- Y los paraguayos contra sí mismos.
- Es la tercera guerra mundial por etapas.
- Violencia generalizada donde se mezclan y confunden la guerra clásica -ejército contra ejército-, la moderna -mucho más sangrienta, pues en ella se implica a los civiles- y el terrorismo.
- Al final vivimos en el todos contra todos y por todos los medios.
Atentado
suicida en la capital de Kirguistán, Bishkek,
contra la embajada china en aquella república centroasiática. China tiene abierta una cuenta con sus musulmanes del oeste del país y ahora el enfrentamiento se extiende hasta las fronteras vecinas, en concreto al
Kirguistán. Hasta aquí, la guerra era entre el
Islam y Occidente. Ahora, se abre un nuevo frente no menos peligroso: Islam contra China.
En el entretanto, en la
América Hispana el grupo guerrillero EPP asesinaba a ocho oficiales del Ejército. La verdad es que Paraguay es un país de contrabandistas pero no de guerrilleros, o terroristas,
ideológicos. De hecho, no se sabe si el EPP es un grupo de guerrilleros
o una banda de delincuentes comunes.
Distinción cada vez más difícil como la existente entre
guerra y terrorismo y entre ataque y
legítima defensa. Y luego la otra distinción: el número de conflictos se dispara. Una guerra civil por trozos, que diría el
Papa Francisco, pero mundial, si consideramos su extensión y amplitud.
Y una
violencia generalizada donde se mezclan y confunden la guerra clásica de ejército contra ejército y la moderna, mucho más sangrienta, pues en ella se implica a los civiles y el terrorismo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
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