Esa historía ya nos la sabemos: intolerancia y desconocimiento. El “chow” del congreso
Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Refrán popular
De lo heroico a lo ridículo no hay más que un paso. Simón Bolivar
El circo en la apertura de la 64 legislatura
Con bombo, platillos, manifestaciones y quema de la figura de Judas (Elba Esther), además de la resurrección de la CNTE, inició ayer la 64 legislatura o la primera de la 4ª transformación... Pues si nos atenemos a lo dicho por Porfirio Muñoz, como nuevo presidente de la Cámara de Diputados: “ésta es la hora cero de la nueva República”.
Nada para entrar en pánico. Si los franceses ya van en la 5ª República, nuestro congreso puede iniciar una nueva república, que no país.
También no es la primera vez que un congreso (o sus miembros, para el uso correcto del idioma) han hecho de las suyas. Los primeros días de sesiones no han estado exentos de peticiones y momentos chuscos.
Algunos “próceres” legislativos pasados (o payasos de rodeo)
• Fox, cuando se puso las orejas de burro para interpelar a Salinas. Si hubiésemos hecho más caso a esa intervención, tal vez, no hubiera llegado donde llegó.
• Carmencita Salinas, que si un “ay mijitos” llegó a San Lázaro para dormir de día, dado que en la noche trabajaba en “Aventurera”. Eso sí, no se quejó como Sergio Meyer hoy en día de que no ganaba lo necesario.
• El ex niño verde, quien hoy otra vez, está como diputado… En su primera intervención siendo senador en el 2001, tanto Manuel Bartlett como Diego Fernández, le dieron una lección de derecho parlamentario que, por lo visto, aún no aprende.
• Don Manuel Bartlett. Nadie puede olvidar que el ex gobernador poblano también es de carne y hueso y, como tal, quedó fotografiado para la posteridad cuando, sin querer queriendo, quedó prendado de los atributos de una dama.
• Roque Villanueva y su famosa “roque-señal”, la cual era más adecuada en un burdel que en el Congreso, pero tal vez, en el burdel no le dieron esas licencias.
• Violeta Lagunes y compañía, cuando las huestes panistas, perredistas (en ese momento enemigas a ultranza) tomaron la máxima tribuna del país y la convirtieron en un campo de batalla, donde se llegó al uso de latas de refresco como proyectiles.
Así, lo trillado no es novedad: los mismos de siempre, ocupando las butacas de mayoría o de minoría —para el caso da igual—, vociferando improperios que solo denotan intolerancia y desconocimiento. Desconocimiento ya no se diga del oficio, de la sustancia y de las materias legislativas, sino de las más elementales reglas de respeto y decoro de un recinto como es la Cámara de Diputados.
Ayer se evidenció cero tolerancia a las hoy minorías, igual que en su momento los mismos personajes no mostraban tolerancia tampoco a las mayorías... Rechiflas, interrupciones; vaya, hasta impartieron una clase de cálculo contando del 1 al 43.
Los de la 1ª legislatura de la nueva República
• Sergio Meyer, como tal, hasta ahora como legislador aún no mete la pata. Pero eso de confundir la SEMARNAT con la PROFECO es de antología. Aunque no le alcance su sueldo de legislador para su vida, deseamos no confunda la tribuna para hacer un full monty. ¡Caray!, no hay necesidad de ese tipo de espectáculos en la máxima cámara legislativa de la nación.
• Noé Castañón, senador chiapaneco por el PRI o por el Verde, (no es ignorancia, es parte del problema). Acusado de violencia familiar, regresó a México vía Monterrey en busca del fuero. Si llega o no a la Cámara, no dependerá de su ex esposa, sino en realidad de los odios del tucán chiapaneco.
• Gerardo Fernández Norroña, quien demanda que EPN sea llamado a comparecer por haber osado entregar por escrito su Informe a la Nación. Parece olvidar (memoria selectiva y a conveniencia) que si los presidentes ya no acuden a esa soberanía el día del informe es porque legisladores como él lo hicieron imposible desde hace unos años.
• Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, por quien cambiaron la ley para que jurara como senador y acto después regrese a Chiapas como gobernador sustituto de sí mismo. La peor de las burlas legislativas, jurídicas y electorales. Todo por no perder ni el fuero y menos el hueso. Fiel servidor de Peña Nieto, ahora “uña y mugre” de Andrés Manuel.
• Miguel Mancera. Ocasiona terror el conocer cómo tuerce y trastoca la ley para mofarse de ella y de todos nosotros. Hasta renunció a la jefatura de la Cd. de México para ser senador. Las piruetas para burlarse de la ley, usando la ley, lo hace el cínico por goleada.
• El ex niño verde, ¿en serio? Es plurinominal y ¿ni por esas puede recoger su identificación a tiempo?
• Napito, regresó de Canadá con más pelo y menos arrugas, con la desfachatez que quiere ser el presidente de la comisión de economía. ¿De verdad?
• Dante Delgado, espada desenvainada en la tribuna, exigiendo a AMLO disminuir el precio de la gasolina y acusándolo de romper su promesa. ¡Momento señor! Subsidiar la gasolina es un subsidio inverso, pues los que más ganan con ello, son los que tienen coches o los que consumen más gasolina (solo el 30% de la población).. No hagamos eso! Si AMLO ya se dio cuenta de que es un apoyo perverso y no lo piensa llevar a cabo, aunque nos duela llenar el tanque, es mejor así...
• Emilio Álvarez Icaza presumiendo que es senador independiente. No es así, como lo señaló de manera correcta, el presidente del Congreso, don Porfirio, (quien sabe más por viejo que por ¿priista?, ¿diablo?, ¿político?), quien le recordó a EAI que será senador sin partido, dado que llegó al senado por la alianza del PAN-PRD-MC. Más allá de las copas, el saber de Muñoz Ledo es algo que sí vamos a disfrutar en esta legislatura.
• Todos los legisladores que hablan de equidad de género (el número en ambas cámaras en porcentaje es casi igual entre hombres y mujeres), pero que a la hora de las presidencias de partidos, comisiones importantes, mesa directiva, solo ven, apoyan y confirman a los hombres. Para ellos las mujeres solo están pintadas.
• Los que se esconden en la mayoría para tratar de callar a quienes toman la palabra.
Probablemente en estos tres años (sino es que 12) conoceremos diputados y senadores que son dignos de su puesto; quienes legislarán pensando en el país y no en filias o fobias partidistas. También tendremos más ejemplos de legisladores que no deberían haber llegado a San Lázaro o a la Cámara alta, pues sólo se dedican a hacer el ridículo.
Ojalá esta legislatura nos sorprenda con sesiones donde el debate y la discusión se den de forma abierta, clara y sin faltas de respeto. Donde la Ley sea respetada cuando sea modificada y se entienda que un buen legislador debe cumplir en las sesiones y que los indicadores de desempeño legislativo son para llevarse a cabo, pero no son los únicos a cumplir.
Ojalá los payasos de rodeo —perdón— del congreso, los corruptos y los engreídos sean los mínimos y tengamos verdaderos legisladores, que sepan y puedan ser poder alterno al Ejecutivo. Apoyándole cuando sea correcto y actuando como contrapesos cuando sea necesario. Porque eso sí, hasta en la República pasada, no lo hemos visto.
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