Slim apoya a AMLO buscando imopunidad de su saqueo a Mexico

México República de los Explotadores empezando por Slim Eduardo Ibarra Aguirre Carlos Slim Helú procedió como en los mejores tiempos de la simulación priísta: parapetado en el Consejo Coordinador Empresarial convocó a la firma del Acuerdo nacional para la unidad, el Estado de derecho, el desarrollo, la inversión y el empleo . Los convocantes son empleados de los 39 dueños de México, es decir, los que forman por la cuantía de sus capitales el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, que ahora pretenden travestirse en sociedad civil para difundir su propuesta de modelo económico y programas de gobierno. Son los dueños de México, nada más pero nada menos. Su relación con la sociedad civil es la del mecenas que otorga recursos económicos que le corresponden a Hacienda, para lavar su imagen y publicitar sus marcas comerciales. Los dueños de la aldea global son 500 magnates, entre ellos 11 mexicanos que acumulan 35 mil 500 millones de dólares, o el 5 por ciento de la riqueza del país, es decir, 11 mil 500 millones de dólares más que en 2002. Seamos menos excluyentes y contemplemos a los 39 que mencionábamos e incluso a los 648 que nominalmente se reconocen. Todos ellos forjaron sus extraordinarias riquezas al amparo del poder público, de 71 años de priísmo y de cinco años de foxismo, que también tiene a Olegario Vázquez Raña y Cosme Mares como favoritos. Son los beneficiarios de una capitalismo de compadres ( Fernando Jeannot dixit ). Slim Helu es ejemplo de ese modelo de enriquecimiento brutal e inmoral en que fue tan eficaz el denostado estatismo como el elogiado capitalismo salvaje (libre mercado, lo llaman) de los últimos 23 años. Con ambos modelos multiplicó su riqueza, y con Carlos Salinas de Gortari obtuvo la joya de la corona , Teléfonos de México. El ingeniero , como lo denominan sus cercanos, Ricardo Salinas Pliego, María Asunción Aramburuzabala, Eugenio Garza Lagüera, Roberto González Barrera, Alfredo Harp Helú, Emilio Azcárraga Jean y Carlos Peralta Quintero fueron los asistentes más acaudalados, de acuerdo a la cotización de Forbes . La ausencia de Roberto Hernández Ramírez --el enemigo más odiado por Carlos Slim --, Lorenzo Zambrano y Jerónimo Arango es la nota más sobresaliente de la cumbre empresarial del Alcázar de Chapultepc. Los socios mayoritarios de México SA de CV, además de 300 acompañantes de la farándula, los deportes -- Hugo Sánchez no se enteró a qué lo invitaron--, la academia y los medios de comunicación presentan a los candidatos presidenciales el Pacto del Castillo Chapultepec que contiene cinco ejes que, sin que me lo pida Slim y su parapeto del CCE, suscribo desde aquí, siempre y cuando la pobreza extrema, el rezago histórico número uno de México, ocupe un lugar privilegiado. Y los organismos públicos descentralizados no sean concebidos como una empresa más del Grupo Carso. Los hombres del poder fáctico, lo más opuesto que exista al Estado de derecho que proclaman, se disponen a hacer política a la luz del día. Frente a sus oscuras tradiciones como la de Chipinque, Monterrey, del 21 de febrero de 1976, ¡Bienvenidos! Jugar abiertamente implica no favorecer con sus grandes capitales a precandidatos y candidatos favoritos para después, ya en la silla presidencial, cobrarles con recursos y concesiones públicos los apoyos, como lo hicieron con Vicente Fox Quesada . Significa, también, no difundir desde el primer círculo de Slim que Roberto Madrazo Pintado es el hombre que ganará la silla presidencial, de acuerdo a las encuestas y proyecciones que se hacen desde Telmex. Para exigir campañas electorales propositivas y sin descalificaciones es preciso contribuir a ellas.