Derechos de la mujer: ¿un instrumento para ambiciones coloniales de EEUU?
Durante las últimas tres décadas, cuando los colonialistas liderados por EE.UU. buscan invadir una nación primero analizan los derechos de las mujeres.
De hecho, lanzan diversas acusaciones contra las naciones independientes, cuyas políticas no se alinean con las suyas, como no respetar los derechos de las mujeres y utilizan su propaganda mediática para poner al público en su contra.
Derechos de la mujer, pretexto de EEUU
Washington usa el tema de los derechos humanos como un pretexto para atacar a países enemigos, mientras que Estados Unidos mismo tiene una trayectoria nefasta en materia de respeto a los derechos humanos y democráticos de su población, incluidos los derechos de las mujeres, por ello, no tiene moral para dar lecciones a nadie.
En realidad, Estados Unidos y sus aliados occidentales no solo ignoran los derechos de las mujeres, sino que los emplean activamente para subyugar a sus enemigos. Según un estudio reciente, Estados Unidos ocupa el tercer lugar en el mundo en términos de violaciones de mujeres.
Además, una de cada tres mujer estadounidense ha sufrido agresión sexual en algún momento de su vida. A pesar de esto, el 68 % de las agresiones sexuales no se denuncian y el 98 % de los delincuentes no son encarcelados.
Obstaculizan investigaciones de violación a las mujeres en EEUU
Taylor Rossi, un activista en apoyo a las víctimas de violación, dice que las investigaciones por violación son obstaculizadas y las quejas de las víctimas son ignoradas no solo por el presidente y el Comité Judicial del Senado estadounidense, sino también por la Policía y las agencias de investigación criminal, razón por la cual estos delitos han aumentado en el país norteño.
Además, según los informes de 2020-2021 de la Academia Militar de EE.UU., una de cada cuatro mujeres del personal militar había sufrido agresión sexual mientras estaba de servicio. A pesar de la aprobación de la Ley de Igualdad Salarial hace unos cincuenta años en Estados Unidos, las mujeres siguen ganando menos que los hombres. Así, las mujeres ganan 9900 dólarres menos al año que los hombres.
Mujeres encarceladas en EEUU
Según los informes, Estados Unidos tiene el mayor número de mujeres convictas en el mundo, con 231 000. Por lo tanto, 33 de cada 100 mujeres estadounidenses están en las cárceles, donde tienen acceso limitado a la atención médica, se violan sus derechos humanos y la distancia promedio entre la cárcel y la casa del convicto es de 160 millas, lo que les impide visitar a sus familiares.
En febrero de 2022, una investigación condenatoria de Associated Press sobre el abuso sexual desenfrenado en una prisión federal de mujeres en Dublin, California, conmocionó a todo EE.UU. Los reclusos contaron experiencias desgarradoras de cómo fueron sometidos a abominables abusos sexuales y torturas por parte de funcionarios penitenciarios en el centro de detención conocido como el “club de violación”.
El abuso en la prisión del Área de la Bahía destapó la epidemia de abuso sexual que azota a la Oficina de Prisiones de EE.UU. Solo durante 2020 fueron registrados al menos 422 denuncias de abuso sexual del personal contra reclusos en 122 prisiones.
A pesar del horrible historial de derechos humanos, en particular para las mujeres, Estados Unidos sigue ocupando un lugar en el máximo organismo mundial dedicado a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres: Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés).
Más escandalosamente, llega a dictar quién debe y quién no debe estar en el organismo de derechos de las mujeres de la ONU, usándolo como una herramienta de presión política para intimidar a los adversarios y avanzar en sus ambiciones hegemónicas.
La senadora estadounidense por Alaska, Lisa Murkowski, en un artículo mordaz publicado en CNN en marzo de 2022, reconoció que la Constitución estadounidense no garantiza a las mujeres “los mismos derechos y protecciones que a los hombres”.
Doble rasero de EEUU en derechos de las mujeres
Cuando Malala Yousafzai, una defensora paquistaní de la educación de las mujeres, resultó herida en un ataque de la oposición armada en 2012, los gobiernos occidentales y los medios de comunicación se unieron a su favor hasta el punto de que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2014.
Otra niña paquistaní llamada “Nabila Rehman”, cuya abuela fue brutalmente asesinada por un dron estadounidense en 2012 y cuya hermana resultó gravemente herida, viajó a Washington para dar un discurso ante la Cámara de Representantes; sin embargo, solo cinco de los 430 congresistas estuvieron presentes y el tema no recibió cobertura mediática.
Las diferentes reacciones de las autoridades estadounidenses y los medios occidentales ante estos dos casos ilustran que el tema de los derechos de las mujeres frecuentemente sirve a fines políticos.
Por lo tanto, se centró en Malala mientras ignoraba la historia de Nabila Rahman, que podría exponer las atrocidades de las tropas estadounidenses al mundo y a los estadounidenses.
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