El “dedazo” que callan los intelectuales
12-12-2017 05:49 PM
Desde su etapa como Frente Ciudadano por México, la coalición ahora denominada Por México al Frenteha sido respaldada por un bloque de intelectuales.
El pasado 19 de octubre, el historiador Enrique Krauze inauguró el Foro Ciudadanos Opinan, durante el cual Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado escucharon durante más de cinco horas propuestas y exigencias de personalidades como el director del IMCO Juan Pardinas, el periodista Ricardo Raphael, el fundador de Cauce Ciudadano Carlos Cruz y la investigadora del CIDE, Ana Laura Magaloni.
El 30 de octubre se incorporó al Frente un grupo de ocho ciudadanos entre los que destacaban la propia Magaloni y Carlos Cruz, además de la académica Denisse Dresser y el secretario de México Unido Contra la Delincuencia, Francisco Torres Landa. Según se dijo, participarían en la definición del programa de gobierno, la estrategia electoral y el método de elección de candidatos del Frente.
Y apenas a finales de noviembre, se vio a intelectuales como Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañedamuy cercanos a Anaya, Barrales y Delgado durante su excursión a Guadalajara --en el marco de la Feria Internacional del Libro-- para negociar con el emecista Enrique Alfaro, quien finalmente se negó a competir por la gubernatura de Jalisco bajo los colores de PAN y PRD.
Y si algo tienen en común los intelectuales que respaldan al Frente --sobre todo Krauze, Castañeda, Aguilar Camín y Dresser-- es que son férreos críticos del autoritarismo del PRI y sus prácticas antidemocráticas, como el “dedazo”.
Krauze, por ejemplo, al inaugurar el Foro Ciudadanos Opinan, dijo: “La legitimidad del proceso electoral depende en gran medida de la celebración de debates verdaderos y no simples monólogos. El proceso de debates es el más adecuado para que las formaciones políticas mexicanas elijan a sus candidatos. Es obvio que al menos una de estas formaciones se va a rehusar a hacerlo, las demás deberían debatir para elegir”.
Y sí: el PRI --esa formación a la que aludió Krauze-- se rehusó al debate, y eligió a su candidato a través de su tradicional liturgia: el “dedazo” y la “cargada”. Pero, ¿qué hay del Frente?
Al final, el método de elección que supuestamente ayudarían a definir Denisse Dresser y compañía, ni siquiera existió. Los partidos llegaron a un acuerdo cupular para entregarle la candidatura presidencial al PAN, y con ello, a Ricardo Anaya.
En lugar de debatir con Mancera, Anaya prefirió comprar --a través de candidaturas al Congreso-- la lealtad de PRD y Movimiento Ciudadano para bajar de la contienda al jefe de Gobierno.
Quizá haya debates en la contienda que realice el PAN para elegir a su candidato --y por ende al del Frente--. Pero es por todos conocidos que en esa contienda --si es que la hay-- no habrá “piso parejo” y los dados estarán cargados hacia Ricardo Anaya. ¿Es esa la legitimidad a la que se refería Krauze?
¿Cuál es la diferencia entre el “dedazo” del PRI, el “autodedazo” de Morena y la autoimposición de Anaya en el PAN?
¿Por qué la crítica a la simulación democrática del PRI y de Morena y el silencio ante la del PAN?
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