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viernes, 23 de noviembre de 2012

La gran estafa del terrorismo

La gran estafa del terrorismo 26/07/2004 - Autor: Abdelkarim Osuna - Fuente: Webislam • estafa • guerra • islamofobia • opinion • persecucion • terrorismo • 1 • • • • • • Guerra contra el terrorismo La persecución del islam en el mundo es un hecho doloroso, y tiene implicaciones que se nos escapan. El islam se presenta como un modo de vida completo, que ofrece alternativas viables en todos los ámbitos donde la civilización occidental ha fracasado. Sobre todo, una alternativa al monoteísmo de mercado, que desarraiga a los pueblos de sus tradiciones e implanta la tiranía global bajo la bandera de la democracia. La prohibición del préstamo con interés y otras limitaciones al capitalismo salvaje de las multinacionales son los motivos más evidentes de la persecución del islam a lo largo del planeta. Esta persecución se ha camuflado tendenciosamente con la llamada "guerra contra el terrorismo", aplicando el calificativo de terroristas a grupos que llevan siglos luchando por los derechos humanos, contra la imposición tiránica de modelos de vida y de organización social y económica que les repugna. Al mismo tiempo que se produce esta confusión interesada, se hace un llamamiento a la diferenciación entre el islam y el terrorismo, afirmando que los "grupos terroristas" son unos desviados. Con esto, se trata de desvincular del islam a grupos armados típicamente musulmanes, cuya lucha merece el reconocimiento y el apoyo de todos los musulmanes/as, tanto como de las personas de buena voluntad que aún quedan en el mundo. Se pretende cortar con la solidaridad tradicional de los musulmanes con los perseguidos y los oprimidos, una poderosa fuerza de contestación a la violencia generalizada de las multinacionales. Para combatir el sentido igualitario del islam, se trata de crear "Estados-nación islámicos" que impongan el "islam políticamente correcto" que interesa a las multinacionales de occidente. En esta estrategia nos vemos involucrados todos, incluidos musulmanes, pues a todos nos conviene dejar clara la diferencia entre el islam y el terrorismo. Sin embargo, no podemos sino darnos cuenta de que bajo el paraguas mediático de la "guerra contra el terrorismo" se esconden intereses financieros y de estrategia internacional. Nos damos perfecta cuenta de que se combate contra movimientos de liberación idénticos a los movimientos anti-colonialistas de los años sesenta. La diferencia es que ahora no se combate directamente contra las potencias coloniales, sino contra las fronteras (ideológicas, económicas y geoestratégicas) trazadas en el mundo por las potencias coloniales, unas fronteras que siguen rindiendo dividendos. Estamos hablando de Chechenia, Cachemira, Uzbekistán, Tailandia, Palestina, Argelia o Mindanao. Siete ejemplos de movimientos de liberación justos y nobles, donde se combate contra regímenes opresores para recuperar una independencia a la que tienen derecho, según la propia carta de los derechos humanos de la ONU. En los casos señalados, los movimientos islámicos piden elecciones libres, o que un referéndum controlado por observadores extranjeros decida su futuro. Sin embargo, estos movimientos son calificados una y otra vez como "grupos terroristas" para justificar el envío de tropas y apoyo financiero a regímenes corruptos. Rusia, India, Filipinas, Tailandia, Uzbekistán, Israel, Argelia… no son Estados modélicos por su aplicación de los derechos humanos, sino todo lo contrario, pero son los regímenes apoyados por los EEUU en su programa de "guerra contra el terrorismo". En la mayoría de los casos mencionados, los movimientos islámicos de liberación defienden programas sociales avanzados, tratan de establecer un reparto equitativo de las riquezas naturales, frente a las políticas de saqueo de las grandes multinacionales. A estas no les interesa ni la democracia ni el islam, sino perpetuar el clima de terror que justifique la existencia de regímenes represores de cualquier disidencia, de cualquier movimiento con pretensiones de establecer la justicia social. ¿Qué es el terrorismo? La definición más simple es la siguiente: el uso indiscriminado de la violencia contra civiles con fines políticos. El terrorismo trata de crear terror entre la población como una moneda de cambio para lograr sus reivindicaciones. El uso indiscriminado del terror contra civiles desvirtúa los movimientos de liberación, los desacredita ante el mundo. A causa de esto, en todas partes donde existe un movimiento legítimo de liberación que choca contra los intereses de las multinacionales, aparece necesariamente el terrorismo, para justificar lo injustificable. El llamado "terrorismo internacional" o "terrorismo islámico" es un instrumento de dominación global, una estrategia impulsada desde los lobys militar y financiero vinculados a la política exterior norteamericana. La creación de estos movimientos y la proliferación de acciones criminales contra la población civil constituye la excusa perfecta para aplastar movimientos de liberación legítimos. Al mismo tiempo, ofrece la excusa perfecta para aumentar el control policial sobre la población civil, llevando a cabo recortes en los derechos civiles de los ciudadanos. Estos son los que siempre pierden. Por un lado, son los que sufren la violencia terrorista, a raíz de la cual se les recortan sus derechos. Todo ello responde a una lógica perversa, la de los estados totalitarios que se amparan en el nombre de los derechos humanos y la democracia como cobertura de los intereses de las grandes multinacionales. No nos engañemos. A principios del siglo XXI es indudable que la democracia permanece presa de intereses que no son los de la mayoría de los ciudadanos. Se nos da a escoger entre dos opciones perfectamente calculadas, financiadas ambas por grupos de presión que imponen políticas al margen de los deseos de la mayoría. Por muy buena voluntad que pueda tener un gobernante, su gobierno ha sido hipotecado por una campaña electoral que necesita ingentes cantidades de dinero para ser ganada. A partir de ahí, todos sus esfuerzos se centrarán en hacer pasar como necesarias decisiones de gobierno que van en contra de los deseos de la mayoría, sirviendo como tapadera a otros intereses.

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