Con la llegada de Donald Trump al poder ‒más allá de ma-
yores deportaciones y racismo para los mexicanos en Es-
tados Unidos‒, viene la amenaza de la invasión, apropia-
ción y el robo a otras naciones, como ha hecho ese país desde
su origen. Sería ingenuo pensar que tengan buenas intenciones.
“Los Estados Unidos no tienen amigos, sino intereses”, recono-
cieron por ahí. Con la bandera del patriotismo han saqueado a
todo el mundo y también se han ganado a pulso el odio popular
‒como AMLO en México.
Lo peor es que no sólo es el gobierno de los Estados Unidos,
sino gran parte de la sociedad estadounidense que lo apoya y
desea mantener sus privilegios a costa del tercer mundo, como
ha sido siempre. Hoy, “las venas abiertas de América Latina” si-
guen desangrándose y mucho es debido a ese imperio protervo.
Por ello, la esperanza de que Trump venga a componer el
desastre que ellos mismos promueven, así como la herencia maldita que
nos dejó AMLO, tiene sus peligros, y es una vergüenza.
Muchos desean que el gobierno de Trump encarcele al narcopresi-
dente que les mintió, robó y traicionó, y sólo por este latir conjunto es po-
sible que eso suceda: ¿todo un país deseando algo?, eso es muy fuerte.
Otros dicen que el karma no se quedará de brazos cruzados... pero tam-
poco AMLO, pues existe el rumor de que ya se refugia en Cuba.
Sin embargo, ¿cuál puede ser el costo de esa intervención?
Por otro lado, es positivo que Trump desenmascare y abandone a la
Organización Mundial de la Salud (OMS) que hoy rige al mundo con su
falsa ciencia. Y que acabe con el falso feminismo y con esa locura de la
diversidad infinita de sexos, con la mutilación genital de los niños y su
adoctrinamiento promovido por la Agenda 2030, con la criminalización de
los padres que se opongan, lo cual ya sucede en México con la 4T, y con
la falsa narrativa de la crisis climática como medida de control social.
Sin embargo, el problema será, ¿cómo va a tratar a esas minorías o
sectores sociales? La discriminación, el hostigamiento, la criminalización,
no son una salida digna. ¿Los tratará como animales, del mismo modo
que a los migrantes? ¿Tendrá algo de piedad, como se lo pidió una mujer
obispo? No, el interés de Trump no son los derechos humanos.
¿Qué intereses defiende Trump? Estados Unidos lucha por conservar
la supremacía del mundo frente al avance del “Nuevo Orden Mundial” y su
Agenda 2030 disfrazada de izquierda ‒a la que se alinea el gobierno de
México, al igual que China‒. No hay que confundirse, es una lucha entre
magnates de ultraderecha por ambos bandos, los mismos que nos han
llevado a la catástrofe planetaria. Ante todo esto, es una gran paradoja
que la cultura “woke” de la “izquierda”,
se encuentre tan dormida.
Mientras tanto, en México, los ciu-
dadanos son tratados de peor manera
que a los migrantes en Norteamérica,
tanto así, que han huido de sus terru-
ños por el rampante desempleo, pre-
cios por las nubes, muertos y desapa-
recidos por doquier, asistencia social
en ruinas, megafraudes electorales,
ingente deuda... y encima la burla y el
cinismo: ¡vivimos la mejor democracia
del mundo!, dice la pseudo presidenta.
Parece que sólo la gente sencilla
y de a pie, puede salvar al planeta.
Pero organizados. ¡Y sin partidos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario