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viernes, 3 de enero de 2014

Ahmad Ibn Hanbal


El Fiqh del Imam Hanbal


03/01/2014 - Autor: Abdelwahid Gutiérrez - Fuente: Musulmanes Andaluces



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Hubo un grupo de eruditos que rechazó totalmente la analogía y otro que la utilizó en exceso.

Analogía

En el Fiqh islámico, analogía significa conectar un asunto o materia sobre él que no hay un texto que lo regule con otro asunto o materia con un texto que estipula su reglamentación, sobre la base de que ambos asuntos han de tener la misma causa. Ibn al-Qayyim dijo, "La esencia de toda deducción está basada en considerar dos cosas similares como teniendo una correspondencia y en separar aquellas que son disimilares. Si no estuviera permitido comparar materias similares de este forma, toda deducción estaría viciada y las puertas a la misma cerrada." Esta es la verdadera naturaleza de la analogía. Desde el momento en que los acontecimientos son infinitos, debe existir necesariamente el uso de la analogía dentro del Fiqh islámico, ya sea poco o mucho. El Corán indica esto al igual que los hadices. Allah menciona las reglamentaciones y menciona sus causas o afirma la correspondencia tal y como Él dice, "Ellos te preguntarán acerca de la menstruación. Diles, 'Se trata de una nayasa, por tanto mantente apartado de las mujeres durante la menstruación y no te acerques hasta que se hayan purificado'" (2:222), y "Ellos te preguntarán acerca de la menstruación. Diles, 'Se trata de una nayasa, por tanto apártate de las mujeres durante la menstruación y no te acerques a ellas hasta que se hayan purificado'". (5:9)

No obstante, hubo un grupo de eruditos que rechazó totalmente la analogía y otro que la utilizó en exceso. El primer grupo negaba que hubiera causas, significados y cualidades comunes en situaciones similares, mientras que el segundo extendió el campo de la analogía más allá de lo razonable y conectaba cosas entre sí que en realidad en disimilares.

Ahmad optó por una posición intermedia. No rechazó totalmente la analogía como hicieron los Dahiríes, quienes solo juzgaban según los textos y no se preocupaban de dar Fatuas a la gente, y por lo tanto la gente no se dirigió a ellos como se dirigió a Abu Hanifa, Malik ash-Shafi'i y Ahmad. Tampoco se excedió en el uso de la analogía como los Iraquíes seguidores de Abu Hanifa y sus discípulos: maquinaron similitudes inverosímiles cuando había un conflicto entre los textos y las Fatuas de los Compañeros. Ahmad aceptó la analogía y la afirmó tal y como dice Ibn Qudama al-Hanbali en su Ar-Rawda: Ahmad dijo acerca de ello, "Nadie puede prescindir de la analogía." Esta afirmación es cierta en particular en el caso del mufti quien debe dar Fatuas y debe usar la analogía en algún punto en el que no exista texto o precedente acerca de una determinada cuestión.

Todos los Hanbalíes afirman que Ibn Hanbal usó la analogía, y en esto no fue un innovador sino un seguidor del proceder de los Compañeros quienes deducían según su entendimiento, usando la analogía para comparar nuevos acontecimientos con sucesos anteriores. Al-Muzani dijo, "Los alfaquíes de los tiempos del Mensajero de Allah hasta el día de hoy han aplicado su criterio en el Fiqh a toda clase de reglamentaciones en el Din y han llegado al acuerdo de que lo similar a la verdad es verdad y que lo similar a lo falso es falso. Nadie puede negar la analogía."

Ahmad por tanto, hizo uso de la analogía la cual tiene su lugar dentro del Fiqh Hanbali. Puede ser verdad, no obstante, que los Hanbalíes le hayan dado más peso del que le dio el propio Hanbal mismo, debido a las necesidades de los tiempos. Son las nuevas situaciones las que demandan el uso de la analogía para llegar a nuevas reglas a través de la deducción.

Istishab (Presunción de Continuidad)

Este es un principio en el que los cuatro Imames y sus seguidores están de acuerdo. No obstante, se diferencian por la frecuencia del uso que hacen del mismo. Es poco utilizado por los Hanafíes y muy utilizado por los Hanbalíes, luego por los Shafi'íes, y los Malikíes adoptan una posición intermedia. Está claro que la cantidad de Istishab utilizado por los Imames depende de la cantidad del alcance o posibilidades que ellos permiten a otras evidencias. Aquellos que conceden un amplio rango de alcance a la analogía y al Istihsan y que consideran la costumbre como parte de la evidencia de la Shari'a, utilizan menos el Istishab, considerando como mínimas el número de situaciones en las que puede darse. Estos son los Hanafíes, seguidos de cerca por los Malikíes, pues también ellos han extendido el dominio de la deducción por la aplicación del interés público, masalih, lo cual significó una reducción de las reglamentaciones apoyadas en el Istishab. Los Hanbalíes y los Shafi'ies, que no consideraron la analogía un recurso válido sino en casos de necesidad, expandieron los medios de deducción a través del Istishab. Los Shi'ites fueron los que más utilizaron este recurso.

Ash-Shawkani explica el Istishab de la forma siguiente: "Ello significa que la postura básica establecida en el pasado permanece en el presente y en el futuro. El término deriva de 'musahaba', que significa que el asunto permanece tal cual en tanto en cuanto nada venga a cambiarlo."

Según Ibn al-Qayyim, significa que lo que es probado continúa siendo probado y lo que es negado continúa siendo negado a menos que haya una evidencia definitiva de lo contrario. Por ejemplo, la propiedad de un comprador se estima que sigue siendo válida a menos que haya una evidencia definitiva de un cambio.

Hay varias formas de Istishab que Ahmad ibn Hanbal y los Hanbalíes han afirmado.

-La continuidad de lo que un contrato o la Ley afirma. Un préstamo, por ejemplo, se presume su continuidad a menos que haya una evidencia de lo contrario; y un matrimonio se presume su continuidad a menos que exista la evidencia de un divorcio.

-La presunción de que un estado de cosas no existe a menos que haya una evidencia definitiva que lo confirme. Esto es similar a la presunción de inocencia y de la libertad original de responsabilidad.

-La continuidad de los atributos originales; de tal forma que el agua pura se presume que permanece pura a menos que se establezca definitivamente lo contrario o de que una persona desaparecida se presume que está viva mientras no haya una evidencia clara de su muerte.

-La presunción de la continuidad del consenso sobre reglas generales y principios de la Ley.

Está claro que los Hanbalíes aceptaron el Istishab como uno de los principios sobre los cuales puede estar basada una Fatua y lo utilizaron más ampliamente que los Hanafíes y Malikíes, y más o menos igual que los Shafi'ies.

Lo que puede observarse es que siempre y cuando los alfaquíes hayan expandido su campo de deducciones por medio del uso de la opinión, menos se han basado en el principio del Istishab, y viceversa. Por ejemplo, los Dahiríes quisieron impedir el uso de todo tipo de opinión dentro del Fiqh y por ello hicieron amplio uso del Istishab y fueron aquellos que más lo utilizaron. Los Shafi'ies, quienes prohibieron la deducción por medio del masalih, istihsan, dhara'i, y otros medios, usaron el Istishab en mayor medida que lo hicieron los Hanafíes o Malikíes. Fueron los Hanbalíes, aquellos que más se inclinaron hacia la Tradición y consideraron su Fiqh como basado en ella, quienes más ampliamente usaron este principio.

Masalih (Interés público)

Hemos mencionado los principios que Ibn al-Qayyim citó como los principios deductivos usados por Ahmad, sin que mencionara el principio del Masalih entre los mismos. El hecho de que no lo mencionara no constituye sin embargo prueba de que no lo utilizase. Los alfaquíes Hanabalíes consideran el interés público como uno de los principios de deducción, y todos lo atribuyen al propio Imam. El mismo Ibn al-Qayyim lo consideró como uno de los principios deductivos. Afirmaba que todo cuanto el Legislador ha prescrito busca el mejor interés de la gente y que aquellas prescripciones de la Shari'a que tienen que ver con las relaciones de la gente entre sí tienen como objetivo la búsqueda del beneficio e impedir el daño y la corrupción. Esto es repetido en todos los libros que escribió: se afirma en el I'lam al-Muwaqqi'in, Miftah Dar as-Sa'ada, Zad al-ma'ad y otros. Adscribió este principio al propio Ahmad, pero no lo incluyó cuando hizo la enumeración de los principios porque pensó que formaba una mera parte del principio de analogía.

Los eruditos afirman de forma unánime que tanto Ahmad ibn Hanbal como Malik utilizaron el principio de consideración del interés público. De hecho, algunos de los libros de los Hanbalíes profundizan bastante en la consideración del interés público, algunos de forma excesiva como es el caso de at-Tufi.

La aplicación del interés público (masalih mursala) como un principio legal deductivo se encuentra en muchos lugares del Fiqh de Ahmad, lo cual es consistente con su seguimiento del Salaf en sus razonamientos legales, pues éstos siguieron a los Compañeros y extrapolaron sus Fatuas adoptando el principio del interés público.

He aquí algunos ejemplos:

-Ellos recogieron el Noble Corán en un libro -algo que no había sido hecho durante la vida del Mensajero- debido al beneficio inherente en el mismo, inspirados por el temor de que el Corán pudiera ser olvidado después de la muerte de aquellos que lo habían memorizado. Cuando 'Umar, que Allah esté complacido con él, vio como muchos de los que habían memorizado el Corán cayeron muertos en la batalla de Ridda, temió que el Corán se perdiera a causa de estas muertes y así le sugirió a Abu Bakr que debería ser puesto por escrito en un libro. Los Compañeros se mostraron de acuerdo y complacidos con tal idea.

-Los Compañeros del Mensajero se pusieron de acuerdo tras la muerte de aquel en que el hadd (castigo) para el consumidor de alcohol fuera ochenta latigazos utilizando el principio del masalih mursala, pues observaron que una de las consecuencias por parte de aquellos que se intoxicaban por el alcohol era la calumnia y la difamación de las mujeres.

-Los cuatro primeros Califas estuvieron de acuerdo en hacer responsables a los artesanos de los bienes de otra gente en los cuales trabajaran, aunque la postura básica es que las cosas en posesión de uno son depositadas en confianza (bajo la ley islámica aquellas personas a las que se le confía algo no son responsables por los daños inintencionados que se puedan ocasionar a los bienes confiados). Se promulgó esta medida tras observar que de lo contrario mostraban mucha negligencia y descuido en la salvaguarda de los bienes confiados por la gente, y por tanto, el interés público demanda en este caso la responsabilidad de los artesanos.

-'Umar ibn al-Jattab, que Allah esté satisfecho con él, solía confiscar la mitad de la riqueza de los gobernadores que combinaban su riqueza personal con los fondos estatales y que utilizaban su su posición como gobernador en beneficio propio. El beneficio implícito en esta medida era que él pensaba que esto reformaría a los gobernadores y les alejaría de la explotación de su puesto en beneficio propio.

-También se ha narrado que 'Umar ibn al-Jattab ejecutó a un grupo de personas que participó en el asesinato de una persona, porque el interés público demandaba esta medida a pesar de que no hubiera texto que lo fundamentara. El beneficio en esto radicaría en el hecho de que de otra forma sería posible el derramamiento de sangre impunemente resultando una laguna en el principio de la retribución. La gente entonces utilizaría la cooperación y la asociación como medios para cometer asesinatos pues en ese caso no habría posibilidad de pedir una retribución. Si se argumenta que esto constituiría una innovación por medio de la cual otros participantes en el crimen podrían ser ejecutados además del que llevó a cabo la acción material, hay que decir que el grupo asume entonces la responsabilidad colectiva y por tanto su ejecución colectiva es como si se tratara de una ejecución individual, pues el crimen quedaría adscrito al grupo de igual forma en que un crimen puede ser adscrito a un individuo singular. Por lo tanto, aquellos individuos que se asocian con el propósito de cometer un asesinato son considerados como un individuo en particular. El interés público demanda esto desde el momento en que está implícito la prevención del derramamiento de sangre y la protección de la sociedad.

Ahmad utilizó el masalih en la legislación política de forma general, que serían los medios a través de los cuales un gobernador procede a encaminar rectamente a la gente y animarle a lo que es bueno para ellos y a distanciarlos de toda fuente de corrupción. Ordenó castigos para corregir a la gente, aunque no hubieran textos que sancionaran aquellos castigos, pero el interés público de la sociedad era visto como el fundamento para la prescripción de tales castigos. Encontramos muchos ejemplos de tales masalih, como el exilio de los corruptos, el incremento de los castigos por beber vino en Ramadán o el castigo de aquellos que insultaban a los Compañeros.

El Principio de ad-Dara'i' (Juicio de los medios)

Este es un principio legal en el que se han basado los Hanbalíes, siguiendo a su Imam, ya que éste lo consideraba como uno de los principios de la Fatua. Desde el momento en que el Legislador ha obligado a la gente a determinada cosa, todo aquello que ayude en su consecución es deseable, y cuando Él ha prohibido algo, todo aquello que conduzca a la consecución de lo prohibido es también ilícito.

Podemos encontrar que cuando el Legislador prohibió algo también prohibió todo aquello que conduce hasta lo prohibido, y que cuando ordenó algo también ordenó todo aquello que conduce a lo ordenado. Por ejemplo, si el Yumu'a es un Salat obligatorio, ir al mismo también es una obligación, y el dejar toda actividad comercial para ir al mismo también es por tanto obligatorio.

También ordenó el amor entre la gente y prohibió el odio mutuo y la división y por tanto, todo lo que conduzca a esto último también queda prohibido. Un ejemplo de esto puede ser el porque los primeros Muhayirun y Ansar confirmaron que una mujer divorciada durante el periodo de una enfermedad terminal de su marido, aún sigue teniendo derecho a la herencia ya que cabría sospechar que tal divorcio se pudo hacer con la intención de desheredar a la mujer.

En la Shari'a tenemos dos ámbitos: los fines y los medios. Los fines son cosas que son beneficiosas o dañinas en sí mismas, y los medios son las formas para conseguir aquellos fines. Los medios pueden ser examinados bajo dos aspectos. Un aspecto es mirar el incentivo que condujo a la persona a actuar y si lo pretendido era lícito o ilícito, y el segundo aspecto es considerar los resultados sin considerar los motivos o intenciones. El principio de sadd ad-dara'i' no considera las intenciones personales y los objetivos, sino que su fin es el beneficio general o la remoción general de un daño. Por tanto, examina el objetivo y el fin, o simplemente el final.

La posición de Ahmad en este sentido fue similar a la de Malik. Consideró y estableció los fines, prohibiendo aquello que conducía a un fin ilícito, y confirmando aquello que conducía a fines lícitos.

Conclusión

Estos son los principios de la escuela Hanbali que los propios Hanbalíes adscriben a su Imam. Todos ellos derivan de la Sunna. Aunque todos se subdividen y ramifican, todos provienen no obstante de una fuente única: la Tradición. En cualquier caso, el Imam Ahmad siguió la senda del Salaf y adoptó su postura en todos los ámbitos. Usó el principio de la analogía ante la ausencia de textos y consideró, al igual que los Compañeros, que algo seguía cayendo bajo la misma regla hasta que la situación o la cosa no cambiase promulgando Fatuas basadas en el principio del Istishab, al igual que siguiendo a los Califas bien guiados consideró la aplicación del interés general ante la ausencia de texto, usando así el principio de Masalih Mursala para sus Fatuas, y por último también juzgó los medios al igual que los fines.

Por tanto, en todo su Fiqh fue un Salafi y un Tabi'i, aunque ejerció también su propio Iÿtihad, creando así un Fiqh que lejos de ser rígido y estrecho se convirtió en un Fiqh fértil y luminoso.

El Imam Ahmad estableció las condiciones necesarias que debía tener todo mufti, diciendo: "Un hombre no debe promulgar por sí mismo una Fatua a menos que posea cinco cualidades. Debe tener una intención clara: de lo contrario no tendrá luz. Debe tener conocimiento, indulgencia, serenidad y tranquilidad. Debe ser firme en su conocimiento. Debe ser independiente y no de depender de otras personas. Y debe ser conocido por la gente."

Como hemos podido comprobar él mismo satisfacía estas cinco cualidades.

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