Ignorante, mentiroso, analfabeta, “bananero” y hasta mal vestido, así apareció el presidente mexicano en su participación virtual ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

Sí, la de López Obrador fue, en opinión de conocedores e inexpertos, una de las mayores vergüenzas nacionales.

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Y acaso por eso –sabedores de la penosa paticipación de AMLO–, “los hombres del presiente” pagaron miles de bots en las redes sociales –en las que se exhibió el video del mandatario mexicano–, con elogios y aplausos a López Obrador, como si “un rey bananero” hubiese cazado una presa mayor para su pueblo.

La realidad, sin embargo, es que el presidente mexicano nada dijo del papel de su gobierno en el mundo y, en cambio, alardeó de imaginarios y mentirosos logros, como el “combate a la corrupción”, la “austeridad”, los supuestos éxitos en “la lucha contra la pandemia” y, sobre todo, presumió la rifa de un avión presidencial, que no se rifó, pero que aún así se venderá.

La siguiente es una joya que ejemplifica que el presidente mexicano ya muestra signos de serios problemas emocionales, los cuales, en una democracia seria, ya lo habría obligado a una evaluaciòn psiquiatrica.

Dijo: “Les comento que había un avión presidencial, existe todavía, ya lo rifamos, y todavía vamos a venderlo, es como un palacio en los cielos, algo insultante para nuestro pueblo, un avión de lujo para 240 pasajeros, adaptado para 80 con sala de junta, recámara, algo ofensivo”, indicó.

Es decir, el presidente mexicano le presumió al mundo que su gobierno engatusó a los ciudadanos con “la estafa del siglo”; un avión presidencial que “ya lo rifamos, y todavía vamos a venderlo”, en palabras del propio mandatario.

Pero esa fue apenas una joya del pensamiento “engañabobos” y “bananero” de López Obrador.

En otro momento alardó de héroes patrios como Benito Juárez –el Benemérito de las Américas–, cuyo nombre, según la fantasiosa y calenturienta cabeza presidencial, fue copiado por los padres de Benito Mussolini.

Es decir, según AMLO, es motivo de orgullo nacional que existe una imaginaria identidad nacional con el padre del fascismo, Benito Mussolini, a quien en repetidas ocasiones ha elogiado López Obrador y de quien copió la “Marcha de las Antorchas”, la que pretendió reproducir en el Zócalo capitalino la noche del 15 de septiembre.

Es decir, que según le dijo AMLO al mundo, su Cuarta Transformación debe ser entendida como la implantación del fascismo en México. De ese tamaño el mensaje presidencial ante la ONU.      

Pero acaso la mentira más insultante del presidente mexicano –durante su mensaje virtual, en el marco del LXXV debate de la ONU–, es el engaño de la supuesta responsabilidad de López en el tratamiento y la contención de la pandemia de Covid-19.

¿Por qué fue la parte más insultante del mensaje de AMLO?

Porque el mundo saben que el número de muertos en nuestro país, a causa de la pandemia, se ha falsificado y que no son los 75 mil fallecidos oficiales, sino casi 250 mil las vidas perdidas.

Por eso fue un insulto lo que dijo AMLO sobre el tema.

Así lo explicó: “Va bajando, disminuyendo el efecto nocivo de la pandemia, lo que más nos importa es salvar vidas y también en lo económico, porque no aplicamos la misma estrategia de siempre, de endeudar al País, de rescatar a los de arriba, con el sofisma de que si llueve arriba gotea abajo, como si la riqueza fuese contagiosa. Pues estamos apoyando de abajo hacia arriba, estamos destinando recursos que son fruto de los ahorros de no permitir la corrupción y de la austeridad”, señaló.

Es decir, resulta que el tropical presidente mexicano, cree que la ONU es igual que sus mañaneras.

Cree que el mundo se tragará sus mentiras, sus fantasías y sus alucinaciones, además de sus candorosas muestras de analfabetismo

Pero acaso lo más preocupante es que no aparece nadie, en el Estado mexicano, capaz de entender que López Obrador asoma severos problemas de salud mental.

Lo cierto es que un político con ese nivel de perturbación mental –que incluso ya se exhibe a nivel inernacional–, no puede seguir al frente del futuro de 130 millones de mexicanos.

Claro, a menos que el mundo esté dispuesto a solapar a otro dictador locuaz como Mussolini. 

Se los dije.