Casa Blanca: el Muro de los Lamentos debe ser “parte de Israel”
Un alto funcionario de la Administración estadounidense manifestó que Washington “concibe” que el Muro Occidental (“Kotel Hamarabí”, conocido en el mundo gentil como el Muro de las Lamentos) seguirá siendo parte de Israel en cualquier acuerdo de paz con los palestinos.
Ciertamente, esta declaración deleitará a los dirigentes israelíes: el Muro Occidental es el lugar más sagrado en el que se permite a los judíos rezar, y enfurecerá a los palestinos, que afirman que Jerusalén oriental, incluyendo la Ciudad Vieja, debe ser la capital de su futuro estado.
“No podemos imaginar ninguna situación en la que el Muro Occidental no sea parte de Israel”, expresó el funcionario, hablando de cara a la visita del vicepresidente estadounidense Mike Pence a Israel, la próxima semana.
“Pero como dijo el presidente [en su reciente discurso reconociendo a Jerusalén como capital israelí], los límites específicos de la soberanía de Israel van a ser parte del acuerdo de estatus final”, apuntó el funcionario.
El funcionario agregó: “Destacamos que no podemos imaginar que Israel firme un acuerdo de paz que no incluya al Muro Occidental”.
Pence tiene programado arribar el miércoles a Israel. Su viaje fue retrasado para que pudiera votar a favor de un proyecto de reforma tributaria en el Congreso que el presidente norteamericano, Donald Trump, promueve activamente.
Estas aseveraciones marcan un abrupto cambio con los comentarios de Estados Unidos antes de la visita de Trump al Muro Occidental, cuando se reportó que un funcionario estadounidense había rechazado airadamente una solicitud del primer ministro, Biniamín Netanyahu, de acompañar al presidente norteamericano, y luego criticado a sus homólogos israelíes: “No es vuestro territorio. Es parte de Cisjordania”.
El Muro Occidental, es uno de los vestigios de los muros de contención del complejo del Segundo Templo. Es el punto más cercano de oración para los judíos al sitio donde estaba ubicado el Templo y, por lo tanto, es el lugar de oración más sagrado para el pueblo judío. Fue liberado junto con el resto de la Ciudad Vieja y Jerusalén oriental en la Guerra de los Seis Días, de 1967, y anexado por Israel, en 1980, una medida no reconocida internacionalmente.
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