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sábado, 7 de abril de 2018

Por qué ‘Estado Islámico’ ni es Estado ni es islámico1

Terroristas de Daesh enarbolan su bandera. CC
El grupo terrorista que se autodenomina ‘Estado Islámico’ ha conseguido que su propagandístico nombre prevalezca y dé una imagen distorsionada de la fe musulmana.
Cuando el líder de esta organización asesina, Abu Bakr al Baghdadi, se autoproclamó califa y nombró a su grupo y el territorio que controlaría en Siria e Irak ‘Estado Islámico’ sabía bien lo que hacía. Con ese protoestado que sí llegó a tener cierta estructura como tal, pero que no ha reconocido ningún Estado, el terrorista consiguió cuatro elementos esenciales para su causa:
  • sonar legítimo para los oídos de quienes se puedan sentir afines a su ideología;
  • crear una comunidad en la que personas perdidas pudieran encontrar su anhelado sentimiento de pertenencia a un grupo;
  • alimentar el temor y/odio de los no musulmanes hacia el islam por identificar el nombre del grupo terrorista como indisolublemente ligado a dicha religión;
  • usar como herramienta de propaganda a todo el que empleara su nombre sin siglas para referirse a él.
Tampoco es ‘islámico’ lo que representa una organización que hace bandera de sus asesinatos a civiles, musulmanes o no, y que potencian el suicidio. Ninguna de esas acciones tienen el beneplácito en el Corán, el libro sagrado para los musulmanes.

¿Llevan a cabo la yihad?

La o el yihad proviene de un término árabe que significa “esfuerzo máximo” y se refiere a distintos aspectos de la vida de un musulmán en los que éste aspira a mejorar como persona (yihad mayor) o servir a la humanidad (yihad menor), como explicó el teólogo musulmán y expresidente del Centro Cultural Islámico de Valencia, Abdelaziz Hammaoui, a Salam Plan en este artículo sobre la supuesta “guerra santa”.
También existe la yihad bélica según el Corán, pero con muchos condicionantes que los terroristas no cumplen. Partiendo de la época en la que el profeta Muhammad -el que fundara el islam- y sus seguidores eran perseguidos, en el libro se especifican los casos en los que es lícito entrar en guerra o llevar a cabo ese tipo de yihad. El principio básico es que debe ser en defensa propia. Además lo debe ordenar llevar a cabo una autoridad legítima.
Incluso se especifican detalles como no atacar a los desarmados, no asesinar o herir a civiles, mujeres y niños, nunca de noche, no destruir cosechas ni matar animales, no mutilar, no atacar lugares de culto, no realizar la yihad solo para presumir… y no suicidarse.
“La excusa que encuentran los terroristas es una excusa histórica, no teológica.Es como si cogieras la opinión de un sabio de la época de las Cruzadas y lo aplicaras a hoy”
“La excusa que encuentran los terroristas es una excusa histórica, no teológica. Se basan en algún suceso histórico de un combatiente musulmán como cuando para infiltrarse en las filas del enemigo, se suicidó para abrir la puerta de una muralla… Es como si cogieras la opinión de un sabio de la época de las Cruzadas y lo aplicaras a hoy. No tiene ningún sentido”, señala Hammaoui en el artículo citado. (Para más detalles, puedes leer: “El verdadero significado de yihad y cómo los terroristas lo incumplen punto por punto”).
Aún así, el Observatorio de la Islamofobia en los Medios indica en su glosario redactado por la especialista Luz Gómez que “a los musulmanes, les repugna que se confunda el yihadismo con el islam (…). Tampoco son muy partidarios de la locución ‘terrorismo yihadista’, en la medida en que la yihad parece quedar reducida a la violencia, si bien esta expresión resulta menos lesiva que la primera y es conceptualmente más pertinente”.
Por otra parte, cabe destacar que no todo lo islámico es relativo a la religión musulmana, como indica Gómez en el mismo glosario, pues es un término que se refiere a lo que es propio de la “civilización” islámica, y no solo de la religión. “Ni todos los musulmanes son islamistas (solo lo son una minoría), ni todo lo islámico es exclusivo de los creyentes en el islam. Sirva como recordatorio simbólico las palabras del obispo de Biblos (Líbano), George Jodr: ‘No soy musulmán, pero soy islámico'”, señala la profesora, autora también del Diccionario de islam e islamismo (Ed. Espasa).

Daesh o ‘Estado Islámico’

Este viernes, con la toma de rehenes que finalizó con tres víctimas mortales y un terrorista del grupo abatido en Trèbes (Francia), ‘Estado Islámico’ se convirtió en tendencia en Twitter. No fue Daesh. Ni siquiera ISIS, denominación más extendida.
Daesh es el acrónimo del nombre que inicialmente tuvo el grupo terrorista transcrito del árabe: ‘Estado Islámico de Irak y Siria’. De igual manera, ISIS representa esas siglas en inglés y en ISIL la ‘L’ se refiere al Levante.
Aunque en principio todos significan prácticamente lo mismo, cada vez más instituciones promueven emplear el acrónimo Daesh. Y también los musulmanes moderados, a quienes duele u ofende que se asocie su fe con este grupo terrorista. Porque aunque el origen es el mismo, el acrónimo no recuerda continuamente a esa alusión y además en árabe suena peyorativo, pues se parece a decir “algo que aplastar/ pisotear”, según explica el glosario de Objetivo: califato universal; claves para comprender el yihadismo, de Eduardo Martín de Pozuelo, Jordi Bordas y Eduad Yitzhak (Ed. Libros de Vanguardia).

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