En las redes sociales y en la cotidianidad se trivializa, se hace banal y efímero el concepto de amistad. Algunos usuarios de éstas tienen cientos o miles de amigos, y con esa misma palabra se nombra a cualquiera, cuando en realidad no hay un vínculo entre las personas y su relación no ha pasado las pruebas que debe sustentar una verdadera amistad, afirmó Juan Pablo García Acosta.
El académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala expuso que en esos medios se construyen falsas amistades porque es difícil establecer lazos reales. “Ni siquiera se le podría llamar amistad virtual, porque simplemente no hay una unión; en todo caso, se trata de conocidos”.
Como parte del Día Internacional de la Amistad, el 30 de julio, el universitario explicó que más allá de cualquier atributo, ésta tiene que ver con un compromiso afectivo, e implica valores como lealtad, solidaridad, compromiso y sinceridad; se alimenta y crece por medio de un trato continuo y recíproco.
En 2011, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció la conmemoración “con la idea de que la amistad entre los pueblos, los países, las culturas y las personas pueda inspirar iniciativas de paz y presente una oportunidad de tender puentes entre las comunidades”.
El organismo internacional refiere que el mundo hace frente a desafíos, crisis y fuerzas divisorias –pobreza, violencia, violaciones de los derechos humanos– que amenazan la paz, la seguridad, el desarrollo y la armonía social. “Para tratar estos problemas, es necesario atajar las causas, fomentando y defendiendo la solidaridad, que puede manifestarse de muchas maneras, como por ejemplo, la amistad”, consideró el universitario.
Buenas y malas amistades
Éstas pueden dividirse en buenas y malas, con base en si son benéficas o no para los involucrados, resaltó García Acosta.
“Todo vínculo tiene alguna consecuencia; si a partir de él recibimos elementos favorables para nuestro crecimiento personal, podemos calificarlo como bueno, pero si el resultado son alteraciones, disfunciones o afectaciones a nuestro estado emocional y conductas, se trata de una mala amistad.”
El principal atributo de un amigo es que lo elegimos en función de las afinidades y empatía. Es una relación que se construye a través del tiempo; el amor, lealtad, solidaridad y sinceridad se prueban día a día, evento tras evento, tiene diferentes pruebas que definen si se afianza o se diluye, abundó. “La vida está hecha de momentos, y cuando se comparten satisfacciones y tristezas se construye el vínculo llamado amistad, y esos momentos tienden a ser en realidad las verdaderas pruebas”, indicó.
Si no hay compaginación, respeto, ni están presentes valores como la gratitud, lealtad y confianza, se va minando la construcción de la amistad, que debe ser recíproca.
García Acosta dijo que los humanos somos seres sociales y necesitamos satisfactores de la relación con nuestros semejantes. “En una amistad, por ejemplo, encontramos apoyo y satisfacción emocional, que llegan a fortalecer nuestra autoestima. Cuando no tenemos amigos queda un vacío en nuestro entorno social”.
La amistad, finalizó, es esencialmente compartir, y construirla entre las personas es la forma inicial de llegar hacia la paz, el bien común y el apoyo entre los seres humanos; escalarlo a grupos mayores, a sociedades y países, es el espíritu de esta conmemoración.
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