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jueves, 10 de junio de 2010

?hasta cuando el mundo tolerara al sionismo?

¿Hasta cuándo el mundo civilizado tolerará la barbarie del sionismo?


Foto: Archivo.


Caracas, Jun. 1 ABN (Por Hernán Mena Cifuentes) El mundo despertó indignado este lunes tras enterarse de la nueva masacre perpetrada por tropas israelíes, esta vez contra una flotilla que transportaba ayuda humanitaria a Palestina, matando a una veintena de personas, acto de barbarie que obliga a una profunda a preguntarse: ¿hasta cuando el mundo civilizado tolerará los crímenes del Estado sionista de Israel, engendro del Imperio, vergüenza y aberración de la especie humana?

Porque, es tan grande el baño de sangre desatado por esos bárbaros modernos, que se cuentan por millones las víctimas de las matanzas cometidas por su ejército contra el pueblo del Medio oriente, atrocidades que conforman un genocidio como pocos se han visto en la historia humana, que hoy condena una vez más esa incontrolable adicción al crimen del sionismo, que asesina por placer, sin detenerse a pensar en la infrahumanidad de sus actos.

Y, es que ni las fieras de la selva, matan así, porque, cuando lo hacen es para sobrevivir al hambre, y no por el simple deleite de ver correr sangre, como es el caso del Estado sionista de Israel que en la ceguera demencial que lo domina no perdona las vidas de hombres, niños, ancianos y mujeres y por igual los asesina cuando ataca traicioneramente a países como Líbano y Palestina bombardeando indiscriminadamente poblados, ciudades y campos de refugiados.

Ese genocidio comenzó hace 62 años con la ilegítima creación en 1948, del Estado sionista de Israel, y aún antes, cuando asesinaron a los británicos que ejercían el mandato sobre Palestina, abandonada 19 siglos antes por los judíos, y después de bombardear poblados palestinos y enterrar en una fosa común a más de 200 de las víctimas, y a los que sobrevivieron los expulsaron y obligaron a vivir en infamantes campos de refugiados.

A partir de entonces comenzó el terrible vía crucis del pueblo palestino, escabroso camino de dolor, sangre y lágrimas caracterizado por una serie interminable de masacres como las de Sabra y Shakila y otros crímenes de lesa humanidad que se han multiplicado con el tiempo para horror e indignación del mundo que asiste impotente como testigo de una era de terror y de exterminio impuesta a la humanidad impunemente por el sionismo.

La erección del “muro de la vergüenza”, que separa a familias y destruye sus cultivos, la confiscación de tierras para construir asentamientos ilegales, la demolición de viviendas, la detención, tortura y encarcelamiento y desaparición forzada de persona, incluyendo niños y mujeres, la restricción al derecho de uso del agua y el “asesinato selectivo” son parte del proyecto de exterminio, diseñado por el sionismo para desaparecer al pueblo palestino.

El diabólico plan, versión ampliada y mejorada de la “Solución Final”, creación de Hitler, incluye como elemento central el horror de las guerras como las desatadas contra Líbano, invadido y ocupado por la soldadesca sionista en el marco de la mal llamada “Operación Paz para Galilea” en 1982, que siguió a la “Operación Litani” de 1978 que contó con el apoyo de la milicia cristiana libanesa, el Ejército del sur del Líbano (ESL) y por supuesto, con el de su amo, EEUU.

Catorce años más tarde el sionismo volvió a invadir el país el 12 de julio de 2006 en una operación denominada “Recompensa Justa” con el pretexto de liberar a dos de sus soldados que habían cruzado la frontera y fueron capturados por guerrilleros de la organización chiita Hezbolá, que EEUU, Israel y la Unión Europea consideran como un grupo terrorista, cuando lo cierto es que lucha contra los que osan invadir y ocupar su patria.

Pero, esa conflicto devino en un fracaso para el sionismo que tuvo que enfrentar a los combatientes de Hezbolá en una guerra asimétrica que terminó con el mito de la invencibilidad del ejército israelí, que luego de 32 días de fieros combates, a pesar de la muerte y destrucción provocada por las miles de bombas de racimo lanzadas por la aviación judía sobre pueblos y ciudades, debió retirarse vencido y humillado del país que había invadido, sin liberar a sus soldados.

Pero esa historia de guerras sionistas, cuyo objetivo es el exterminio del pueblo palestino, no podía terminar de esa manera, y el 27 de diciembre de 2008 El ejército israelí desató todo su poderío bélico sobre la Franja de Gaza, en una de las más sangrientas ofensivas lanzados por aire, mar y tierra contra una población indefensa, crimen que la historia registra como “La Masacre de Gaza.”

Se bautizó con ese nombre, por la alta mortandad de civiles inocentes asesinados durante los 22 días que duró el genocidio, ya que, de los 1.434 palestinos que murieron, cerca de mil eran niños, mujeres y ancianos y sólo unos pocos combatientes de Hamas, la organización de combatientes que enfrentó a los invasores que apenas tuvieron 11 bajas mortales y 236 heridos.

El Estado sionista de Israel no le perdonaron a Hamas, haber ganado las elecciones legislativas de Palestina en 2006, en triunfo arrollador y memorable sobre su rival Al Fatah, y en venganza iniciaron un boicot político y económico sobre el nuevo gobierno con el apoyo de EEUU, la Unión Europea, Japón, Australia y Canadá que consideran a Hamas como una organización terrorista, al igual que a Hezbolá.

La medida de represalia que incluyó el corte del suministro de agua, electricidad, medicinas, alimentos, combustible. lo cual agudizó la situación de hambre, miseria y desempleo entre la población de Gaza, que desde entonces los obtiene a través de una red de túneles que cruzan la frontera desde Egipto, y que los sionistas bombardean a menudo, por considerar que por ellos Hamas se abastece de los cohetes Qassan, proyectiles artesanales que lanzan ocasionalmente contra el territorio de Israel.

En el conflicto los sionistas lanzaron miles de bombas y misiles sobre objetivos civiles y algunos de ellos llegaron a alcanzar oficinas de la ONU, y también utilizaron armas prohibidas, como el terrible “fósforo blanco”, agente químico que provoca horribles quemaduras y que afectó a decenas de personas en su mayoría niños y mujeres, muchos de los cuales perecieron en esa guerra inútil y absurda como todas las guerras, que finalizó el 18 de enero de 2009, dejando una estela imborrable de muerte y destrucción.

Y lo mismo que ayer, cuando el mundo condenó esos genocidios, hoy vuelven a levantarse las voces de protesta en todo el mundo, esta vez por el ataque realizado el lunes en la madrugada en aguas internacionales por tropas sionistas que como modernos piratas del siglo XXI abordaron desde helicópteros las naves que llevaban ayuda humanitaria para el pueblo palestino, cobarde y vil acción que provocó la muerte de una veintena de personas.

Y entre las primeras voces en condenar ese nuevo genocidio del sionismo estaba la de Hugo Chávez, comandante y presidente de la República Bolivariana de Venezuela, quien figura en la vanguardia de los que defienden la vida de los pueblos, como lo hizo cuando EEUU desató la guerra de Afganistán en 2001 y la de Irak en 2003 mostrando indignado fotos de madres con sus hijos muertos en sus brazos, víctimas de los misiles lanzados desde jets yanquis.

Volvió a hacerlo cuando Israel, desató sus inmoral guerra contra el Líbano en 2006 y de nuevo en 2009, cuando perpetraba el genocidio en la Franja de Gaza expulsando en ambas oportunidades al embajador sionista acredito en Caracas y fue más allá en su condena, cuando junto con su homólogo boliviano, Evo Morales, rompió relaciones diplomáticas con Tel a Aviv, convertidos ambos en los únicos presidentes del mundo que han roto sus vínculos con el Estado sionista de Israel.

Y no es que Chávez esté contra el pueblo judío, pues sabe, como todo el mundo que es un pueblo noble, amante de la paz e inteligente que ha dado al mundo hombres y mujeres que han contribuido al desarrollo y bienestar planetario tanto en el campo científico como en el económico y cultural, y condena todo aquello que signifique violencia y guerra, porque ha sido a lo largo de los siglos víctima de masacres, genocidios similares a los que hoy comete el Estado sionista de Israel.

Prueba fehaciente de esa voluntad de paz que anida en el corazón de todo auténtico judío es la declaración que hace 5 días emitieron desde París mas de 500 prominentes intelectuales israelíes en la que condenan “la política inmoral” del gobierno sionista, reconociendo que “el Estado de Israel afronta un “inaceptable proceso de deslegitimación y que debe lograr la paz de forma urgente con el pueblo palestino recurriendo a la solución de dos Estados.”

“Israel, -destaca la declaración- se verá frente a dos opciones igual de desastrosas: volverse un Estado en que los judíos sean minoría, o crear un régimen que sea una desgracia para el país y que derive en disturbios sociales,” señalando a continuación que “es peligroso el sistemático apoyo de los judíos a las políticas del gobierno israelí, porque no sirve a los verdaderos intereses del Estado de Israel.”

Pero,, ninguna de las críticas que se hacen contra el Estado sionista de Israel han sido escuchadas por sus dirigentes, quienes prosiguen sordos y ciegos su camino de violencia y guerra pese a la unánime condena de la comunidad internacional, como si poseyera una patente de corso para violar todo principio moral y ético, ignorando el mensaje inteligente de la razón contenido en la frase de Benito Juárez, que afirma que “entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.”

Y es que la sin razón del poder del Estado sionista reside en el apoyo que recibe de EEUU, convertido por ese engendro diabólico que el mismo creo, en prisionero de su voluntad, manipulados sus gobernantes por el lobby judío que desde Washington dicta las políticas a seguir para preservar y aumentar, a través de guerras de conquista su dominio sobre el mundo, reforzando con ello el dominio sionista sobre el Imperio, como lo explica un reportaje publicado por Iar noticias en agosto de 2006.

El trabajo periodístico, bajo el título de “Chávez y el lobby judío. ¿Por qué nadie detiene la masacre del Líbano'”, hacía referencia al genocidio que en esos días de agosto cometía el ejército israelí en ese país, a la actitud valiente y decidida del comandante Chávez que rompió el silencio cómplice para denunciar ante el mundo aquel crimen de lesa humanidad, y al poder que desde Washington ejerce el lobby sionista.

Y la misma pregunta del título del reportaje, que hoy se hacen muchos en el mundo tras conocer la más reciente de las masacres del ejército israelí que este lunes asesinó a una veintena de activistas humanitarios, tiene respuesta en ese artículo del cual forman parte los siguientes párrafos.

“¿Cómo se califica un hecho de esta naturaleza' ¿Genocidio' ¿Holocausto' ¿Asesinato en masa' ¿Sadismo criminal de Estado' ¿Demencia sionista' ¿Sicopatía racial genocida'”

“Llámenlo como quieran: la calificación es lo de menos, se trata de una masacre impune, a la luz del día y a cara descubierta, sólo posibilitada por el silencio y la complicidad de los gobiernos, incluidos los árabes, que durante 25 días no movieron un solo dedo para detener la matanza.”

“Sin embargo, en medio de la indiferencia o de la condena deformada sin mencionar a Israel como agresor, Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, haciendo lo contrario del resto, tiró una piedra en el estanque de la complicidad.”

“La semana pasada, Chávez ordenó el retiro del embajador de Venezuela en Israel en protesta por la invasión y la masacre que ese país está cometiendo en Medio Oriente.”

“Ese ejemplo de Chávez resume claramente una primera acción diplomática, que si se la complementara con una ruptura de relaciones comerciales y un bloqueo a los productos israelíes por parte de los gobiernos del mundo, detendría de inmediato la acción de Israel ya que paralizaría su economía y precipitaría una crisis insalvable en su gobierno. Simple, expedito, contundente, como los misiles asesinos del Estado de Israel: ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales, y bloqueo de los productos de Israel= Estado judío en crisis y aislado.”

“Chávez dio una primera señal emblemática, el principio liminar, de cómo terminar con la impunidad del militarismo sionista de Tel Aviv. ¿Y por qué el resto no lo imita'”

“La respuesta también es sencilla: desde bancos, financieras, cámaras empresariales, medios de comunicación, industria cultural, hasta la Reserva Federal, Wall Street y el dólar (tanto a nivel de países como internacional) están controlados y/o gerenciados por judíos y/o grupos judíos. Si alguien tiene alguna duda que investigue y verifique. Esa es la sencilla explicación de por qué el resto de los gobiernos, incluidos los árabes no imitan a Chávez.”

“Por razones de supervivencia nadie se tira contra el “lobby”, porque el lobby, simplemente, es el SISTEMA. Y el lobby judío (con los tanques y aviones de Israel) es el que hoy está matando en Líbano.”

Por eso es que desde hace más de 60 años, cuando fue creado ese engendro diabólico del Estado sionista, sigue asesinando pueblos, crimen de lesa humanidad que sólo podrá detenerse, si se asume con la valentía y la decisión del comandante Chávez de romper relaciones comerciales, sumada a un bloqueo mundial a los productos de Israel, con lo cual se precipitaría una crisis insalvable para el gobierno de Tel Aviv, que con todo el poder de su lobby no podrá contener.

Esa es la simple y única respuesta a la pregunta, titulo del presente artículo que todo ser humano digno puede dar, olvidando miedos, temores y represalias, porque cuando la justicia está de su parte, no importan bombas, tanques, misiles y aviones que acallen voces como la de Chávez quien rompió el silencio cómplice de los timoratos y cobardes para denunciar ante el mundo al genocida Estado sionista de Israel.

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