LAS CORPORACIONES Y LAS GUERRAS Ocultar detalles DePLCefe@aol.com Paracelestino19@live.com maria.ballesteros@laopinion.com mbaltodano01@yahoo.com 61 Más...CCPLCefe@aol.com Por favor circule ampliamente este artículo. ¡Gracias!
LAS CORPORACIONES Y LAS GUERRAS
Mumía Abú-Jamal
7-4-2013
Sería muy fácil, considerando la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, describirlo como un país "guerrero".
Y aún cuando esa descripción sería técnicamente correcta, podría ser errónea, porque ignora las fuerzas sociales que llevan a los norteamericanos a la guerra.
Principal entre esas fuerzas son los medios de comunicación, porque ellos proveen la narrativa que centra la racional para la guerra. En segundo lugar es el papel del Estado, porque el Estado también da forma a esa historia.
Finalmente, y quizas lo más importante, es el papel de las corporaciones y de sus cabilderos, que pueden ser muchas veces vistos como los motores reales de la guerra.
Porque en toda guerra, no importa la razón que se le dé, negocios (o grupos de negocios) hacen dinero de la miseria y de la carnicería de los conflictos militares.
Hace mucho tiempo, durante la Guerra Civil (que también es la guerra más sanginaria de los Estados Unidos!), vimos aparecer grandes compañías de carne norteamericanas --primero para alimentar las crecientes multitudes de soldados-- después para alimentar los millones de consumidores que estaban aprendiendo las delicias de la carne enlatada.
Fábricas de armas, de municiones, fábricas de aviones, diseñadores de bombarderos; y – voila! – sin que se de cuenta, está en el país del complejo-militar-industrial.
La guerra es un negocio extremadamente grande y lucrativo; y cuando no estamos atareados usando las armas contra "enemigos" en el extranjero, las estamos vendiendo a los que llamamos nuestros "aliados" para que las usen para represión interna o para las constantes guerras de límites entre países vecinos.
Por todo su hablar de "paz" y "estabilidad", los Estados Unidos es, sin lugar a dudas, el mercader de armas más grande del mundo, y siembra destrucción en todo el orbe.
Y los miembros del Congreso norteamericano no son más que cabilderos del complejo militar-industrial --cabilderos tanto durante su tiempo de congresistas, como después cuando ya han dejado el Congreso.
Mientras se cierran escuelas en ciudades importantes de los Estados Unidos, (Chicago, Illinois, Filadelfia, Pensilvania y Oakland, California, por ejemplo), y se clausuran las bibliotecas, armas de guerra llenan ahora los departamentos de policía locales --para ser usadas en la más reciente seudo-guerra: el terrorismo.
Al preparar los fuegos para las guerras del mañana, cerramos las puertas al saber y a la razón.
LAS CORPORACIONES Y LAS GUERRAS
Mumía Abú-Jamal
7-4-2013
Sería muy fácil, considerando la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, describirlo como un país "guerrero".
Y aún cuando esa descripción sería técnicamente correcta, podría ser errónea, porque ignora las fuerzas sociales que llevan a los norteamericanos a la guerra.
Principal entre esas fuerzas son los medios de comunicación, porque ellos proveen la narrativa que centra la racional para la guerra. En segundo lugar es el papel del Estado, porque el Estado también da forma a esa historia.
Finalmente, y quizas lo más importante, es el papel de las corporaciones y de sus cabilderos, que pueden ser muchas veces vistos como los motores reales de la guerra.
Porque en toda guerra, no importa la razón que se le dé, negocios (o grupos de negocios) hacen dinero de la miseria y de la carnicería de los conflictos militares.
Hace mucho tiempo, durante la Guerra Civil (que también es la guerra más sanginaria de los Estados Unidos!), vimos aparecer grandes compañías de carne norteamericanas --primero para alimentar las crecientes multitudes de soldados-- después para alimentar los millones de consumidores que estaban aprendiendo las delicias de la carne enlatada.
Fábricas de armas, de municiones, fábricas de aviones, diseñadores de bombarderos; y – voila! – sin que se de cuenta, está en el país del complejo-militar-industrial.
La guerra es un negocio extremadamente grande y lucrativo; y cuando no estamos atareados usando las armas contra "enemigos" en el extranjero, las estamos vendiendo a los que llamamos nuestros "aliados" para que las usen para represión interna o para las constantes guerras de límites entre países vecinos.
Por todo su hablar de "paz" y "estabilidad", los Estados Unidos es, sin lugar a dudas, el mercader de armas más grande del mundo, y siembra destrucción en todo el orbe.
Y los miembros del Congreso norteamericano no son más que cabilderos del complejo militar-industrial --cabilderos tanto durante su tiempo de congresistas, como después cuando ya han dejado el Congreso.
Mientras se cierran escuelas en ciudades importantes de los Estados Unidos, (Chicago, Illinois, Filadelfia, Pensilvania y Oakland, California, por ejemplo), y se clausuran las bibliotecas, armas de guerra llenan ahora los departamentos de policía locales --para ser usadas en la más reciente seudo-guerra: el terrorismo.
Al preparar los fuegos para las guerras del mañana, cerramos las puertas al saber y a la razón.
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