Nuevo armamento experimentado en Gaza: la población se arriesga a mutaciones genéticas
Biopsias de 32 victimas efectuadas en tres universidades: Roma (Italia), Chalmer (Suecia) y Beirut (Líbano)
16/05/2010 - Autor: Newweapons committee - Fuente: Rebelión
Metales tóxicos y cancerígenos, capaces de producir mutaciones genéticas, se han encontrado en los tejidos de personas heridas en la Franja de Gaza durante las operaciones militares israelíes de 2006 y 2009. La investigación se ha realizado en biopsias de heridas provocadas por las armas que no dejan fragmentos, una particularidad del armamento utilizado en la Franja de Gaza señalada repetidamente por los médicos y que demuestra que se utilizaron armas cuyos efectos a largo plazo todavía no se han evaluado.
Los investigadores compararon las cantidades de 32 elementos presentes en los tejidos mediante ICP/MS (un tipo de espectrometría de masas altamente sensible). El trabajo, llevado a cabo por laboratorios de las universidades de La Sapienza de Roma (Italia), Chalmer (Suiza) y Beirut (Líbano), fue coordinado por New Weapons Research Group (Nwrg), un comité independiente de científicos y expertos, con base en Italia, que está estudiando el uso de armas no convencionales y sus efectos a medio plazo sobre la población de las zonas después de una guerra.
La presencia relevante de metales tóxicos y cancerigenos hallada en los tejidos heridos apunta a riesgos directos para los supervivientes, pero también a la posibilidad de contaminación medioambiental.
Las biopsias de los tejidos fueron realizadas por médicos del hospital Shifa, en la ciudad de Gaza, que seleccionaron y clasificaron el tipo de heridas. La investigación se efectuó sobre 16 muestras de tejidos pertenecientes a 13 víctimas. Se tomaron 4 biopsias en junio de 2006, durante la operación «Lluvias de verano», mientras que las demás se tomaron en la primera semana de enero de 2009, durante la operación «Plomo fundido». Todos los tejidos se conservaron de forma apropiada y después los examinaron cada una de las tres universidades.
Los tejidos pertenecen a cuatro tipos de heridas: amputación (marcadas con una «A» en el estudio), carbonización (C), quemaduras (B) y múltiples heridas penetrantes por fósforo blanco (M). Los elementos siguientes se encontraron en cantidades mucho más altas de lo normal:
- Aluminio, titanio, cobre, estroncio, bario, cobalto, mercurio, vanadio, cesio y estaño en las muestras de heridas A y C.
- Aluminio, titanio, cobre, estroncio, bario, cobalto y mercurio en las heridas M.
- Cobalto, mercurio, cesio y estaño en las heridas B.
- Plomo y uranio en todos los tipos de heridas.
- Bario, arsénico, manganeso, rubidio, cadmio, cromo y zinc en todas, excepto en las heridas M.
- Níquel en las heridas A.
Algunos de estos elementos son cancerígenos (mercurio, arsénico, cadmio, cromo, níquel y uranio); otros son potencialmente cancerígenos (cobalto y vanadio) y otros también son tóxicos para los fetos (aluminio, mercurio, cobre, bario, plomo y manganeso). Los primeros pueden producir mutaciones genéticas; los segundos pueden tener el mismo efecto sobre animales, pero no está probado que hagan lo mismo en las personas; los terceros tienen efectos tóxicos para las personas y pueden puede afectar al embrión o al feto en mujeres embarazadas. Todos los metales, encontrados en grandes cantidades en los controles, tienen efectos patógenos en los órganos humanos respiratorios, renales y piel y afectan al desarrollo de las funciones sexuales y neurológicas.
Paola Manduca, portavoz de New Weapons Research Group y profesora de Genética e Investigación en la Universidad de de Génova dice que «Nunca nadie había llevado a cabo análisis de biopsias en muestras de tejidos de heridas. Concentramos la atención en heridas producidas por armas que no dejan fragmentos, como señalaron varias veces los médicos de la Franja de Gaza, y porque las armas que no dejan fragmentos se han desarrollado en los últimos años. Queríamos comprobar si los metales que estaban presentes permanecían en la piel y en la dermis. El empleo de metales en las armas utilizadas en la Franja de Gaza se suponía, pero nunca se había demostrado antes. Para nuestra sorpresa, junto al hallazgo de los componentes metálicos de las armas que causaron amputaciones, incluso las quemaduras provocadas por fósforo blanco también contenían una alta cantidad de metales. Además, la presencia de estos metales en las armas implica que se han dispersado por el medio ambiente en proporciones y cantidades desconocidas; las víctimas y las personas presentes los han inhalado, constituyendo así un riesgo para los supervivientes y para las personas que no fueron alcanzadas directamente por los bombardeos».
Esta investigación fue precedida por otros dos estudios efectuados por Nwrg. El primero se publicó el 17 de diciembre de 2009 e informaba de la presencia de metales tóxicos en las zonas de los cráteres provocados por el bombardeo israelí sobre la Franja de Gaza. El segundo se publicó el 17 de marzo de 2010 e informaba de la presencia de metales tóxicos en las muestras de pelo de los niños palestinos de la Franja de Gaza del área afectada por bombardeos israelíes. Ambos señalaban la presencia de contaminación ambiental, agravada por las condiciones de vida sobre el terreno, a menudo en refugios expuestos al viento y al polvo, debido a la imposibilidad de reconstruir las viviendas impuesta por el bloqueo israelí que impide la entrada de materiales y herramientas de construcción.
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