Ayotzinapa, la trampa en la que AMLO solito se metió y ahora no puede salir
Pasaron nueve años desde que, en Iguala, Guerrero, fueron capturados, secuestrados y desaparecidos 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa. La investigación sobre su paradero empezó en 2014. Se involucraron diversas autoridades federales, estatales, municipales. El objetivo es conocer el paradero de los 43 desaparecidos. La demanda de los padres se mantiene “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
La desaparición de 43 estudiantes fue violenta. La investigación fue atraída por las autoridades federales. Apareció en las protestas de los padres de los desaparecidos, el señalamiento “Fue el Estado”. La conjunción de estos elementos politizó el tema, llamó la atención de medios de comunicación nacionales y extranjeros y fue útil para que, en el discurso político de oposición, se denostara al gobierno de Enrique Peña Nieto.
La Procuraduría General de la República, a cargo de Jesús Murillo Karam, en rueda de prensa, informó sobre los resultados de su indagatoria, que calificó como “La Verdad Histórica”, en la que se aportaban datos sobre los presuntos responsables, bandas de la delincuencia organizada, autoridades municipales y quedaban excluidas las autoridades estatales y federales. Los padres de los 43 estudiantes no aceptaron las conclusiones, exigieron una investigación no realizada por el Estado. Para satisfacer su demanda, fue invitado el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
Por cuatro años el gobierno de Enrique Peña Nieto atendió el reclamo de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, que realizaron manifestaciones en diferentes plazas públicas de México y el extranjero.
En esos cuatro años, con énfasis en su campaña por la presidencia, Andrés Manuel López Obrador incorporó a su discurso el señalamiento de que el gobierno de Peña Nieto tenía la obligación de aclarar la desaparición de los 43 estudiantes. En reunión con los padres se comprometió, de llegar a la presidencia, a satisfacer sus demandas y alcanzar la verdad sobre la desaparición de sus hijos y castigar a los responsables.
Hace cuatro años López Obrador refrendó su compromiso. Abrió las puertas de Palacio Nacional, recibió a los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, encomendó al subsecretario, Alejandro Encinas, de Gobernación, investigar el caso e invitó, una vez más, al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
Hace unos meses el GIEI entregó su informe y manifestó que no habían sido atendidas por la secretaria de la Defensa Nacional sus peticiones de información, aunque en su documento incorporó testimonios sobre la participación de algunos oficiales del ejército en los eventos de Iguala del 26 de septiembre de 2014.
Para los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, el acceso a Palacio Nacional no fue igual que hace cuatro años. Este año las autoridades de la CDMX pusieron vallas a su alrededor y en otros edificios.
El pasado lunes 25 fueron citados los padres de los 43 estudiantes a Palacio Nacional. La presencia del presidente estaba agendada, pero no asistió. Les entregaron un documento de 34 páginas, realizado por la secretaría de la Defensa Nacional, titulado “Ayotzinapa, narrativa de los hechos de acuerdo con las investigaciones”. El informe presenta una lista de las 15 instituciones que aportaron 41 mil 297 documentos, pero no concluye cuál fue el destino de los estudiantes. Señala que hay 132 detenidos.
El documento plantea tres posibles causas para la desaparición de los 43 estudiantes: que fue una confusión de Guerreros Unidos. Que se les quiso dar un escarmiento el alcalde de Iguala, José Luis Abarca y la tercera, que fue por el trasiego de enervantes y la eventual presencia de droga, armas o dinero en los autobuses tomados.
El informe fue rechazado por los padres de los 43 estudiantes desaparecidos. Su abogado, Vidulfo Rosales, comentó que esta versión de los hechos “esta más cercana a la verdad histórica que a la realidad”.
Hilda Hernández, madre de uno de los desaparecidos, comentó que en nueve años han observado muchas irregularidades y mentiras. “Ahí están los expertos independientes con sus informes y señalan que fue el Ejército y la Marina, detallando que falta documentación foliada del cero al 600 la cual no han entregado y ellos dicen que ya entregaron todo y eso es una reverenda mentira. No puede ser posible que sigan protegiendo al Ejército con tanta evidencia que señala que ellos estuvieron en todos los puntos desde la Normal hasta Iguala”. (El Universal, 26 de septiembre de 2023)
En su mañanera López Obrador comentó sobre el rechazo de los padres de los 43 estudiantes: “Ayer se dio a conocer el informe, tenemos el compromiso de seguir la investigación y vamos a continuar hasta conocer toda la verdad y lo más importante: saber dónde están los jóvenes. Todavía me queda un año y vamos a dedicarnos a hacerlo”.
Ayotzinapa se convirtió en un dolor de cabeza para López Obrador. Como candidato se comprometió a investigar hasta llegar a la verdad. Ahora resulta que su versión es similar a la verdad histórica. No hay avances reales y posiblemente no vaya a ser suficiente un año para llegar al resultado que diga que pasó con los 43 estudiantes desaparecidos. Mucho menos cuando el Ejercito, como juez y parte, está dictaminando. No es lo mismo prometer que cumplir.
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