del lago Van, Turquía, el 25 de junio de 2021. (Özkan Bilgin -Agencia Anadolu)

ESTAMBUL

Por: Metin Duyar*

Las inundaciones, incendios forestales, el calor extremo y las lluvias repentinas en todo el mundo pronostican que estas nuevas condiciones climatológicas se van a convertir en un fenómeno permanente. Según científicos, muchos de estos fenómenos meteorológicos extremos están relacionados con el cambio climático provocado por las actividades del ser humano. En los últimos 20 años se ha vuelto cada vez más clara la posible correlación entre los eventos climáticos extremos y el calentamiento global, causado por las emisiones de gases de efecto invernadero generadas, a su vez, por la actividad humana. El aumento de los eventos climáticos extremos no solo reduce la previsibilidad de la vida social, sino que también disminuye la calidad de vida sostenible, a la vez que aumenta su costo.

El rápido crecimiento de la población global, el incremento de las necesidades hídricas como resultado del avance de las tecnologías y la urbanización, así como la incapacidad de proteger los recursos hídricos de la contaminación ambiental, hace que los recursos hídricos pierdan rápidamente su calidad y disminuyan en cantidad en todo el mundo.

La disminución de los recursos hídricos debido al cambio climático y su impacto negativo en la producción agrícola, la expansión de las zonas áridas y semiáridas, así como el aumento de la temperatura media anual se encuentran entre los problemas más importantes que aumentarán la desertificación, la salinización y la erosión de las tierras. La alteración en el ciclo del agua, provocado por el cambio climático, y la incertidumbre que experimentan los países con problemas a la hora de acceder a los recursos hídricos aumentan el "estrés hídrico" de forma paulatina. Actualmente, 800 millones de personas no tienen acceso a fuentes de agua potable, mientras que 2.500 millones de personas tienen acceso a recursos hídricos que carecen de una depuración adecuada.

La posibilidad de guerras por el agua está aumentando en lugares donde el clima es árido, donde existe un intenso conflicto político entre países ribereños sobre los recursos hídricos o cuencas y donde es difícil o costoso abastecerse de agua debido a los efectos del cambio climático global.

Los efectos del calentamiento global se sienten en todo el mundo, desde los picos más altos hasta las profundidades del océano, desde el ecuador hasta los polos. Las alteraciones en el ciclo hidrológico, el derretimiento de los glaciares terrestres y marinos, la disminución de la capa de nieve y hielo, el aumento del nivel del mar, las sequías e inundaciones, las enfermedades epidémicas y plagas, generadas a raíz de las altas temperaturas, siguen en aumento. Esta situación no solo altera el ciclo ecológico, sino que también afecta a las estructuras socioeconómicas. El deterioro de la estructura ecológica conduce a cambios en los tipos de clima y al aumento del nivel del mar. Los modelos y simulaciones apuntan a una subida del nivel del mar de entre 20 cm y 40 cm en el próximo siglo.

Los recursos hídricos son una fuente de problemas diplomáticos y militares entre países tanto hoy como lo fueron en el pasado. Las tensiones entre los países que experimentan conflictos por el agua en el mundo han comenzado a aumentar con el cambio climático global. Los países que experimentan estrés hídrico serán los primeros en presenciar guerras por el agua si no gestionan bien el cambio climático global.

La repartición del agua de los ríos Colorado y Río Grande entre Estados Unidos y México es uno de los principales problemas entre ambas naciones. En México, con una población aproximada de 130 millones de habitantes, el 40% de los ciudadanos no tiene acceso a agua potable saludable. México demandó 4.439 millones de metros cúbicos de agua al año del río Colorado en negociaciones oficiales con Estados Unidos. Por su parte, Estados Unidos aceptó suministrar solo 1.864 millones de metros cúbicos de agua, solo el 42% de la cantidad demandada por México.

El río Indo se origina en las tierras altas del Tíbet y su cauce promedio anual es de 208.000 millones de metros cúbicos. Está formado por cinco afluentes principales: Jhelum, Chenab, Ravi, Beas y Sutlej. Estos riegan los campos en la llanura de Punyab y el valle del Indo. Tras la separación de Pakistán de la India en 1947, las nuevas fronteras políticas crearon problemas importantes al dividir los canales de riego y las aguas en la llanura de Punyab. Al inicio del conflicto, Pakistán insistió en mantener las mismas condiciones de riego utilizadas hasta entonces. Posteriormente abandonó su postura y aceptó el riego de sus campos por los ríos Jhenum y Chenab, en vez de los ríos Ravi, Beas y Sutlej, anteriormente asignados a Pakistán. Sin embargo, tuvieron que construir canales de conexión entre los ríos en cuestión y los campos de riego.

Lo ríos Amu Daria y Sir Daria satisfacen las necesidades básicas de agua de Asia Central. Sin embargo, el uso excesivo de las aguas de estos dos ríos, que alguna vez alimentaron el lago Aral (mar de Aral), debido a políticas de riego incorrectas, triplicó la salinidad de las aguas del lago. La disminución del nivel del agua en ambos ríos genera serios problemas para los países de la región que se benefician de estos y cuya economía se basa en gran medida en la agricultura. Los recursos hídricos, escasos en Asia Central y de vital importancia para los países de la región, han llegado a un punto crítico. El crecimiento de la población es un segundo problema que aumenta la escasez de agua. Así mismo, la demanda de agua utilizada en la agricultura, la industria y los hogares se ha triplicado. Por otra parte, la basura, los desechos agrícolas e industriales, los pesticidas y los fertilizantes también contaminan los recursos hídricos.

Kirguistán y Tayikistán utilizan el agua como un arma importante para obtener ventajas políticas y económicas sobre sus vecinos. En los últimos años, ambos países han logrado un poder de negociación sobre Uzbekistán y Kazajistán a la hora de adquirir gas natural, petróleo y productos agrícolas baratos cortándoles el suministro de agua.

Kazajistán tiene la capacidad de regar solo el 6% de sus tierras mediante sus propios recursos, lo que lo convierte en uno de los países más dependientes de Kirguistán y Tayikistán en lo que al agua se refiere. Kazajistán es uno de los países exportadores de trigo más grandes del mundo, pero en los últimos años ha experimentado una disminución en la producción debido a la escasez de agua. Tayikistán es el segundo país después de Rusia en cuanto a riqueza en recursos hídricos en la geografía de la ex-Unión Soviética y el primero en Asia Central. Tayikistán exige una tarifa a Uzbekistán por el agua que utiliza. Cabe señalar en este contexto que Kirguistán y Tayikistán se encuentran ahora en proceso de rearmamento debido al riesgo de guerra en la región.

En Oriente Medio, el agua es insuficiente y la distribución de las cuencas hídricas existentes es desigual. Según cálculos, en los próximos 30 años los recursos hídricos en estos países disminuirán a un nivel que solo será suficiente para satisfacer sus necesidades de agua potable. Los países con mayor escasez de agua son Israel, Palestina y Jordania.

Los países con escasez de agua en la región corren el peligro de volverse incapaces de garantizar la producción de alimentos, el desarrollo económico, la estabilidad política, la salud pública y la protección de su medio ambiente natural. En la Franja de Gaza, la cantidad anual de agua per cápita es solo de 100 metros cúbicos. La salinización de las tierras agrícolas y la contaminación de los recursos hídricos en la región se encuentran en niveles catastróficos.

La cuenca del río Jordán está en el centro del problema del agua en Oriente Medio. Jordania, Israel, Palestina, Líbano y Siria comparten esta cuenca y son los principales culpables del problema del agua en la región. Israel se destaca en particular, ya que puede implementar fácilmente sus propias políticas de agua gracias a su poder militar y económico en la región, incluso si tiene consecuencias negativas para otros países. Los países río arriba, Israel y Siria, utilizan cada vez más los afluentes de buena calidad del río Jordán, lo que afecta negativamente a la agricultura y los recursos hídricos de Jordania.

Los Altos del Golán son de suma importancia no solo para la seguridad militar de Israel, sino también para su seguridad hídrica. Israel no quiere retirarse sin antes haber obtenido ciertas garantías. Gracias al Golán, Israel controla los ríos de Yarmouk y Banias y el lago de Galilea. Los manantiales en los Altos del Golán también son importantes fuentes de agua para los colonos judíos allí. Israel también controla estrictamente el uso del agua en Cisjordania y no permite a los palestinos perforar nuevos pozos para usos distintos al de agua potable, mientras que ella misma abre nuevos pozos profundos que consumen rápidamente el agua subterránea y dañan la estructura geológica de la región.

Desde hace mucho tiempo, Israel insiste en comprar el exceso de agua del río Litani, en el Líbano, pero este se niega por diversas razones. El Litani se destaca como uno de los recursos hídricos más limpios y abundantes en una región en la que el agua escasea.

El Líbano comparte el río Orontes con Siria. Este rio riega el Valle de la Becá, en el norte del Líbano. Sin embargo, no puede beneficiarse de estas aguas por culpa del peso de la política interior y exterior de Siria sobre él.

Jordania es quizás el país más problemático de la región en términos de recursos hídricos. El país está compuesto, principalmente, por regiones desérticas. Jordania se ve obligada a compartir sus recursos hídricos existentes con sus vecinos, quienes son mucho más fuertes política y económicamente que ella. Jordania no puede obtener su parte de los recursos hídricos debido a su debilidad política y militar. La escasez de agua en Jordania es tan grave que algunas ciudades solo reciben agua una vez a la semana.

El rio Nilo es de vital importancia para los países de la región, especialmente para Egipto. La mayoría de la población egipcia reside en el valle y el delta del Nilo, que equivale al 3% del total del territorio continental de Egipto. El restante 97% del país es desierto, casi sin hábitat. Etiopía controla los ríos del Nilo Azul y Atbara, que suministran el 80% de las aguas del Nilo, mientras que Uganda y Sudán controlan el Nilo Blanco, que suministra el 15%.

En 1959, Egipto y Sudán acordaron repartirse las aguas del Nilo de la siguiente manera: 55.000 millones de metros cúbicos anuales para Egipto y 18.500 millones para Sudán. Sin embargo, Sudán es incapaz de utilizar plenamente su potencial agrícola e incluso tiene dificultades para proporcionar agua potable a su población debido a años de agitación política y dificultades financieras. Sudán, rico en recursos hídricos, sufre de escasez de agua y no puede utilizar plenamente sus tierras agrícolas, mientras que Egipto depende del riego para el 99% de su agricultura.

Egipto presiona a Etiopía para llegar a un acuerdo sobre el agua del Nilo de manera que no perjudique su "derecho de uso", que considera como un derecho adquirido. Sin embargo, Etiopía reitera la "doctrina de la soberanía plena" y asegura tener libertad plena a la hora de utilizar las aguas del Nilo dentro de su territorio y en contra de la doctrina de la "integridad del estado natural", defendida por Egipto y por la cual argumenta ser el principal beneficiario del Nilo.

El cambio climático global no es sino el esfuerzo del planeta por adaptarse al ser humano. No obstante, los seres humanos son absolutamente incapaces de adaptarse a los cambios de forma rápida. Sin lugar a duda, las condiciones adversas creadas por el cambio climático global afectan principalmente al agua y a los recursos hídricos. Los seres humanos tienen un problema de agua y no pueden elaborar políticas que los resuelvan por completo incluso en tiempos normales. Estos mismos seres humanos experimentarán los efectos devastadores del cambio climático, de la manera más rápida, cuando tengan que compartir el agua.

Los países afectados deberían reunirse y acordar compartir sus escasos recursos hídricos de forma humana para impedir que la escasez de agua, generada por el cambio climático global, no desemboque en una guerra. De lo contrario, cualquier guerra basada en el agua será la base de un sinfín de conflictos. Dado que el agua es un derecho humano, las políticas del agua deben tener un marco ético basado en los principios de justicia y equidad. Este marco debe estar asegurado tanto por los países que son parte del problema como por los acuerdos internacionales. Así mismo, debe garantizarse que sea vinculante y aplicable.

*Metin Duyar es miembro de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Haci Bektas Veli en la ciudad turca de Nevsehir.

*Traducido por Daniel Gallego.

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