Las mujeres que destruyen las lanzas
Poco se ha hablado de las mujeres en la guerra y su poder bélico. De hecho, por imágenes como la del Dintel 26 de Yaxchilán en la que se mira a la señora Ix K’ab’al Xook asistiendo a su esposo el gobernante de Yaxchilán en un ritual de preparación de guerra, es que se pensó que el rol de las mujeres en referencia a los menesteres castrenses en la cultura maya se limitó a apoyar y envestir al guerrero en contextos rituales previos al combate. Ahora, gracias al desciframiento de mayor número de registros epigráficos e iconográficos del Clásico Tardío, junto a evidencias arqueológicas que lo sustentan, se puede advertir que las mujeres jugaron un papel activo en la guerra de aquel entonces.
Las imágenes de mujeres de alto rango social paradas sobre cautivos y portando armas de guerra son llamativas por su peculiaridad y poca recurrencia, pero las evidencias que validan la participación de la mujer como guerrera en los conflictos bélicos provienen del registro escriturario. En él, es posible encontrar mujeres gobernantes como portadoras del título kalo’mte’ –del que hablamos en el Amoxtli anterior–, el cual se traduce como “señor que destruye las lanzas”, los ejércitos; título que reconoció al gobernante portador como un exitoso líder militar. Kalo’mte’ fue registrado por primera vez a inicios del siglo V asociado a dos individuos de filiación teotihuacana que tuvieron presencia en la región maya. A partir de entonces, el título se volvió, sobre todo para el Clásico Tardío, un privilegio del que únicamente podían gozar los gobernantes más prominentes; incluso se lo ha pensado como el título más prestigioso en la política del Clásico Tardío.
El caso más notable en el que una mujer ostenta el título kalo’mte’ fue registrado en la Estela 34 de El Perú Waka’ donde la señora K’ab’el, es nombrada ix kalo’mte’ “mujer kalo’mte’”. Otro ejemplo lo tenemos en la Estela 1 de Cobá, que muestra a Ix K’awiil Ek’ –sobre quien profundizamos igualmente en el Amoxtli anterior– como guerrera de renombre y portadora del mismo título. Su caso es particular, pues a diferencia de otras gobernantes importantes de quienes sus representaciones aparecen apareadas a las del gobernante varón en turno, Ix K’awiil Ek’ se presenta como guerrera en ambos lados de la mencionada estela, demostrando así su sobresaliente posición al no necesitar hombre alguno que le diera legitimidad. Otra señora honrada con este mismo título fue Ix Yok’in de Tikal, mencionada así en la Estela 12 del sitio.
El título fue usado por mujeres hasta el SigloVII, cuando en un corto plazo de tiempo, entre el 687 al 709 d.C., cinco mujeres gobernantes son llamadas ix kalo’mte’. Esto se vio reflejado en la iconografía: dos de ellas se representaron postradas sobre cautivos: Ix K’awiil Ek’ de Cobá e Ix Wak Chan Ajaw de Naranjo. Mientras que Ix K’ab’el del Perú Waka’ e Ix Ik’ Cráneo de Yaxchilán fueron nombradas por igual lak’in kalo’mte’ “kalo’mte’ del este”. Aunque la única en ser llamada ix kalo’mte’ dos veces fue Ix K’ab’al Xook de Yaxchilán.
Otra evidencia corresponde a sus apariciones como cautivas o captoras. Las imágenes donde se encuentran victoriosas sobre su cautivo se encuentran dentro de las convenciones de representación de guerreros poseedores de cautivos de guerra, sólo que con las particularidades que su género precisó: se muestra a la mujer guerrera ataviada en su correspondiente ajuar bélico femenino y se le representa de pie sobre uno o dos cautivos. Estos demuestran que, como regentes, las mujeres en el poder debieron de cumplir con sus deberes bélicos y lo hicieron al cobrar un rol activo en los conflictos armados durante el Clásico Tardío. Así, la Estela 19 de Naachtun muestra a una mujer con traje propio de la Diosa Lunar, blandiendo un escudo sobre un cautivo.
Las representaciones de mujeres como cautivas de guerra igualmente cumplen las convenciones iconográficas de representación de cautivos varones con las salvedades de la vestimenta que a su género correspondían. Así, su ropa desgarrada les cubre por debajo del busto hasta la pantorrilla, usan el cabello suelto y no portan joyas u objeto alguno que distinga su estatus o individualidad; y por supuesto, se encuentran con las extremidades atadas por la espalda. Por ahora, únicamente conocemos las figuradas en la Estela 9 de Calakmul y el Monumento 99 de Toniná y un par más en soportes malacológicos y cerámicos.
Finalmente, podemos decir que la mujer maya del Clásico tuvo un rol activo en la guerra únicamente cuando ocupó un papel importante en el gobierno de su entidad política, cuando era una ix kalo’mte’ y el poder bélico podía recaer en ella; pues por ahora no contamos con referencia alguna sobre guerreras del común. Las mujeres que tuvieron el privilegio de portar el título k’alo’mte’, las que se hicieron llamar “mujer que destruye las lanzas”, pudieron haberse involucrado en el combate cuerpo a cuerpo, pues de lo contrario no podrían gozar del prestigio de mostrarse paradas sobre cautivos o, por el contrario, ser capturadas en batalla y exhibidas como prisioneras de guerra. Aún no sabemos lo suficiente sobre el tema, pero las fuentes del periodo Clásico nos han revelado más de lo que teníamos pensado acerca de la mujer maya del Clásico y su papel activo en la guerra.
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