En torno a la estructura del Islam
islam, Iman, Ihsan: El hadiz de Gabriel, as
28/05/2014 - Autor: Hadiz - Fuente: hikamilahiyya.wordpress.com
Sigue la traducción del primer hadiz que aparece en el Ṣaḥīḥ de Muslim. En él se describe la estructura tripartita del dīn del Islam según los niveles de islām, īmān e ihsān. Como en otras ocasiones, la traducción de varios de los términos que aparecen en el hadiz es meramente referencial a falta de traducciones que expresen mejor los diversos campos semánticos y las connotaciones de los términos árabes.
Este hadiz es extremadamante importante, pues ha servido de hilo conductor para exposiciones clásicas del Islam. Una de las mejores introducciones en una lengua occidental al Islam se inspira en esta tradición: William C. Chittick & Sachiko Murata, The Vision of Islam, Paragon House Publishers, St. Paul, 1995.
De Abū Jayṯama Zuhayr b. Ḥarb: Transmitió Wakī’ de Kahmas b. al-Ḥasan de ‘Abd Allāh b. Burayda; Y de ‘Ubayd Allāh b. Mu’āḏ al-’Anbarī de su padre de Kahmas b. al-Ḥasan de 'Abd Allāh b. Burayda: que Yaḥyà b. Ya’mar relató:
El primero que habló sobre el decreto (qadr) en Baṣra fue Ma’bad al-Ŷuhanī. Ḥamīd b. ‘Abd al-Raḥmān al-Ḥimyarī y yo salimos con la intención de llevar a cabo dos peregrinaciones mayores (ḥaŷŷ) o dos peregrinaciones menores (‘umra) una por cada uno de nosotros. Nos dijimos: “si encontramos a alguno de los compañeros (ṣaḥāba, pl. aṣḥāb) del Enviado de Dios, la bendición y la paz de Dios estén con él, le preguntaremos sobre lo que dicen respecto al decreto (qadr).
Coincidió que ‘Abd Allāh b. ‘Umar b. al-Jaṭṭāb estaba entrando en la mezquita. Así que nos pusimos a su lado, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Creí que mi compañero me había cedido la palabra, así que dije: ¡Abū ‘Abd al-Raḥmān! Ha habido un grupo de gente antes que nosotros que recitaba el Corán e iba en pos del conocimiento. Una de las cosas que se dice de ellos es que afirmaban que no había decreto (qadr) y que el imperativo era desdeñable (unifa).
Dijo: cuando los encontréis, informadles de que me desentiendo de ellos y que ellos se desentiendan de mí. ¡Por Aquel por el que jura ‘Abd Allāh b. ‘Umar!, si cada uno de ellos tuviera una suma de oro equivalente al monte Uḥud y la diera como limosna, Dios no la aceptaría hasta que creyeran en el decreto (qadr). Después dijo: Mi padre ‘Umar b. al-Jaṭṭāb me contó:
Un día, mientras estábamos con el Mensajero de Dios (Rasūl Allāh), un hombre vestido con ropa muy blanca y con cabello muy negro vino hacia nosotros. No tenía señales de viaje visibles, ni ninguno de nosotros lo conocía. Se sentó frente al Profeta, la bendición y la paz de Dios estén con él, juntó sus rodillas con las del Profeta, y puso sus manos sobre los muslos del Profeta. Le dijo: “Háblame Muḥammad sobre la Sumisión (Islām).”
El Enviado de Dios respondió: “Sumisión (Islām) significa que debes dar testimonio (šahada) de que ‘No hay más dios que Dios’ (lā ilāha illā Allāh) y que ‘Muḥammad es el Enviado de Dios’ (Muḥammad Rasūlu Llāh), realizar la oración ritual (ṣalāt), pagar el tributo (zakāt), ayunar durante el mes de Ramaḍān (ṣiyām) y realizar la peregrinación (ḥaŷŷ) a la Casa, si puedes hacerlo”.
El hombre dijo: “has dicho la verdad”. Nos sorprendió que le preguntara y que después le dijera que había dicho la verdad.
El hombre dijo: “Ahora háblame de la fe (īmān).”
Respondió: “Fe (īmān) significa que creas en Dios, Sus Ángeles, Sus Mensajeros, Sus Libros, el Último Día y que creas en el decreto (qadr), tanto si es positivo como negativo.”
Tras repetir que había dicho la verdad, dijo: “Ahora háblame de hacer lo hermoso (iḥsān).”
Respondió: “Hacer lo hermoso (iḥsān) significa que debes adorar (ʻabada) a Dios como si Le vieras, pues si no le ves Él te ve.”
Entonces el hombre dijo: “Háblame de la Hora.”
El Profeta respondió: “Sobre esto el preguntado no sabe más que quien hace la pregunta.”
El hombre dijo: “Háblame de sus señales.”
El Profeta dijo: “La esclava dará a luz a su señora y verás a los descalzos, los indigentes y los pastores de ovejas competir entre ellos en la construcción de edificios.”
Entonces el hombre se marchó. Tras esperar un largo rato, el Profeta me dijo: “¡Oh ʻUmar! ¿Sabes quién era el que preguntaba?”. Respondí: “Dios y Su Mensajero saben mejor.” Dijo: “Era Gabriel. Vino a enseñaros vuestra religión (dīn).”
No hay comentarios:
Publicar un comentario