"Mi nombre es Kayla Mueller y necesito su ayuda": la desesperante prueba de vida de una esclava sexual de ISIS
Kayla Mueller fue esclava sexual del jefe terrorista del Estado Islámico. Fue secuestrada en agosto de 2013. El video en el que clama que la ayuden
Kayla Mueller fue secuestrada por el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) el 4 de agosto de 2013, mientras realizaba un viaje a Siria para brindar ayuda humanitaria. Hoy, luego de tres años, una cadena de televisión reveló el video que en aquel entonces debieron ver los padres de la joven como prueba de vida.
En aquel momento, ISIS no era tan conocido como en la actualidad y sólo lo padecían pequeñas poblaciones chiitas de Irak y Siria. A los pocos meses, sus matanzas comenzaron a ganar espacio en las cadenas de televisión y en los diarios online.
La grabación de apenas 10 segundos fue enviada, poco tiempo después del secuestro, a un amigo de Kayla, quien debió mostrárselo a sus padres, Carl y Marsha, de Arizona. "Entras en un estado catatónico, ni siquieras puedes levantarte", indicó Carl en una entrevista ofrecida a ABC News. "Vi lo delgada que estaba, pero también vi en sus ojos transparencia y seguridad. Me rompió el corazón, pero también la vi con fortaleza", subrayó la madre de la joven.
Chris Voss, negociador del FBI en situaciones de secuestro de personas, explicó a la televisión norteamericana lo que vio en el video, según su larga experiencia. Cree que los terroristas maquillaron a Kayla para que se viera en buen estado de salud y que la grabación había sido repetida varias veces. "Querían poner lo suficiente para iniciar una negociación. Eso era lo que intentaban hacer", manifestó. Las conversaciones, sin embargo, comenzaron casi un año después. Demasiado tarde, para algunos.
Luego, hubo otro audio. En él, Kayla les decía lo que pretendían sus captores: la liberación de Aafia Siddiqui, una médica pakistaní perteneciente a Al Qaeda que cumple prisión perpetua en un penal de máxima seguridad en Texas. Si eso no era posible, entonces requerían 5 millones y medio de dólares. El mensaje terminaba con un simple "adiós". Sería la última palabra que escucharían de su hija.
En agosto de 2013, Kayla fue capturada junto a su novio, el sirio Omar Alkhani, luego de dejar el hospital de Médicos Sin Fronteras en Alepo. Él sería liberado dos meses después, pero la joven de Arizona fue trasladada en septiembre de 2014 junto a otras dos rehenes kurdas yazidíes a una prisión de ISIS que funcionaba en la vivienda de Abu Sayyaf, el ministro de Petróleo y Gas del grupo yihadista.
Durante sus 18 meses de cautiverio, Kayla fue esclavizada sexualmente. Incluso, habría sido víctima de los abusos del jefe terrorista del EstadoIslámico, Abu Bakr al Baghdadi. Una testigo yazidí que logró escapar de su infierno señaló que vio cómo el líder yihadista la tomaba como si fuera su"esposa" y violaba repetidas veces cada vez que visitaba la prisión en la cual se encontraban.
En febrero de 2015, un ataque aéreo con drones terminaría con la vida de la joven de 27 años de Arizona, quien había volado a Siria para ayudar en medio del espanto de la guerra civil que desangra a ese país de Medio Oriente. El horror terminó por abrazarla y cobrarse su vida.
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