Los niños suicidas del Estado Islámico
Por Pablo Molina
El recrudecimiento de los combates en la ciudad de Mosul está llevando al califato terrorista a una situación más que comprometida. Además de con la ofensiva de las tropas iraquíes, apoyadas por la coalicición internacional que lidera EEUU, el grupo terrorista tiene que lidiar con sus propios problemas internos. La desesperación de los hombres de Bagdadi está provocando deserciones que, a su vez, obligan a los dirigentes del EI a endurecer las represalias para evitar una desbandada general. El resultado es la perpetración de continuas masacres, en las que ya han comenzado a participar los niños.
Esa es tal vez la parte más sorprendente de la denuncia que la portavoz de Derechos Humanos de la ONU, Shavina Shamdasani, ha formulado en los últimos días. Shamdasani cuenta con imágenes e informes sobre el terreno que relatan las atrocidades que está cometiendo el Estado Islámicoen Mosul, ciudad emblemática para el grupo terrorista desde la que su máximo dirigente, Abubaker al Bagdadi, proclamó en 2014 su particular califato.
En los últimos días, los expertos de la ONU han documentado la ejecución de 50 desertores del Estado Islámico, que el grupo ha ahorcado en postes del tendido eléctrico bajo la acusación de trabajar para el enemigo. Además, los terroristas están lanzando ataques con gases venenosos contra las tropas kurdas e iraquíes que rodean la ciudad, sin tener en cuenta el daño que pueden provocar en la población civil.
Pero no es suficiente.
Según la portavoz de la ONU, el grupo terrorista está obligando a las familias de Mosul aentregarles a sus hijos a partir de los nueve años de edad. En anteriores ocasiones hemos visto a adolescentes ejecutando prisioneros del Estado Islámico. Ahora ya no los quieren como verdugos; necesitan ponerlos a combatir, lo que prueba según los expertos la situación agónica del grupo terrorista.
Shamdasani ha revelado también la presencia de niños de corta edad en la parte vieja de Mosul portando cinturones explosivos; se los utiliza para detener el avance de las tropas aliadas. Las masacres de civiles, la entrega de mujeres yazidíes a los combatientes para convertirlas en esclavas o utilizarlas como escudos humanos y el empleo de niños en operaciones suicidas son buena muestra de las atrocidades que puede llegar a cometer este grupo terrorista islamista.
Estos “niños del califato”, como ya comienzan a ser conocidos, son tal vez la última fase en la degradación de un grupo islamista dispuesto a superar cualquier grado conocido de ignominia antes de desaparecer.
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