Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

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lunes, 16 de enero de 2012


Deicidio



ue tal el shock causado por el Informe Leuchter entre los "holocaustófilos", que demoraron cerca de una década reaccionar organizadamente a los hechos y poder usar sus armas tradicionales: la desinformación y el desprestigio de sus rivales. Así, en los últimos años emprendieron una tremenda ofensiva contra el señor Leuchter (ahora convertido al Revisionismo) y a su trabajo, enviando al mismo lugar de investigación a cientos de sus representantes para rebuscar "pruebas" que refutaran el informe.

Para ello, prácticamente, nacieron organizaciones pro-judías o algunas ramas de la Fundación Wiesenthal. Otros, valiéndose de elementos más sucios han dado muerte incluso a algunos revisionistas o los han atacado con esa intención. A Pedro Varela, de España, le fue destruida su Librería Europa (exactamente por los días en que le rayaban en su casa la frase "CALLA O TE CALLAMOS" y en que enfrentaría un juicio por "apoyar un genocidio") y parte del material impreso que en ella había. El profesor Faurisson ha sido atacado por desconocidos en al menos ocho oportunidades terminando hospitalizado. Zündell, en tanto, ha recibido bombazos y hasta cartas bomba. La primera víctima del Holocuento ya ha sido cobrada: el profesor Duprat, asesinado en un atentado por los holocaustófilos.

En torno a Fred Leuchter se ha tejido una siniestra acción de boicoteo de su trabajo y de su prestigio. Una estrategia de los exterminacionistas es el exaltar algunos de los errores de apreciación que cometió el señor Leuchter en sus trabajos de investigación, a pesar de todas las medidas de seguridad y objetividad que procuró. Estos errores son absolutamente secundarios y NO ALTERAN, para nada, el resultado de las conclusiones generales del informe; incluso, fueron corregidos por los propios Revisionistas antes de ser descubiertos por sus adversarios holocaustófilos, como en el llamado "Informe Rudolf", ya que no es raro que existan algunos tropiezos en la primera vez en 50 años que alguien intenta comprobar seriamente las fantasías literarias del Holocausto. Rudolf también ha terminado siendo perseguido en su integridad física por los "defensores de la verdad".

Sin embargo, treinta años antes que Fred A. Leuchter, el profesor Einar Aberg había publicado un sencillo pero lapidario cálculo estadístico, en el que los pretendidos 6.000.000 de judíos no aparecían (o mejor dicho no "desaparecían") por ninguna parte. Dicho documento fue publicado en 1959 en Norniken, Suecia, y decía lo siguiente:

"En 1938 habían en el mundo 15.688.259 judíos, según el 'World Almanac' de 1947. Esta cifra fue proporcionada a dicho Almanaque por la 'American Jewish Commitee' y por la 'Jewish Statistical of the Synagogues of America'.

En 1948 existían en el mundo entre 15.600.000 y 18.700.000 judíos, según un artículo aparecido en el 'New York Times', del 22 de febrero de 1948, escrito por Mr. Hanson W. Baldwin, reconocido experto y de probaba imparcialidad cuestiones demográficas, personalidad que, ni aun haciendo alarde de la mayor fantasía, puede ser tildada de antisemita. Su jefe, Arthur Sultzberger, propietario del 'New York Times', y judío él mismo, es reconocido como amigo incondicional de Gran Bretaña.




¿DONDE ESTÁN LOS 6.000.000 DE JUDÍOS MUERTOS?




AÑO


NÚMERO DE JUDÍOS EN EL MUNDO


FUENTE ESTADÍSTICA




1921


11.600.000


Meyers HandLexicon, Alemania




1930


15.600.000


National Council of Churches




1939


15.000.000


American Jewish Comittee Bureau of the Synagogue Council




1940


15.319.359


World Almanac, pg. 129




1947


15.690.000


World Almanac




1949


15.713.638


World Almanac, pg. 284




1961


16.300.000


Statiscal Yearbook of Council of Churches, EUA




Tomando, pues, por cierta la evaluación más alta de Mr. Baldwin, o sea 18.700.000 de judíos, resultaría que entre los diez años que mediaron entre 1938 y 1948 -período que incluye los años de la guerra de 1939 a 1945- , durante los cuales se pretende que Hitler habría hecho matar a seis millones de judíos, la población judía del mundo habría aumentado en más de 3 millones. Sí, a los efectos de la comprobación, supusiéramos que Hitler efectivamente hizo matar a 6.000.000 de judíos, nos encontraríamos con que el incremento de la cifra demográfica es realmente de 9.000.000. Es decir, un aumento de 3.000.000, más otros 6.000.000 de nacimientos, para suplir los 6.000.000 de judíos pretendidamente exterminados bajo el régimen hitleriano.

Teniendo en cuenta que actualmente existen en el mundo tan sólo 18.000.000 de judíos, supone ello un aumento de 9.000.000 de judíos durante los diez años que van de 1938 a 1948, o sea, un incremento total (en sólo diez años) del 50%, cosa imposible. Aún cuando todo judío, físicamente apto, se hubiese dedicado exclusivamente, día tras día, durante las 24 horas, en los años de 1939 a 1949 a la procreación, con cada una de las mujeres de su raza, en plena pubertad, el que pudiesen haber llegado a engendrar en diez años 9.000.000 de judíos, estaría absolutamente en pugna con las leyes de la eugenética.

Vale precisar que, promediando las cifras extremas de judíos existentes en el mundo en 1948, según Mr. Baldwin, obtenemos por resultado 17.150.000 judíos. Vemos que la estadística poblacional no sólo aumentó normalmente con relación a los 15.688.259 de 1938 (en diez años) sino que registró un incremento en el ritmo de nacimientos judíos en años anteriores, de modo que los pretendidos 6.000.000 no aparecen por ninguna parte.

Y aún tomado la menor de las cifras de Balwin, que coincide con la de 1938, es decir, cerca de exageradamente pocos 15.600.000 judíos en el mundo, pretender que de esa cantidad de judíos vivos pudieron producirse 6.000.000 de nacimientos en diez años (y exactamente en los tormentosos años de la guerra, en ghettos y en albergues de refugiados, y durante sus penosas migraciones al recién fundado Estado de Israel), para suplir los otros 6.000.000 de muertos y dejar la cuenta saldada en cero, es realmente imposible y fuera de toda lógica de ciencias poblacionales y etnográficas.

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