en
Moctezuma no creyó que Hernán Cortés fuera el “dios Quetzalcoatl”
El tlatoani mexica Moctezuma “el Joven” (o Motecuhzoma Xocoyotzin) nunca consideró al invasor Hernán Cortes como “el dios Quetzalcóatl retornado”, tal y como reza la falseada versión eurocentrista de la Historia del México Antiguo; esta mentira es tan endeble que cae por sí misma, pues simple y llanamente en la Religión-Ciencia (“Toltecayotl”) que se practicaba en el Anáhuac NO EXISTÍA la noción Mesiánica, es decir, los anahuacas no creían en “Mesías divinos” ni esperaban a ninguno en 1519, por más que insista en asegurar la deformada leyenda del gran sabio Ce Acatl Topiltzin (el histórico soberano tolteca grado Quetzalcoatl), al cual se le achaca falazmente que antes de inmolarse en fuego (o ahogarse entre las olas del mar), lanzó la profecía de que regresaría físicamente “algún día”. Dicha profecía, es una interpretación reciente, absurda y evidentemente de autoria fanática que no encaja en la sublime filosofía del sabio Ce Acatl, quien en las fuentes históricas se le describe rebosante de humildad, sabedor de su condición de mortal como cualquier otro semejante, y que no añoraba regresar al mundo sino que buscaba un medio para la reivindicación (inmortalidad) en el “MAS ALLÁ”, ansiando escapar para siempre de la inclemente materialidad de la existencia terrena (“Tlalticpac”).
Aunado a lo anterior, la “Toltecayotl” tampoco estaba fundamentada en la creencia de “múltiples dioses” (como repiten mecánicamente los desinformadores actuales), sino que su Fe ancestral estaba basada en la idea de un “Dios Único, Inconcebible y sin Nombre”, Dador de la vida y generador de las Fuerzas Primigenias (los “Cuatro Tezcatlipoca”) que sustentaban al Cosmos (el “Ometeotl”), y donde el papel del humano era contribuir a “perfeccionar la Creación Universal” con ayuda del Arte y rigiéndose bajo un Estado Ético. Por tanto, ni Moctezuma ni nadie de entre los Consejeros del palacio (“Tlatocan”), esperaban el “regreso de ningún dios”, porque simplemente en sus cabezas no había tales creencias, completamente ajenas a su Cosmovisión religiosa.
El bello y atávico concepto de “QUETZALCOATL” (“El gemelo precioso”, la sabiduría celeste manifestada en la Tierra) no se trata de un “dios prehispánico” como afirmaron los fantasiosos interpretes católicos de las crónicas virreinales, al intentar comprender la sublime naturaleza de la Fe de Anáhuac. “Quetzalcoatl tlamacazqui” se estimaba entre los anahuacas como el Venerable título y Alto Cargo humano, que se le otorgaba a los sabios más excepcionales de cada generación, quienes habían sabido encarnar y llevar a su máximo nivel la Sabiduría de su época, algo que desde luego, el barbárico Hernán Cortes estaba muy pero muy lejos de llegar a acreditar ante los ojos de nuestros sensatos ancestros.
Que en las tierras del Anáhuac se le confundiera a Cortes supuestamente con el “Dios Quetzalcoatl”, es una difamación más en la larga lista de invenciones que los teóricos de la invasión formularon perversamente para justificar acerca del cómo y por qué el Capitán de la corona española y sus huestes, habían reclamado para si mismos, las ciudades y los tesoros del Anáhuac sin dejar nada para sus originales dueños, pues según esta “cobarde teoría” los antiguos mexicanos le habían “regalado de buen grado todo cuanto tenían a Cortes, pues lo consideraban su amado dios que había vuelto” (¡vaya cinismo!).
No obstante, el argumento que refuta por completo este cruel y premeditado engaño europeo, sobreviviente por 500 años en los libros de historia oficial es todavía más contundente aun, pues el mismísimo HERNÁN CORTES NUNCA AFIRMÓ QUE EL TLATOANI MOCTEZUMA LO HUBIESE CONFUNDIDO CON UN TAL “QUETZALCOATL” (ni en sus escritos y “Cartas de Relación”), ni siquiera sus defensores y hombres allegados lo hicieron, ni fray Francisco de Aguilar, ni Andrés de Tapia, ni Bernandino Vázquez de Tapia, ni el llamada “Conquistador Anónimo”, ni Bernal Díaz del Castillo en sus respectivos escritos en 1568, ni ninguno de los 184 testimonios de los soldados declarantes en los “Juicios de Residencia” contra Cortes y Pedro de Alvarado refieren o sugieren al menos que el tlatoani Moctezuma hubiera sufrido “tal confusión” al identificar a Cortes con Quetzalcóatl.
Entonces, si el propio Cortes y nadie de entre sus acompañantes difundieron esta mentira vil de su identificación con Quetzalcoatl, ¿quién lo hizo?, la respuesta a ésto es un polémico personaje que llego a México hasta 1529, (varios años después de que Moctezuma muriera y cayera México-Tenochtitlan), y quien lamentablemente se trató del fraile Bernandino de Sahagún quien inventó de todo para justificar y sacramentar la invasión en su obra literaria. Fue este religioso quien creo el mito (o calumnia) del “supuesto dios retornado Quetzalcoatl en la figura de Cortes”, echando mano de información teológica de sus “indios catequizados” (informantes) quienes dicho sea de paso, NO CONOCIERON en vida al gobernante mexica Moctezuma y sus opiniones no eran fiables del todo, pues habían sido adoctrinados bajo el dogma católico que inculca en sus fieles la creencia de “Retornos Mesiánicos”.
Por tanto es una mera y vaga especulación lo que Sahagún escribió respecto de la imaginaria “confusión de Moctezuma”, misma que dejo plasmada en las siguientes líneas sacadas al pie de la letra de sus inexactos libros:
“… hablo Motecuhzoma y les dijo: mirad que han dicho que ha llegado Nuestro Señor Quetzalcoatl, íd, recibirle, y oíd lo que os dijere con mucha diligencia”.
A todas luces, estas líneas de Sahagún que han hecho tanto daño a la consciencia del pueblo mexicano y alejado de la verdad a los historiadores de todas las épocas pasadas, son el invento de un hombre dogmatizado quien victima de la fiebre religiosa medieval quiso poner en los labios del gran héroe mexica, Moctezuma, éstos “delirios mesiánicos” que nunca habrían podido salir de su boca sensata de tlatoani, puesto que sus creencias espirituales eran otras y más profundas que las del invasor (y por cierto, mucho más racionales y humanas).
Pero si no fuese suficiente lo expuesto hasta ahora, aun nos quedan las siguientes palabras certeras del maestro historiador contemporáneo Romerovargas Yturbide, quien gozan de toda autoridad en el tema y lucidez:
”… en resumidas cuentas, tomando en consideración los datos que suministra la historia, podemos afirmar que carece de todo fundamento la suposición de que Motecuhzoma hubiera sufrido la confusión de creer que Cortes fuese Quetzalcóatl (o el apóstol Santo Tomas). En cambio con la ayuda de las fuentes, podemos CATEGÓRICAMENTE declarar que Motecuhzoma considero a los hispanos como SIMPLES HOMBRES (que morían), que venían de otro país con cosas raras y poderosas armas cuyo secreto ignoraba”
Finalmente, en un extracto de la segunda Carta de Relación, es Cortés quien desmiente que Moctezuma lo creyera un dios, pues segun ese texto, el propio gobernante mexica al recibir al capitan castellano en su palacio, le hizo saber que él no lo consideraba un “dios” y que lo veía como a un simple hombre. La fuente narra que esto le dijo Moctezuma al visitante hispano:
““No creáis más de lo que por vuestros ojos veredes, en especial de aquellos que son mis enemigos, y algunos de ellos eran mis vasallos, y hánseme revelado con vuestra venida, y por favorecer con vos lo dicen; los cuales sé que también os han dicho que yo tenía las casas con las paredes de oro y que las esteras de mis estrados y otras cosas de mi servicio eran asimismo de oro, y que yo era o me hacía Dios y otras muchas cosas. Las casas ya las véis que son de piedra y cal y tierra… entonces (Moctezuma) alzó sus vestiduras y destapó su torso diciendo: como veréis soy de carne y hueso como vos y como cada uno de ustedes soy mortal y palpable…”
***
Calpulli Pueblo de la Luna
“A la gloria de esa antigua sociedad de grandes poetas, matemáticos, filósofos y guerreros que añoraban una vida entre Flores y Cantos y una muerte al filo de la obsidiana”
#HistoriaNacionalSinCensura
® Esau Rodríguez Infante el Historiador del Pueblo
No hay comentarios:
Publicar un comentario