Junto a Israel y sus socios de la OTAN Rechazo a un Presidente en cuyo país se irrespeta a las mujeres y ama al poder nuclear
Muchas aberraciones se circunscriben dentro del comportamiento de un país que se muestra al mundo como moderno, especialmente sus gobernantes. Es intolerable que bajo un manto de una religión que irrespetan, y aparecen como creyentes aun cuando sólo, y de casualidad, mencionan a Dios en los discursos.
Creen más en su dios petróleo para dominar a los países donde se inscribe su territorio y mucho más allá. Las mujeres son irrespetadas de diversas formas.
Se las ve, a las más humildes, en estados de explotación en el trabajo, con mayor fuerza en el trabajo sexual donde permiten hasta la prostitución infantil y la exportan en sus películas. Las muestran en estados deplorables, con feos aspectos y sus ojos inyectados de sangre bajo los efectos de las drogas. Las inyectadoras aparecen regadas en cuartuchos de hoteles de mala muerte, en casas habitadas por el hambre y el abandono, tanto como en los lugares ocultos de los salones de fiestas. Golpeadas por el machismo que campea en un mundo falso de superaciones ficticias que estimula el uso de estupefacientes para sentirse, aunque sea un rato pasajero y dependiente, como las estrellas paradigmáticas que las incitan a imitarlas. Igualmente las empuja hacia la prostitución dentro de ese submundo donde se valoran, principalmente, las apariencias físicas, de las nalgas redondas y las tetas inmensas. De los miles y miles de bares y ambientes nocturnos donde se vende el sexo, barato y caro, además de las drogas inhalantes -ya de uso común hasta en las adolescentes en todos los niveles, con sus excepciones claro- y el consumo de licor en exceso, al extremo de tener conocimiento de varias esposas de presidentes que han recurrido a tratamientos antialcohólicos (y sus esposos no)
De ahí que campean la enfermedad venérea y, más dañina, el SIDA, para escribirlo en su idioma: AIDS.
Por supuesto que las hay “exitosas”, la cara bonita del desarrollo.
Ni se diga del trato, lamentabilísimo, a través de la historia, hacia las mujeres negras. Camaradas los invito a que vean la película, nominada al Oscar, titulada en español, “Criadas y Señoras”, para que se actualicen sobre los vejámenes que padecieron miles de negras a quienes sólo les permitían trabajar como servidumbre de las “señoras”. Se les revolverá el estómago, así como hará reír a las que, disimuladamente, soslayadamente dan ese trato a sus “domésticas”. Las escuálidas mayores, con sus excepciones. Ocurre con el recuerdo de esas tenebrosas épocas de la discriminación arrastrada desde el sXIX hasta bien entrado el sXX con palizas, desprecios, cochinadas y hasta muertes (sin destacar al Ku Kus Klan) incluyendo la del héroe Martin Luther King, extendida al apartheid en África, y en otros países sin darle ese calificativo. Los negros tuvieron que demostrarle capacidades en lo técnico y especialmente en lo deportivo para que medio los aceptaran. Es más, su presidente negro vivía en una zona residencial (Kenwood en Chicago) de alto poder económico pero en un sector de… de puros negros.
Ni pensar en el malísimo trato que le dan a las chicanas, las mexicanas que junto a sus compatriotas, y de una manera indirecta, migran a los territorios que les arrebataron a sus antepasados a pesar de la resistencia heroica que opusieron.
Y el trato despectivo a todos los latinoamericanos en general. Así como los otros capitalistas, catiritos, del mundo que nos llaman sudacas a los suramericanos que habitamos el patio posterior de USA. Que ya no es tan patio, ni tan posterior: “Culpechávez”
Rechazo a un presidente que quiere tener poderío nuclear el solo y para intimidar a todo el planeta Tierra, y más allá. Junto a Israel y sus socios de la OTAN, a lo gringo, NATO. Y quieren destruir a Irán, bombardearla, porque está preparando un poderío nuclear. Todo por la ambición energética y de posicionamiento estratégico guerrerista. Invasionista.
Por eso nos da risa cuando orquestadamente y mediáticamente dicen que Ahmadinejad no permite que las mujeres tengan libertades como las occidentales, que usen velos, etc. Olvidando que es una tradición religiosa milenaria.
Recuerdo cuando en las cumbres donde asistía Fidel los gobernantes de la IV, ufanados y orgullosos por la conducción equilibrada e inclusiva del pueblo humilde, les sugerían que los imitara. Para reírse, no.
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