La consulta del terror
Más allá del resultado que arroje la consulta que definirá el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, es un hecho que el deseo de prácticamente todos los mexicanos es que podamos disfrutar de infraestructura y servicios de primer mundo, a la altura de las necesidades que tiene nuestro país. Sin importar si gana Santa Lucía o Texcoco, lo que verdaderamente importa es que los mexicanos estemos satisfechos con lo que tenemos. En Milenio, el periodista Álvaro Cueva, escribe que: “ a mí no me importa si al final de la consulta gana el aeropuerto de Texcoco o el de Santa Lucía. Tampoco si desaparecen el actual aeropuerto, si lo convierten en un parque de diversiones o si la solución es invertir en Toluca, Cuernavaca o Pachuca. Lo que me importa es que al final de esta historia la megalópolis tenga un esquema aeroportuario de primer mundo […] De nada nos va a servir volar a través de uno, dos o más aeropuertos nuevos o remodelados si no existe una buena coordinación entre ellos, si no hay condiciones para que las naves aterricen y despeguen con seguridad y eficiencia. Sea cual sea la solución, debe existir una manera en la que todos podamos llegar a la terminal rápida y sencillamente, que no tengamos problemas ni de vialidad, ni de descenso y ascenso, ni de estacionamiento […] Sí, yo sé que es muy divertido todo el tema político, que si Peña Nieto, López Obrador, sus amigos y sus enemigos, pero ni Peña Nieto ni López Obrador ni sus seguidores ni sus detractores van a pilotar esos aviones ni a manejar los servicios de carga. Cuando sepamos qué va a pasar con este asunto, así como opinamos sobre la opción que más nos gustó, tenemos que seguir presionando para que se le haga justicia a esos gremios, para que todos esos hombres y mujeres puedan trabajar en óptimas condiciones […] Da lo mismo si nos vamos a quedar con Texcoco, con Santa Lucía o con alguna o algunas otras sedes si los mexicanos vamos a seguir sufriendo cada vez que tengamos que viajar en avión, si vamos a pasar horas para despegar o dándole mil vueltas a Ciudad de México para aterrizar. Cada quien tiene sus prioridades, sus gustos y sus exigencias cuando utiliza un aeropuerto. Hay gente que se fija mucho en las condiciones de seguridad. Otra, que busca actividades comerciales, culturales, turísticas y hasta deportivas y de entretenimiento. ¿Y qué me dice de las personas que cuando viajan dependen de un diseño incluyente para poderse mover en sillas de ruedas, carriolas o con bastones para débiles visuales? Quiero uno o varios aeropuertos que cumplan con esto y más, que nos deje o que nos dejen contentos. A mí no me importa si al final de la consulta gana el aeropuerto de Texcoco o el de Santa Lucía, me importa que acabemos felices, satisfechos, sin rencores, unidos como nación”.
¿Mismos privilegios, otras manos?
En el Excélsior, la columnista Vianey Esquinca, reflexiona acerca de los principales errores por los que ha sido criticada la consulta promovida por Andrés Manuel López Obrador para definir el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México: “¿se acabará el mundo el próximo lunes si el equipo de transición dice que Santa Lucía ganó como el lugar para construir el aeropuerto? ¿saldrán los capitales huyendo? ¿se desplomará el peso frente al dólar? […] probablemente no, o no de forma inmediata. Seguramente, habrá incertidumbre y los inversionistas pondrán sus barbas a remojar, pero de eso a que haya un colapso económico, hay una gran diferencia. Ahora, si bien no se desencadenará un error de octubre como el que hubo en diciembre de 1994, sí ha habido errores y no de octubre, sino de agosto y de septiembre. Estos desaciertos, además, tienen nombre y apellido. Error número 1. Javier Jiménez Espriú. Quien será el próximo secretario de Comunicaciones y Transportes ha tenido un pésimo manejo de información […] Error número 2. José María Riobóo. El excandidato multicolor Ricardo Anaya fue el primero que lo nombró en un debate presidencial […] Error número 3. Enrique Calderón Alzati. El presidente de la Fundación Rosenblueth, encargada de organizar la consulta, se mimetizó con sus clientes y defendió ideológicamente y no técnicamente la metodología del ejercicio […] Error número 4. La inconsistencia en los mensajes […] Así pues, cualquiera que sea el resultado de la consulta, el Presidente electo y su equipo saldrán raspados, lastimados. Si gana Texcoco se dirá que todo fue un espectáculo para no cargar con el peso de haber incumplido una promesa de campaña y entregar la obra a manos privadas. Si se decide por Santa Lucía, se acusará de haber fabricado el más barroco (porque ni siquiera es oficial o legal) fraude. Lo que es un hecho es que se logró sembrar la duda sobre el proceso, de que en la Cuarta Transformación los privilegios seguirán siendo los mismos, sólo que pasarán a otras manos. De todo esto hay, sin embargo, un gran acierto. El espíritu de la consulta popular en sí mismo. Pensar que la gente puede tomar decisiones importantes de gobierno es atractivo y aplaudible. Falta que la legislación formalice estos ejercicios, le dé forma, fondo y transparencia. De lo contrario, todo caerá en el terreno de la simulación”.
Piel delgada, mecha corta
En Reforma, el columnista Juan Pardinas, escribe que: “el Presidente electo tiene poco apetito para el pensamiento crítico. Su indigestión es sonora y visible. El domingo comparó a sus críticos con la prensa nostálgica del régimen porfirista […] Esta semana, Andrés Manuel López Obrador arremetió en contra del periodista Carlos Loret de Mola por sus opiniones en radio sobre los riesgos a la estabilidad económica que podría implicar la cancelación del aeropuerto de Texcoco […] Andrés Manuel López Obrador no puede ver en una opinión disonante el legítimo derecho a pensar y opinar distinto. Sus críticos deben tener algún retorcimiento moral o interés obscuro. Las causas nobles de la Cuarta Transformación sólo pueden encontrar oposición por parte de personajes con una obscura descomposición ética. Si no estás con él, eres un chayotero corrupto […] En una democracia funcional, el rival natural del gobierno son los partidos de oposición. La disfuncionalidad mexicana ya opera de forma distinta. En el PRI están muy preocupados de que los vayan a meter a la cárcel, en el PAN están en pugna por los despojos del naufragio y en el PRD andan buscando funeraria para velar al muerto. Así no puede haber contrapesos. La única resistencia que ha encontrado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador son las voces críticas. En un país donde la organización Artículo 19 ha documentado el asesinato de 120 periodistas, del 2000 a la fecha, resulta ominoso que el jefe de Estado ataque por nombre y apellido a profesionistas de los medios. Parte de la descripción laboral del cargo de Presidente implica reaccionar con algún nivel de elegancia y estoicismo frente a las críticas y ruido que generan los medios […] Andrés Manuel López Obrador tiene la enorme oportunidad de devolverle decoro y respeto a la institución presidencial. Los mexicanos anhelamos tener un Presidente que no nos dé vergüenza, una figura que represente más unidad y menos encono. Una lengua larga y un dedo flamígero que apunta desde el púlpito presidencial no son rasgos anatómicos compatibles con ese anhelo”.
El origen del odio
En El Universal, su Editorial, asegura que: “si las encuestas no se equivocan, hoy será electo Jair Bolsonaro como próximo presidente de Brasil. El hombre no oculta su discriminación hacia las minorías y su desprecio por el ambiente. Por esa razón es peligroso, porque un discurso de odio hacia el diferente es siempre el primer paso rumbo a la violencia física. Estados Unidos ha sido víctima reciente del mismo fenómeno. Años de retórica incendiaria contra quienes no son blancos ni comparten los valores conservadores, han hecho que se animen a actuar personajes como los que recientemente fueron aprehendidos […] ¿Cuánta tolerancia se puede tener hacia los discursos de odio, como los emitidos por Donald Trump, antes de que tengamos que actuar para censurarlos? Ese es un gran debate que se mantiene en las discusiones sobre los límites de la libertad de expresión […] No hay fórmulas mágicas para impedir el esparcimiento del odio en sectores de la sociedad. Lo que sí podemos hacer es alertarlo y llamar a la moderación de todas las partes, incluídas las que piden eliminar a quienes piensan de forma radical; porque no hay mejor manera de alentar el odio que intentar combatirlo con el mismo sentimiento. Aprendamos en México de las lecciones que desafortunadamente se están gestando en Brasil. La rabia de la población hacia una clase política corrupta está totalmente justificada. Sin embargo, en el camino se puede cometer el error de caer en un extremo […] La mejor solución que tenemos en nuestras manos es debatir argumentos, combatir ideas, pero nunca asumir que un tipo de personas es dañina, porque entonces comienza el camino hacia la espiral de la violencia”.
Van por el millón
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “hoy es el último día de la consulta ciudadana para elegir el sitio donde estará el Nuevo Aeropuerto Internacional de México y hay un dato que debe preocupar a sus organizadores: la afluencia de votantes. El pasado jueves acudieron 250 mil 464 personas, el viernes la cifra bajó a 246 mil 933 y ayer salieron a votar 215 mil 584. Es decir, en tres días han acudido 712 mil 981 ciudadanos a ejercer su derecho. De seguir esa tendencia, no se cumplirá la meta planteada por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de lograr al menos un millón de votos. Veremos si llegan a la meta”.
El país perfecto
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “desde su promulgación en 1917, la Constitución mexicana ha sido modificada en 707 ocasiones, siendo hoy una de las más reformadas del mundo. De acuerdo con una comisión de investigación del Instituto Belisario Domínguez del Senado, las reformas constitucionales en México han sido una constante, han crecido cinco veces en comparación con su publicación hace 101 años. Los artículos con más modificaciones han sido el 73, en torno a las facultades del Congreso; el 123, respecto al trabajo; el 27 en materia de régimen de propiedad; y el 89, sobre las facultades del Ejecutivo. Lo más preocupante no es la cantidad de veces que se aprueban y se cambian las leyes, sino que se cumplan, pero, sobre todo que diseñen al país que queremos. Porque jugándole al error y al acierto no se construye una nación”.
Presupuesto a ciegas
En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “mientras los políticos prometen, los técnicos sufren. Cuentan que los responsables administrativos de dependencias federales, organismos autónomos y desconcentrados se truenan los dedos porque aún no pueden planear el presupuesto para el próximo año. Y todo porque ya casi acaba octubre y la Secretaría de Hacienda todavía no les entrega los lineamientos que deberá seguir el Presupuesto 2019. Y obviamente eso no es cosa de los muchachos de José Antonio González Anaya, sino de que no le salen las cuentas al próximo gobierno. Usualmente dichos lineamientos son emitidos ¡en agosto!, pero por tratarse de un cambio de gobierno, se esperaban en septiembre. Sin embargo, ya casi empieza noviembre y nomás no se ve claro, pues no se han entregado los Criterios Generales de Política Económica, documento que ya debería estar listo; y tampoco se conoce cómo viene el trancazo recaudatorio para el próximo sexenio. De ahí que quienes tienen a su cargo las áreas administrativas andan haciendo números y números, tratando de adivinar… ¡como si fuera Melate!”.
Osorio Chong ¿renegará de su pasado?
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Gobernación, a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong, fue la ‘jefa’ de las fuerzas de seguridad del país. Al principio de la administración se pensó que concentrando las decisiones se mejoraría el combate al crimen… y así les fue (nos fue). Por eso una de las primeras propuestas de Andrés Manuel López Obrador al Congreso en las próximas semanas será terminar con esa concentración. Lo curioso, nos dicen, es que el ahora senador Osorio Chong estará dispuesto a votar a favor de extinguir lo que fue su propio proyecto. Milagros de la Cuarta Transformación”.