editorial Megacapitalistas en el timón
l énfasis contra el calentamiento
global lo puso el Club de Roma
(1968), élite de las élites capitalistas
en el poder. Pero su real inquietud era
despoblar el mundo, con un gobierno
mundial centralizado. ¿Cómo desha-
cernos de tantos?, se preguntaban,
¿cómo aceptarán nuestro liderazgo?
La guerra nuclear ya era una ame-
naza incluso para ellos mismos, así
que diversificaron el exterminio con
otras tecnologías ‒como las vacunas.
Había que inventar enemigos. In-
cluso ¡se habló de invasiones extrate-
rrestres!, lo que fortalecería el lide-
razgo de la ONU, manipulada por esa
élite. “Un mundo nos vigila”, se decía.
Si la ONU se formó en 1945 para
detener las guerras, éstas se multipli-
caron con un sinfín de pretextos y sólo
bajaron su intensidad. Cfr. Unsustainable.
Usaron la teoría de Malthus de
1798 que afirma: cuando existen más
alimentos, la población tiende a cre-
cer, en lugar de mejorar su calidad de
vida. Así que provocarían el hambre
para que la gente enferme, muera y
no quiera tener más hijos, no obstante
que la capacidad productiva ha reba-
sado la exponente demográfica.
Con tales ideas se elaboró el docu-
mento “Los límites del crecimiento” en
1972, puesto en operación en 1976
con “Habitat”, la asamblea de la ONU
de Vancouver, Canadá, donde entra
en juego el otro enemigo, el “calenta-
miento global” a causa del CO2
.
Fue en 1992 cuando la ONU logra
mundializar esto con la “Agenda 21”,
antecedente de la actual “Agenda
2030” de 2015 ‒luego reforzada con
el “Nuevo Pacto Verde” de 2019.
Debido a que otros científicos han
comprobado que la tierra tiene ciclos
de calentamiento; que éste se debe a
las fluctuaciones solares afectando a
todo el sistema solar y que justo ahora
está enfriándose; y que el CO2 es in-
cluso benéfico, el discurso ha cam-
biado: ahora es “el cambio climático”
el supuesto enemigo a vencer, a
causa de la actividad humana.
La “izquierda” sería otro títere. El
marxismo verdadero, “utópico”, que
une y empodera a los trabajadores y
no al capital, está ausente.
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